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Un derecho de los trabajadores del mundo: la desconexión digital

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Mientras sobre todo a los adolescentes se les insiste en la necesidad de que se desconecten del ámbito digital al menos por unas horas, trabajadores en el mundo subrayan su derecho a desconectarse.

Sucede que los empleadores no siempre respetan el espacio personal del trabajador, y más allá de su horario laboral o del cumplimiento de sus metas o normas, le contactan por diversas vías también digitales irrumpiendo en espacios que son para la familia y el disfrute del tiempo libre.

A consecuencia de la pandemia de Covid-19 el teletrabajo ha experimentado un crecimiento significativo en el orbe y se mantiene sobre todo en aquellas entidades que han encontrado beneficios en cuanto a productividad y ahorro; así como por las ventajas que reporta a los empleados. 


Foto: tomada de cincodias.elpais.com
 

En el informe El tiempo de trabajo y el equilibrio entre el trabajo y la vida privada en el mundo, presentado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a inicios de este año, esa organización  analiza los dos aspectos principales del tiempo de trabajo: las horas de trabajo y la organización de dicho tiempo laboral, lo cual también alude al trabajo a distancia y al teletrabajo.

Dicho informe es el primero enfocado en el equilibrio entre la vida profesional y personal, y señala que más de la tercera parte de los empleados en el mundo trabaja más de 48 horas por semana.

Limitar el número de horas laborales para proteger la salud de los trabajadores ha sido centro de atención desde hace más de un siglo, pero los empeños por un equilibrio entre el trabajo y la vida privada cobran fuerza mucho después, cuando los decisores cobran mayor conciencia sobre la dificultad de los trabajadores para conciliar la vida personal con el trabajo remunerado.

“Existe una cantidad considerable de evidencia que las políticas de equilibrio entre la vida profesional y privada proporcionan importantes beneficios a las empresas, sustentando el argumento de que este tipo de políticas son provechosas tanto para los empleadores como para los empleados”, indica el texto de la OIT.


Foto: Sadiel Mederos

El conocido como Derecho a la desconexión imbrica estrechamente con lo anterior ya que la conectividad que mantienen quienes se dedican al teletrabajo, trabajo a distancia o trabajo híbrido no debe ser entendida como equivalente a una disponibilidad permanente en función de la empresa.

Tal desajuste entre el tiempo personal y el laboral, que entre otras cosas equivale a atender a cualquier hora llamadas telefónicas, correos electrónicos o mensajes en las redes sociales de los jefes, significa un obstáculo a la necesaria desconexión mental del trabajo y puede implicar riesgos psicológicos como el incremento del estrés.

De hecho, ya existen patologías como el llamado tecnoestrés laboral, la “nomofobia” (miedo irracional a estar sin el teléfono móvil), que no es ajena a los cubanos, y otras derivadas del uso constante, no dosificado, de las nuevas tecnologías.


Foto: Linkedin

Desde febrero del año pasado la Organización Mundial de la Salud también apuntaba en palabras de la Dra. María Neira, Directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud, de la OMS , que “desde el inicio de la pandemia, ha quedado muy claro que el teletrabajo puede aportar fácilmente beneficios para la salud, pero también puede tener un efecto nefasto. 

“Hacia qué lado se incline la balanza depende totalmente de que los gobiernos, los empleadores y los trabajadores trabajen juntos, y de que haya servicios de salud laboral ágiles e imaginativos, a fin de poner en marcha políticas y prácticas que beneficien tanto a los trabajadores como al trabajo”.

Desconexión es descanso

La consultora legal Lydia Guevara Ramírez, miembro de la Sociedad Cubana de Derecho Laboral y Seguridad Social de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, abunda sobre el tema en su interesante artículo La desconexión digital. Necesidad de su protección.

A propósito, la también investigadora de temas laborales y profesora universitaria refiere que el derecho a la desconexión digital tiene como objetivo preservar la salud física, mental y emocional del ser humano, en tanto trabajador, brindándole el necesario espacio para el descanso, con el fin de que se genere un balance equilibrado entre su vida personal y laboral.

“Es un derecho que se enfila directamente contra una práctica abusiva ya convertida en habitual en muchas organizaciones (…). Se trata simplemente del respeto al tiempo de descanso diario, semanal y las vacaciones, que debe estar incluido en el contrato de trabajo”, subraya la entendida y agrega que el equivalente actual del derecho al descanso es el derecho a la desconexión digital por la presencia cada vez más extendida del trabajo a distancia en sus diferentes variantes.

En el caso de Cuba, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social aprobó en  2021 la Resolución No. 71 que estableció el Reglamento para el trabajo a distancia y el teletrabajo. En su artículo 10 (inciso g) precisa
que se deben regular los términos para la entrega del resultado del trabajo, de manera que las tareas planificadas no obstaculicen el tiempo de descanso del trabajador. 

Nuestro país avanza hacia la informatización de la sociedad, de ahí que el teletrabajo y variantes similares no constituyen algo coyuntural dejado por la terrible Pandemia. Es por ello que, por ser aun una novedad, demanda de investigaciones y estudios que tributen, al decir de Guevara Ramírez, a “un ambiente seguro de trabajo, tanto en lo que a la salud mental de estos se refiera, en el sentido del bienestar físico y psicosocial y no la ausencia de enfermedad”. En ello el Derecho a la desconexión tendrá siempre espacio relevante.

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