La sigla del año: mipyme
El uso de siglas es una práctica frecuente en Cuba, pero hay una que promete acaparar también la atención del próximo 2024…
La década de los 60 del siglo pasado puede haber sido la del mayor número de siglas, lo cual se explica por ser la de creación de nuevas entidades, en la mayoría de loa casos con varias palabras que la población trató de economizar.
En esa búsqueda de ahorros, a establecimientos de prestación de servicios públicos como los talleres para arreglar enseres domésticos se les llamo «consolidado» para abreviar la denominación tan abundante de Empresa Consolidada de… pues las había para todo.
De esa época tenemos Comisión Nacional de Acueductos y Alcantarillados, Junta Central de Ejecución e Inspección, Instituto Nacional de la Industria Turística, Oficinas de Control y Distribución de Alimentos, Instituto Nacional de Reforma Agraria, Instituto Cubano del Petróleo y una larga lista que se abrevió como CONACA, JUCEI, INIT, OFICODA, INRA, ICP.
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Un colega chistoso en medio de una charla muy seria, por aquellos días soltó: ECOCHINCHE y varios nos quedarnos en silencio, pero tratando de descifrar la sigla hasta que para romper el hielo alguien le preguntó directamente donde quedaba esa supuesta empresa consolidada.
Ninguna de esas siglas fue tan controvertida como la que alude a las micro-empresas, pequeñas empresas y medianas empresas MYPIME consideradas por unos como lo peor que se ha infiltrado en el tejido social y otros lo valoran como la tabla de salvación que, además, quitará lastres para que la empresa estatal funcione mejor.
Lo cierto es que, como todo, nada es enteramente malo.ni tampoco totalmente bueno, pues todo depende de… Y la lista de factores de los que depende es inmensa y no se presentan por separado, sino en una avalancha donde al interactuar unod con otros, provocan efectos diferentes según las circunstancias.
Entre los pasos dados este año para crear las Mipyme los hay buenos y malos, de todos se aprende y del traspié también como se demuestra con las medidas tratadas en la segunda sesión ordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular para convertir ese actor económico en un agente dinamizador
Como tan malo es pasarse como no llegar, hay un detalle que no puede perderse de vista y es lo que callejeramente se escucha elogiar: que haya competencia para que aumente la producción y acaben de bajar los precios o que haya condiciones para que sean asequibles, no abusivos ni especulativos.
La más sencilla de las aritméticas indica que compraremos donde más barato vendan, y que lo caro tendrá que bajar obligatoriamente. Esto parece bueno, pero… depende, pues no estamos en condiciones de que ningún negocio quiebre en una competencia, porque ello significará perder recursos.
Por tanto, hay que tener la capacidad de que en esa competencia se logre ganar-ganar, pues si el derrotado estatal o no estatal invierte y en vez de obtener ganancias sufre pérdidas, habremos perdido todos de manera directa o indirecta.
El reto de las mypime para el 2024 es competir para que todos salgamos victoriosos.