Abordan en el Parlamento resultados del ejercicio de más alta fiscalización al Ministerio de la Agricultura
Un punto clave en los debates de esta jornada fue el ejercicio de más alta fiscalización al Ministerio de la Agricultura, cuyos resultados fueron expuestos ante los diputados por Ramón Aguilar Betancourt, presidente de la Comisión Agroalimentaria del legislativo cubano.
Como parte de las acciones de control, fueron visitadas las 15 delegaciones provinciales y 61 municipales, 77 empresas y 101 cooperativas. En ese proceso “se logró intercambiar con más de 10 800 personas, incluidos unos 3 000 productores”, dijo Aguilar Betancourt.
Durante este periodo de trabajo, el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular mantuvo un vínculo permanente con la Comisión Agroalimentaria para controlar el cumplimiento del cronograma de trabajo y realizó visitas a empresas, cooperativas y productores de las provincias de Pinar del Río, Artemisa, La Habana, Mayabeque, Matanzas y Santiago de Cuba, donde intercambió con productores agropecuarios y autoridades políticas y gubernamentales.
Entre los temas analizados están los diversos programas gestionados desde el Minag, entre ellos los dirigidos a la recuperación gradual y sostenible de la ganadería bovina, la producción y comercialización de materia vegetal para los programas de la medicina natural y tradicional, y la comercialización de los productos agropecuarios y la gestión del Grupo Empresarial de Acopio.
También se observó el encadenamiento de la producción agropecuaria en función del abastecimiento al turismo, los resultados de la ciencia y la innovación en la producción de alimentos y la implementación de las 17 soluciones para perfeccionar la gestión de las cooperativas agropecuarias.
Según el presidente de la Comisión Agroalimentaria, a pesar de las acciones del Gobierno de la República, el Minag y otros organismos e instituciones vinculados a la producción agropecuaria para que se concreten acuerdos y recomendaciones derivadas de todos los análisis, “no se logran las transformaciones necesarias que tengan efecto en la alimentación de nuestro pueblo y en el desarrollo económico del país”.
Más adelante, recordó que el Ministerio de la Agricultura está integrado por tres sistemas: el presupuestado, 12 OSDE y las cooperativas agropecuarias (4 480 unidades) y pequeños agricultores.
Al comentar sobre el cumplimiento de la estrategia económica y social y los resultados del plan de la economía y programas productivos, Aguilar Betancourt resaltó que el sector ha sido uno de los más afectados por la crisis derivada de la pandemia de covid y las medidas coercitivas impuestas por el Gobierno de de EE.UU.
En ese contexto, el Minag implementó medidas encaminadas a fortalecer la producción nacional de alimentos, sustituir importaciones y ampliar las exportaciones de rubros tradicionales e incorporar nuevos productos.
El presidente de la Comisión Agroalimentaria dijo que, entre las 14 producciones fundamentales, en 2022 solo se cumplieron dos: maíz y frijol. Con respecto a igual período del año precedente (2021), solo crecieron dos: viandas y frijol.
“El cumplimiento de los objetivos de trabajo de 2022 en el Minag fue calificado de mal, al igual que el cumplimiento de las 12 funciones específicas asignadas al organismo, como aparece en las valoraciones aquí realizadas”, precisó.
Según el informe, al cierre del mes de junio de 2023, la producción agropecuaria mantenía un decrecimiento con relación al plan. De las 14 producciones fundamentales, solo se cumplía en dos: hortalizas y maíz. Con respecto a igual período del año anterior, solo crecieron dos (frijol y carne de cerdo), “esta última muy lejos de la satisfacción de la demanda”.
Se señala que la producción agropecuaria, desde la concepción de los planes, está por debajo de las demandas, de los potenciales productivos y las necesidades de la población y la economía.
Advierte que “los negativos resultados que se muestran tienen problemas objetivos y subjetivos.como causas fundamentales. Muchos de los problemas objetivos datan de la década de 1990 y se han agudizado en los últimos cinco años: descapitalización de la fuerza de trabajo, obsolescencia tecnológica y carencia crónica de insumos y portadores energéticos. Esto es agravado por los efectos del cambio climático, que provocan daños a los organismos vivos que componen los sistemas productivos agropecuarios”.
A la vez, la deficiente gestión del sector empresarial y cooperativo durante estos años es uno de los problemas subjetivos que debe atenderse de manera particular. “Los programas productivos que aseguran el balance de alimentos para la canasta básica y el consumo social presentan un deterioro marcado, provocando que los productos básicos de la alimentación sean importados”.
Por otra parte, los planes de exportación de bienes y servicios se cumplieron al 75% durante el 2022 y en el primer semestre del 2023 solo alcanzaron el 92% de cumplimiento.
