Hermandad y bien común en la agenda de Irán y Cuba
El encuentro entre el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, con el líder de la Revolución Islámica de Irán, el Ayatola Seyed Ali Jamenei, en la tarde de ayer, fue como un símbolo para sellar la primera parte de una visita oficial en la cual prevalecieron la hermandad y el bien común.
«Hay que aprovechar las capacidades políticas y económicas existentes entre Irán y Cuba para formar una unión, una coalición entre países que comparten la misma posición frente a las imposiciones de EE. UU. y los occidentales», expresó el Ayatola Jamenei en la red social X.
Al ahondar en los vínculos históricos de los procesos iraní y cubano, el líder de la Revolución Islámica agregó que «hace 22 años me reuní con el señor Fidel Castro. La Revolución cubana y la figura de Castro tuvieron siempre un atractivo especial para los revolucionarios iraníes, desde antes de triunfar la Revolución Islámica. La razón era la sinceridad de él en sus posiciones revolucionarias».
En esa misma red social, Díaz-Canel destacó el honor de ser recibido por el Líder Supremo de la Revolución Islámica de Irán, Gran Ayatola Seyed Ali Jamenei, y al referirse a la evocación que este hizo de su encuentro con el Comandante en Jefe, le ratificó «la voluntad de seguir desarrollando relaciones de amistad y de cooperación entre nuestros países».
El sitio de la Presidencia informó que, en la jornada, el dignatario caribeño fue recibido por el presidente iraní, el Ayatola Seyyed Ebrahim Raisi, con quien tuvo un diálogo privado, y luego ambos participaron, con sus delegaciones, en las conversaciones, de las que resultaron importantes acuerdos económicos.
También se reunió con Mohamad Baqer Galibaf, presidente de la Asamblea Consultiva Islámica; visitó el Instituto Pasteur, y recorrió el Pabellón de la Ciencia y Tecnología de Irán, en el que pudo apreciar las capacidades productivas y científicas que ha generado este país para el desarrollo y también en respuesta al cerco y sanciones que las potencias occidentales, encabezadas por EE. UU., le han impuesto.