Las islas que el mar separa, las une la solidaridad
Entre las fechas de mayor relieve que el Caribe celebra está el 8 de diciembre. Hace justo 51 años, cuatro Estados independientes de la región: Barbados, Guyana, Jamaica y Trinidad y Tobago decidieron, soberanamente, establecer relaciones diplomáticas con Cuba.
Se rompía así el aislamiento diplomático impuesto a nuestro país por el Gobierno de Estados Unidos, con la complicidad de la OEA.
La Comunidad del Caribe (Caricom), organización subregional con la que Cuba mantiene las más estrechas y fructíferas relaciones, ha brindado un apoyo permanente en todos los foros internacionales, y mantiene firme su oposición al bloqueo económico de la administración estadounidense contra la Isla.
La presencia de colaboradores cubanos de la Salud y de otras áreas de interés social ha sido y es una constancia de la verdadera colaboración Sur-Sur.
Cuba es un importante apoyo para los esfuerzos de desarrollo del Caribe insular desde hace ya cuatro décadas, y eso es reconocido por los líderes y los pueblos. La permanencia, en esos países, de brigadas médicas cubanas que han llevado la salud a los lugares más insospechados de la zona; la respuesta inmediata de nuestra nación ante alguna inclemencia climática que haya afectado a esas naciones, y la formación de recursos humanos –fundamentalmente en el área sanitaria– en escuelas cubanas, más los aportes significativos de la conocida Misión Milagro, que curó la vista a decenas de miles de ciudadanos, constituyen algunas muestras hoy convertidas en referencia necesaria cuando se habla de solidaridad.
Cada 8 de diciembre, por tanto, se celebra una fecha que ha marcado un rumbo solidario, de unidad y de respeto mutuo que se debe preservar.
En la Segunda Cumbre Cuba-Caricom, celebrada en Barbados, en 2005, Fidel advirtió: «A la globalización neoliberal y egoísta, al antidemocrático orden político y económico internacional, debemos responder con la unidad y la globalización de la solidaridad, y la promoción del diálogo, la integración y la cooperación genuina».
En esa misma Cumbre, los gobiernos de la Comunidad del Caribe confirieron al Comandante en Jefe la Orden Honoraria de esa organización, en reconocimiento a su intachable conducta humana y a su incondicional apoyo a favor del progreso y el bienestar del área.