Se considera que las mayores potencialidades para experimentar una transformación y recuperación gradual de los indicadores productivos se concentran en las cooperativas agropecuarias.
“Hay un grupo de distorsiones en la manera de gestionar, atender, controlar y asegurar los procesos productivos que, de transformarse, permitirán alcanzar resultados favorables a corto y mediano plazos, en las condiciones actuales, como exigen la economía y el pueblo”, agrega.
Hay 216 cooperativas que presentan problemas en su funcionamiento, 156 más que en 2022. A 39 les falta el presidente y a 92 el económico. La atención a los procesos de elección, preparación y evaluación de los directivos no son bien conducidas.
Asimismo, las cooperativas agropecuarias no tienen definidas fuentes de suministros logísticos que aseguren los niveles de actividad para las producciones, limitando la autonomía en la gestión. Dependen de las asignaciones que les brinden las empresas, igual sucede con las prestaciones de servicios.
En el informe se aprecia un sobredimensionamiento de las estructuras estatales y empresariales. “Hay insuficiencias acumuladas de años, que no permiten transparentar totalmente los costos reales y las utilidades de muchos cultivos”, se señala.
Entretanto, los costos asociados a la fuerza de trabajo son altos y tienen una tendencia al incremento. “Como media, las brigadas que brindan servicio o quienes lo hacen de manera individual laboran media jornada. No se aprecia que haya acciones de influencia sobre esos actores económicos para organizarlos y que sus actividades se hagan en el marco de la legalidad”.
Por otra parte, se considera una fortaleza la implementación de la Ley 148 / 2022, De Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional, donde se enfatiza la responsabilidad que asume el sistema de la agricultura con la implementación de los programas productivos y en la calidad e inocuidad de los alimentos en las cadenas alimentarias, la prevención y reducción de las pérdidas y desperdicios de los alimentos; estos dos últimos, elementos no tratados con la misma prioridad que los programas productivos y la falta concreción de estos programas en la base.
La gestión del sistema empresarial es desfavorable, con resultados negativos por más de 2 385 millones de pesos, incidiendo en las pérdidas las OSDE Ganadera, Agrícola, Agroforestal, Gelma y Acopio.
Las mayores pérdidas se concentran en el Grupo Ganadero. Hasta junio de 2023, el sistema empresarial cierra con una utilidad de más de 1 540 millones de pesos. No obstante, 110 empresas tienen resultados negativos por valor de más de 858 millones. Los impagos y la insuficiente gestión empresarial provocan deuda o morosidad en el pago de salario de los trabajadores.
En los últimos años las inversiones en el sector agropecuario no superan el 5%. En la actualidad, las acciones se concentran en concluir las obras civiles y completar las tecnologías que permitan dar valor de uso e incrementar capacidades productivas.
Según el documento presentado a los diputados, “las mayores limitaciones están en la falta de capital de trabajo (portadores energéticos, lubricantes, insumos, materias primas, partes, piezas y agregados para los equipos de riego, la maquinización y el transporte, los implementos, falta de componentes eléctricos y los equipos tecnológicos), lo que ha impedido que las inversiones ejecutadas en programas de desarrollo como los del arroz, otros granos, y café puedan expresar sus potencialidades, aprovechar las capacidades industriales creadas y recuperar el rendimiento de la inversión”.
Se precisa buscar alternativas financieras que permitan acceder a los insumos básicos para las tecnologías de producción de granos (arroz, frijol, maíz y soya), donde se han realizado inversiones que hoy están subutilizadas, con deterioro por falta de explotación.
El café es otro cultivo de gran relevancia para el país. “Por su calidad, es un rubro tradicional de exportación, sustituye importaciones para el consumo nacional y es a la vez el principal renglón económico de la zonas montañosas.
“A pesar de las inversiones realizadas para recuperar las áreas y mejorar los procesos tecnológicos en la industria, no se logra alcanzar los resultados proyectados. Durante los años 2012-2022 se sembraron más de 61 000 hectáreas, pero las indisciplinas tecnológicas, los efectos del cambio climático y las limitaciones de insumos han afectado los rendimientos agrícolas, que como media alcanzan 0.22 ton/ha.
“Hay una despoblación en las plantaciones de alrededor del 22%, que influye directamente en este resultado. Hay producciones agropecuarias que hoy son más estimulantes y atentan contra las atenciones de este cultivo”.
La ganadería bovina es otra de las actividades con una marcada descapitalización. Allí el deterioro se acelera, la masa decrece por años y todos los indicadores presentan resultados alarmantes, según el informe.
