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Por la ruta del ser que nos conforma

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El Congreso Nacional de Historia acontecerá en otra sede del país y se recordarán las jornadas en las tres sedes de Villa Clara, pero la Historia seguirá siendo parte fundamental

Se torna provechoso que el Congreso de Historia salga de los salones y vaya con el obrero, con el tocador de tambor, con la persona que posee una manera diáfana y propia de decodificar la Historia

El Congreso Nacional de Historia ya es una realidad en tierras villaclareñas. Más allá de la magna cita entre mentes brillantes y del intercambio de ideas, lo que queda para el resto de Cuba es la cuestión del encuentro, de la perpetuación del conocimiento de esta ciencia por encima de las crisis cotidianas que nos aquejan. Acopiar paciencia, recursos, consagración y esfuerzo para hablar sobre la Historia de Cuba y con ello trazar líneas de pensamiento pudiera parecer un ejercicio fuera de tiempo; pero si se tiene en cuenta la necesidad de una ruta estratégica que haga que el país no pierda su esencia, se podrá entonces comprender a este grupo de amantes del pasado. Esta vez, no solo Santa Clara, sino Remedios y Sagua La Grande se erigen como sedes de la cita, ya que lo merecen por su cualidad de urbes con una aportación inmensa a la cultura cubana.

Quizás por esas cuestiones uno de los paneles de mayor concurrencia fue el dedicado a la colonización cultural que tuvo sitio en el Centro Provincial de Superación para la Cultura y que estuvo presidido por el Dr. Fabio Fernández, para quien Villa Clara no es para nada un terreno desconocido. Hasta las aulas de este recinto fueron las personas que se interesan por un tema de gran actualidad, muchas de ellas trabajadores del sector de la cultura que dirigen procesos de programación y de jerarquización del consumo cultural. Y es que en términos de lo que establece y se legitima aún tenemos mucho que aprender y el profesor se refirió no solo a lo colonial como aquello que proviene de lo externo, sino a las actitudes que anidan entre nosotros y que son parte de la construcción de un subconsciente colectivo en el cual muchas veces no están representados los mejores paradigmas. La colonización como un proceso del substrato de la conciencia al cual se llega mediante la exposición al bombardeo de ideas en forma de imágenes o de cápsulas emocionales. El poder de las redes sociales y de la globalización por encima de todos los mecanismos antes descritos. Sin dudas, el congreso en este aspecto funciona como un nicho de pensamiento que da paso a que se establezcan pautas para la normativa de la cultura y de su consumo.

Pero la cita fue además propicia para el tratamiento de los temas locales y, en un mundo globalizado y deslocalizado como el nuestro, la reafirmación de la historia regional y hasta municipal posee un peso crucial. Por ello, en el panel inaugural de la ciudad de Remedios, realizado en la mítica Sociedad Cultural La Tertulia, hubo tres momentos para importantes figuras y sucesos de la historia de la provincia de Villa Clara. Se hizo especial énfasis en la figura de los hermanos Martínez Fortún y Foyo, que desde los primeros años del siglo pasado dieron lo mejor de sí en pos del hallazgo de la identidad y de los valores no solo de Remedios, sino de toda la región central, lo cual les mereció el reconocimiento de la comunidad científica en aquellos tempranos sucesos. Y es que en la Octava Villa existe un movimiento de escuelas de historiadores que no ha parado hasta el presente y que posee en figuras como Facundo Ramos y Rafael Farto sus puntales más extremos y valiosos en el tiempo.  

El congreso fue un momento para agradecerle, por sus labores de restaurador y de filántropo a Eutimio Falla Bonet, el artífice de que se rescatara la Iglesia Parroquial Mayor San Juan Bautista, hoy considerada una pieza de valor patrimonial incuestionable a nivel cubano y continental y que posee además el brillo intrínseco de ser un templo vivo en el cual pervive lo mejor del barroco colonial cubano como un museo de lujo. Y es que se hace la cita para justipreciar a los hombres que legaron y que obraron, que trabajaron y que dieron una parte de su ser, piensen como piensen.

El Congreso tuvo además a Sagua La Grande como esa otra urbe villareña a la cual conviene acercarse con respeto. No solo por la belleza de su entorno arquitectónico típico del trazado de las ciudades modernas, sino por su presencia en la conformación de las tres identidades por excelencia de la provincia. Sagua como uno de los focos que por su componente social y cultural no solo ha aportado grandes figuras de la Historia, sino a las personas sencillas que construyen desde lo cotidiano un espacio de convivencia y de folclore. En tal sentido, se torna provechoso que el Congreso salga de los salones y vaya con el obrero, con el tocador de tambor, con la persona que posee una manera diáfana y propia de decodificar la Historia. Habrá otras oportunidades de conocernos entre todos y de socializar lo que somos, pero como esta acción conjunta de tantas personas consagradas a los estudios del pasado pocas. Por ello, la sede en Sagua debió ir hacia lo popular y el encuentro con el más esencial elemento.

Muchas son las ganancias que le deja a una provincia como Villa Clara el Congreso Nacional de Historia. Un territorio que recién estrenó en su universidad la presencia de la carrera que gradúa a personas de dicha especialidad requería de estos encuentros. Pero más allá de lo formal del evento, de que las personas hallen caminos académicos, nos queda como me dijo en una entrevista el Dr. Enrique Ubieta, la chispa de la razón y del humanismo como interés máximo que es capaz de sobreponerse al paso del tiempo y de resignificar cualquier suceso de la cultura. Sin dudas, las tres ciudades de Villa Clara elegidas como sedes de los paneles han determinado un contrapunto esencial que habrá de nombrarse en el futuro. El Congreso se prestigia al tenerlas como parte de su periplo y a su vez se establece una relación dialéctica entre dichas urbes y el evento académico. Así quedó establecido en una de las comisiones a juicio de muchos como la más prometedora: Historia y Turismo, que hablaba no solo del pasado, sino de cómo podemos implementar esos valores hacia el futuro y transformarlos en una industria viva que haga del ocio no solo un modo de vida, sino un espíritu puro, estudioso de los valores y apegado a la verdad histórica. Comisión que por demás sesionó en Remedios y que recogió el sentir de Eusebio Leal y del propio Emilio Roig que en sus momentos declararon a dicha urbe como de un entrañable potencial para el destino turístico de la nación cubana, por la presencia de elementos tan hermosos y de arraigo como las parrandas, próximas a realizarse el 24 de diciembre.

El Congreso acontecerá en otra sede del país y se recordarán las jornadas en las tres sedes de Villa Clara, pero la Historia seguirá siendo parte fundamental de ese ser mágico que nos conforma y que determina una permanencia.

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