Cuba en temporada de alza turística de tiempos difíciles
En medio de una situación de extrema complejidad por la comunión de un grupo de factores negativos, Cuba entra en su temporada de alza turística, que se extenderá desde este mes y hasta abril venidero.
El poder de recuperarse de este sector y su capacidad para captar divisas de forma dinámica le siguen otorgando un rol relevante en la deprimida economía nacional, aunque realmente la industria no ha logrado el despegue esperado, pese a lo cual sigue siendo el segundo rubro aportador al PIB y el tercero por sus recaudaciones financieras, solo detrás de los servicios profesionales y las remesas.
Hasta septiembre arribaron al destino cubano un millón 814 mil 150 visitantes internacionales, lo que supuso un incremento de más de dos tercios con respecto al mismo período de 2022, de acuerdo con la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).
Sin embargo, tal cuantía evidencia la imposibilidad para el país de alcanzar el objetivo gubernamental de 3,5 millones de clientes en 2023, porque en los nueve primeros meses apenas se ha rebasado la mitad de ese flujo.
En reciente Consejo de Ministros, el titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil, destacó que el total de viajeros recepcionados en lo que va del ejercicio en curso representa el 75,5 % de lo previsto para esta fecha y solamente el 55 % de quienes vinieron a la Isla en idéntico lapso de 2019.
Los principales mercados emisores son Canadá, Estados Unidos, Rusia, España, Alemania y Francia, todos con aumentos interanuales en comparación con los 24 meses precedentes, sin embargo, el movimiento de veraneantes resulta todavía insuficiente y en influyen condicionantes que no solo inciden en Cuba sino también en el mundo entero, envuelto en una época convulsa con guerras, desarrollo desigual y donde se levantan muros en vez de puentes.
Para la campaña invernal, la nación caribeña exhibe reparaciones en sus principales aeropuertos, hoteles de máxima categoría en la capital, en los polos más importantes del interior, en las cayerías y balnearios, encabezados por Varadero, que arrancó su alta el pasado día 8 con el arribo de un vuelo gestionado por la compañía española Plus Ultra procedente de Polonia.
Según la agencia de noticias Sputnik es de destacar asimismo el número de turistas rusos que viajaron al territorio nacional, ascendente a 146 mil 300 personas entre enero y octubre, para un crecimiento de 3,5 veces frente al mismo periodo del calendario anterior, informó la Asociación de Turoperadores de Rusia (Ator).
Se han confirmado otras conexiones aéreas y la elevación en muchos casos de sus frecuencias, como descuella el caso de la aerolínea estadounidense American Airlines, que operará 82 vuelos semanales durante todo el invierno.
Esas acciones acontecen para la ínsula en un contexto de colosales desafíos, empezando por el bloqueo recrudecido de la Casa Blanca contra La Habana, con más de 60 años de existencia; y con el cual deberemos convivir y resistir, pero que no deja de ser un proceso desgastante, con incidencia en la cotidianidad de los cubanos.
A ello se suman las secuelas de la pandemia, larga etapa de inactividad que aún resiente los procesos productivos locales; así como una acelerada inflación, desequilibrio en los abastecimientos, el déficit de combustibles y, sobre todo, de divisas.
“Estamos viviendo una situación muy compleja en estos momentos, de máxima presión”, ha reconocido el propio Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien, además, agregó que a la crisis económica se añade una cruzada mediática desde plataformas tóxicas que buscan, como en las últimas seis décadas, asfixiar al país.
Se une a su vez la inclusión arbitraria de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo, un ostensible lastre sobre el archipiélago caribeño, no obstante, ante tales retos los cubanos continúan su camino y uno de ellos apunta a potenciar el turismo, que recién recibió en Londres de la revista de viajes Wanderlust, del Reino Unido, el Premio de Oro como la «Isla más deseada del mundo».
Las razones para esa distinción fueron recientemente destacadas asimismo por el Primer Ministro, Manuel Marrero, de visita en China, donde puso de relieve que el destino cubano tiene muchas potencialidades para el gigante asiático, por su ubicación geográfica- ideal para el multidestino-; su naturaleza, cultura, historia, patrimonio, capacitación del personal, estabilidad política y, sobre todo, su hospitalario pueblo.
Atributos hay muchos ciertamente. Sí, pero el injustificado y criminal cerco de EE.UU. persigue con saña los emprendimientos de la industria del ocio autóctona, a lo que se adiciona el hecho tácito de que la contracción económica resulta universal; más la competencia en la región con el Caribe mexicano, República Dominicana y Puerto Rico, sin la carga pesada de Washington en su derredor.
También para el renacer del ramo como le urge al destino se necesitan más capacidades aéreas que lo vinculen con las fuentes emisoras. Como esperados itinerarios para diciembre aparecen, entre otros, los que desde Canadá tocarán pista en Cienfuegos y en Manzanillo, Granma.
De cara a este cúmulo de adversidades, presiones y carencias, no hay otras opciones que aquellas que mueven a Cuba a persistir en su proyecto de desarrollo y enfrentar, con calidad y optimismo, una temporada de alza turística de tiempos difíciles.