La mayoría de los rebaños presentan condiciones de tenencia desfavorable, permanecen mucho tiempo estabulados sin la suficiente alimentación y agua. Esto, como medida de prevención al delito.
El decrecimiento de la masa inciden fundamentalmente el deterioro de la base alimentaria, la demora en la incorporación de la hembra a la reproducción, la baja natalidad, altos índices de mortalidad de la masa total y de la categoría de terneros, “con una disminución de la masa de más de 155 000 por hurto y sacrificio ilegal”.
Además, se acumulan las indisciplinas y el descontrol de la masa: la no concurrencia a los registros, la no declaración oportuna de los nacimientos, los cambios de categoría y otras violaciones que revelan fisuras en el cumplimiento y la exigencia por la legalidad.
“Las producciones ganaderas no se trabajan con el concepto de cadena de valor en la leche, la carne y las pieles; por tanto, el valor agregado que se genera no se revierte en la capitalización y el desarrollo de la producción primaria. Se mantiene la práctica indebida de la marca de hierro, mal localizada y sin límite de dimensiones, en las reses”, apunta el informe.
También se reconoce que las producciones de huevo, carne de pollo y cerdo son muy limitadas e inestables. Además, en el caso de la carne de cerdo, con muy altos precios.
“Estas industrias dependen de las importaciones de la mayoría de las materias primas para la alimentación animal. No se concretan los programas productivos que contribuyan a la producción de materias primas nacionales ya transformar el escenario actual”, añade.
La carencia de alimentos provocó el sacrificio de masa avícola destinada a la producción alternativa; por otro lado, la falta de medicamentos ha impedido los reemplazos de los rebaños.
Otra problemática expresada con fuerza por los productores está relacionada con la bancarización de las operaciones, según la Resolución 111 / 2023 del Banco Central de Cuba, ya que la mayoría de las zonas rurales no cuentan con infraestructura tecnológica para extraer efectivo.
Durante la presentación del informe, se dijo que “las ofertas de la mayoría de bienes y servicios que demandan los campesinos y trabajadores del campo no cuentan con pasarelas de pago electrónico y los servicios de caja extra en las bodegas del campo no aseguran los volúmenes de efectivo demandados. Esto complejiza las operaciones de gastos corrientes de los productores, fundamentalmente para el pago de la fuerza de trabajo”.
En el fomento de nuevos rubros exportables y la descentralización de facultades para constituir polos agroindustriales y realizar comercio exterior, se puede avanzar más en el propósito de incrementar los ingresos en divisas, junto a la consolidación de producciones tradicionales como el tabaco, café y miel de abejas, “pero hoy existen dificultades que no incentivan esa prioridad”.
Las producciones con destino al turismo no tienen la posibilidad de acceder a los financiamientos en divisa que aseguran los paquetes tecnológicos, envases y embalajes, aunque contribuyen a la sustitución efectiva de importaciones.
La inversión extranjera en el Minag, como fuente para propiciar el desarrollo y la transformación en el sector productivo agropecuario, no ha tenido los efectos esperados. Solo hay 11 negocios con participación de capital extranjero, incluidas ocho empresas mixtas, con mayor incidencia en la industria del tabaco.
Se destacó que “estamos en presencia de un sector de trabajadores, cooperativistas y campesinos humildes, comprometidos con la Revolución, conscientes del papel que juegan en la alimentación de la población y con voluntad de salir hacia adelante.
“El incremento de los volúmenes productivos, a pesar de que en algunos casos no sean competitivos en cuanto a los precios, es una garantía para alcanzar la estabilidad y soberanía del país”.
Se reconoce que la estrategia económica y productiva diseñada no ha logrado los resultados esperados que repercutan en la alimentación del pueblo y en el desarrollo económico del país, a pesar de las acciones del Gobierno, el Minag y otras instituciones que se vinculan a la producción agropecuaria.
“Una parte importante de los problemas que afectan al sector agropecuario cubano rebasan el alcance de las capacidades y facultades del Ministerio de la Agricultura, requiriendo una atención más integral por parte del Gobierno de la República.
“Apreciamos que la mayor cantidad del fondo de tiempo de los cuadros principales del organismo se concentra en la administración de la crisis, buscando soluciones y alternativas ante las carencias de insumos, materias primas y portadores energéticos, en función de la producción agropecuaria, y no siempre se dedica el tiempo necesario a lo estratégico para el desarrollo sostenible.
“En los sistemas de trabajo de dirigentes estatales y empresariales no se prioriza la sistemática vinculación con el municipio, escenario donde se concretan las funciones estatales, la gestión empresarial y la producción de bienes de consumo”.