Terroristas en Cuba: ¿Quiénes son y quién los patrocina?
La tarde del 24 de noviembre de 2023, la Embajada de Estados Unidos en Cuba emitió una alerta a sus ciudadanos que deseen ingresar a la isla por “potenciales actos terroristas, manifestaciones y actos de violencia contra Estados Unidos, sus ciudadanos y sus intereses”. Por ello, sugirió evitar “lugares frecuentados por turistas y sitios comúnmente utilizados para manifestaciones”. (Sospechoso…)
Un día antes, kufiyas y banderas palestinas ondearon a lo largo del Malecón habanero en una marcha convocada y encabezada por el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, a favor de Palestina y contra la agresión genocida del régimen israelí. La manifestación partió de la Avenida Presidentes y recorrió el cabo antillano hasta el parque conocido como La Piragua, muy, muy cerca de la sede de la Embajada de Estados Unidos. (¿Coincidencia?…)
¿Esta manifestación provocó pánico en Washington? ¿Deberían sus ciudadanos tener miedo de viajar a Cuba debido a una marcha en solidaridad con Palestina? Al fin y al cabo, el suceso ya había pasado y desde las ventanas del edificio diplomático de la calle Desamparados se podía observar todo y sus ocupantes podían disfrutar de sus cocas bastante relajados sin temor a “actos de violencia” en su contra.
¿Quiénes son los terroristas?
La Embajada de Cuba en Francia fue atacada con cocteles Molotov el 26 de julio de 2021. Foto: Embacuba Francia / Archivo CD
Quince días después, la Gaceta Oficial de la República de Cuba sacudió las cloacas de Miami. El 7 de diciembre publicó en sus páginas la Resolución 19/2023 aprobada por el Ministerio del Interior de Cuba con el Listado Nacional de personas y entidades vinculadas al terrorismo contra Cuba. En definitiva, nombres y organizaciones terroristas que desde 1999 han planeado, ejecutado y conspirado actos de extrema violencia en territorio cubano, instalaciones gubernamentales y turísticas, sabotajes, incursiones ilegales, trata de personas, preparativos de guerra y, sí, planes para asesinar a los líderes de la Revolución.
Algunos de los terroristas citados en la publicación son: Santiago Álvarez Fernández Magriñá, Ramón Saúl Sánchez Rizo, Ana Olema Hernández, William Cabrera González, Michel Naranjo Riverón y Eduardo Arias León.
También en la lista están: Yamila Betancourt García ; el youtuber Alejandro Otaola Casal (quien no pudo ocultar lo afectado que estaba por estar en la lista y respondió en su canal de Youtube); el citado terrorista, Orlando Gutiérrez Boronat y otros como Eliecer Ávila, Liudmila Santiesteban Cruz, Manuel Milanés Pizonero, Alain Lambert Sánchez (autodenominado Paparazzi cubanos) y Jorge Ramón Batista Calero (alias Ultrack).
Según decreto del gobierno cubano, todas estas personas (han) han participado en actos de violencia documentados, utilizando las redes sociales para reclutar a algunos inofensivos a cambio de unos cuantos dólares para sus grotescos propósitos, dentro y fuera de Cuba.
Incautos… o tal vez no, porque en la lista aparece el nombre de Alexander Alazo Baró , quien, según expediente 27/2020, está bajo investigación por haber atacado con 32 tiros de fusil semiautomático la Embajada de Cuba en Estados Unidos en la madrugada. mañana del 30 de abril de 2020.
Según las investigaciones, Alexander Alazo está vinculado a la iglesia evangélica con sede en Florida, Doral Jesus Worship Center , a la que asisten otros extremistas anticubanos como el pastor Frank López , cercano al senador Marco Rubio , una de las figuras destacadas de la lucha anticubana. Política cubana.
Tres años después, la historia se repitió. Dos cócteles Molotov se estrellaron contra la sede diplomática cubana en Washington. “Los grupos anticubanos recurren al terrorismo cuando sienten impunidad, algo sobre lo que Cuba ha advertido repetidamente a las autoridades estadounidenses”, declaró el ministro cubano de Asuntos Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, el 24 de septiembre, día del nuevo atentado terrorista.
¿Y los criminales? Nadie lo sabe. Quizás las autoridades estadounidenses sí, pero quién sabe… ¿Verdad?
Una moto acuática y un terrorista ingresan por Matanzas
El pasado 9 de diciembre, medios cubanos informaron que un hombre, residente en Miami, fue detenido en la provincia de Cienfuegos. El sujeto había ingresado por mar, a bordo de una moto acuática adaptada para soportar el viaje de 90 millas desde Florida hasta Cuba. Un detalle: el hombre portaba un arma y varios cartuchos útiles. Pretendía reclutar gente para quemar plantaciones de caña de azúcar, provocar disturbios, hostigar centros turísticos, distribuir propaganda contra el Gobierno de la isla… en fin; cosas de terroristas. Pero la denuncia ciudadana más la acción inmediata del Ministerio del Interior lograron detenerlo a tiempo.
No era un náufrago cualquiera ni un turista perdido. Una vez detenido, el sujeto resultó estar en la Lista Nacional de Terroristas que, unos días antes, había publicado el Gobierno cubano. Sus intenciones eran claras: ejercer toda la violencia que pudiera contra el país, por orden de grupos terroristas con sede en Miami. El Miami de Marco Rubio y Orlando Boronat. De Mario Diaz-Balart y el youtuber Otaola . Los mismos que han instado públicamente a Washington a lanzar bombas sobre La Habana. Han recibido entrenamiento paramilitar armado y físico y dinero para instrucciones de llevar a cabo acciones violentas dentro de Cuba.
¿Fue este otro “discapacitado mental” como los propagandistas de Miami intentan hacer pasar al terrorista que disparó contra la embajada de Cuba en 2020? ¿Quizás fue la acción de un fanático con mucha iniciativa, una pistola y una moto de agua? O ninguno de los anteriores. Entonces, nadie debe descartar la posibilidad de que el gobierno estadounidense sabía que esto sucedería y por ello lanzó su alerta sobre posibles actos de terrorismo en Cuba, unos días antes. En otras palabras, Washington ya sabía de antemano que grupos anticubanos planeaban infiltrarse en la isla para cometer actos de terrorismo.
La lista de tales acciones es larga. Desde el triunfo de la Revolución de Fidel Castro en Cuba en 1959 (y sí, han pasado 65 años y contando…), la inteligencia estadounidense ha intentado todo para poner fin al socialismo cubano. Invadió militarmente en 1961; intentó asesinar a Fidel en más de seiscientas ocasiones; hizo estallar un avión de Cubana de Aviación en 1973; explosiones de bombas en hoteles y centros turísticos; asesinó a un diplomático en Nueva York en 1980; hasta la fecha secuestra a artistas y deportistas; financia la trata de personas, sin olvidar que año tras año invierte millones de dólares en permanentes campañas de asedio político, económico y mediático tratando de subvertir la opinión pública dentro y fuera de Cuba contra su gobierno.
La responsabilidad del tío Sam
Los hechos indican que pretenden reabrir una nueva fase de violencia contra la isla, a través de infiltraciones armadas. Eso se llama terrorismo, en cualquier parte del mundo. Y por menos, la Casa Blanca ha invadido países fingiendo “amenazas a su seguridad”.
Sin embargo, parece que para el gobierno estadounidense el terrorismo sólo existe cuando afecta sus intereses económicos. Para ellos hay desde TERRORISMO hasta “terrorismo, lo que sea”. Y lo que es contra Cuba (como en general, contra todos los países, pueblos y personas odiados por el Tío Sam) es tolerado y hasta financiado.
Y si no, Estados Unidos tiene la responsabilidad de cumplir las normas internacionales y deportar a Cuba a los 61 terroristas radicados en Florida que esperan juicio en la isla por sus actos. Sin embargo, esta es la hora en la que Washington se niega a colaborar, colaborando con la sospecha (que es más bien una certeza) de que no sólo consiente, sino que está detrás de la violencia contra La Habana por parte de estos grupos.
Lo que pasa es que el mundo sigue exigiendo esa actitud a Estados Unidos. Así, el pasado 2 de noviembre, como cada año, todos los países del mundo (excepto EE.UU., obviamente, e Israel, que de todos modos es un país ficticio) exigieron a Washington que levantara el criminal bloqueo económico y comercial contra la isla, mediante una votación en la Asamblea General de la ONU. Y lo seguirán exigiendo junto con los pueblos del mundo hasta que la Casa Blanca deje de obstinarse en utilizar el terrorismo como política de Estado.
(Tomado de la cuenta del autor en Medium)