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Verticalismo o descentralización en la economía cubana

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Dos asuntos o mecanismos que requieren flexibilidad y adecuada relación por las escaseces de recursos materiales y financieros que obligan aún a la planificación «desde arriba», en tanto a nivel territorial los municipios adquieren mayor autonomía y gestión, además de aprobar su Presupuesto y Plan de la Economía…
La distribución centralizada de vitales productos importados ha sido una necesidad para un país como Cuba. (Joaquín Hernández / Xinhua)

Desde hace años políticas dirigidas a impregnarles mayor autonomía y liderazgo a las empresas y municipios, tal cual se recoge en la Constitución y en los acuerdos de los últimos congresos del Partido Comunista de Cuba, dejan bien claro la voluntad del Estado por descentralizar funciones y la administración y gestión de recursos, empeño bien espinoso y en el que ha resultado difícil avanzar con la celeridad e integralidad necesarias.

Si bien expertos coinciden en que en la concreción de tales aspiraciones está la solución de grandes problemas al contribuir al incremento de la producción de bienes y servicios, a crear mayores incentivos en los actores económicos y a fomentar la participación popular en múltiples espacios y proyectos, en medio de ciertos avances  todavía subyacen a esos niveles resistencias al cambio, resquemores y falta de preparación en cuadros y dirigentes.

No por gusto en una de las más recientes emisiones del programa televisivo Cuadrando la caja entre las preguntas introductorias al debate sobre verticalismo o descentralización en la economía cubana estuvieron: ¿en qué consiste la descentralización territorial de competencias?, y ¿cuáles son los próximos pasos a dar para superar la mentalidad verticalista y centralizada, tanto de dirigentes como de la base?

Dada la crítica situación por la que ha transitado la economía cubana debido fundamentalmente al bloqueo estadounidense, el país se ha visto obligado a centralizar la distribución de recursos materiales y financieros, a priorizarlos para determinadas actividades y sectores; en fin, a recurrir a la planificación centralizada, partiendo del carácter social de la Revolución y, en consecuencia, de manera diferenciada, atender a los más necesitados.

También a causa de la escasez de divisas suponen otro reto para el Estado, con vistas a garantizar, por ejemplo, la canasta familiar normada. Esto sigue impactando en la distribución «desde arriba». En tal sentido se procura que los alimentos y otros bienes lleguen a todas las provincias, pero también llegó la hora de que cada territorio logre autoabastecerse con todo lo que pueda producir.

El propio presidente cubano Miguel Díaz-Canel ha expresado que lograr una adecuada relación entre centralización y descentralización de los procesos económicos-financieros del país, resulta un paso necesario para un mejor desempeño de la economía. Comentó que en un trabajo que involucró a organismos e instituciones, hace unos años, fueron identificadas las trabas que la frenan, en aras de tomar las decisiones necesarias.

DESDE EL MUNICIPIO

En este primer programa de Cuadrando la caja, otra de las pregunta a los panelistas fue cómo se hacen los planes económicos desde los municipios, por ser el principal escenario donde se producen y gestionan los bienes y servicios, sobre todo teniendo en cuenta que deben estar en articulación con una economía nacionalmente planificada.

Al respecto, la Licenciada Aizel Llánes Fernández, directora del Instituto Nacional de Investigaciones Económicas (INIE) y coordinadora nacional de la Plataforma Articulada para el Desarrollo Integral Territorial (PADIT), explicó que durante muchos años ha existido una organización de planificación de mecanismos financieros, de manera centralizada.

Realmente cuesta mucho trabajo la descentralización porque desde 2011, cuando en el Congreso del Partido se aprobó la Conceptualización del modelo económico y social cubano, el Plan de la Economía hasta el 2030 y los Lineamientos, se han hecho un grupo de cosas en función de descentralizar objetos sociales y mecanismos financieros en el sistema empresarial que puedan ayudar a formar   salarios de sus trabajadores, y también a nivel municipal.

Desde hace dos años, en la Asamblea Municipal del Poder Popular, apunta la experta, se hacen las propuestas de Presupuesto y Plan de la Economía antes de presentarlos a los organismos rectores. Después, se lleva una evaluación desde los balances nacionales según las disponibilidades de recursos, incluida la divisa, y por eso todavía hoy queda verticalismo y descentralización.

Pero procesos hoy ya descentralizados, que conllevan un cambio de mentalidad y nos cuesta implementar en la práctica. Por ejemplo, desde el 2020 existe la Política para impulsar el desarrollo territorial, y desde el 2021 está el Decreto 33, referido a la gestión estratégica de Desarrollo Territorial de un municipio, explicó la especialista.

Todavía no se realiza en todos esa gestión en la que el gobierno pueda hacer alianzas con actores económicos, pueda haber encadenamientos entre todos ellos, y en función del desarrollo local gestionarse financiamientos provenientes de las nuevas formas de gestión, de la empresa estatal, o fruto de la colaboración internacional y de la inversión extranjera también a ese nivel.

La directora del INIE opina que hay que descentralizar la competencia, no solamente la responsabilidad de gestión, el que tiene facultad de autorizar, decidir, dar licencias, etc.

PLANIFICACIÓN CENTRALIZADA Y PARTICIPACIÓN POPULAR

Según la máster en Ciencias Daisel García Bello, directora de Desarrollo Territorial del gobierno de Sancti Spíritus, primero hay que tener en cuenta que Cuba es un país que se rige por una planificación centralizada.

Hay muchos mecanismos y recursos a disposición del gobierno central y otros que, al calor de la Conceptualización del modelo económico y social cubano, y de la implementación de los Lineamientos y la Política Económica y Social del del país, se han dejado para que los territorios y los gobiernos locales sean partícipes de ese proceso de descentralización. En resumen, que falta ponerlos en práctica.

Existe un decreto que llega a gestionar el desarrollo territorial en provincias y en municipios. También contempla un mecanismo de gestión de la financiación que lo decide el gobierno, al igual que el presupuesto participativo. Este, según explicó Daisel, es aquel en el cual la población, las instituciones y los organismos intervienen en la conformación del presupuesto y financiamiento del municipio, según las necesidades.

En dicho proceso se han descentralizado, por ejemplo, los objetos empresariales, la distribución de las utilidades, la implementación de los decretos para el desarrollo territorial y el diseño de sistemas agroalimentarios a nivel local.

La directora recalcó que no podemos continuar construyendo estrategias e instrumentos en los cuales no exista esa participación ciudadana real, desde la propia construcción de la Estrategia de Desarrollo Municipal, y no solo cuando se da a conocer la misma. Cuando exista una participación real en su construcción, implementación y evaluación, como un ciclo, entonces existirá el control popular.

LA EXPERIENCIA DEL MUNICIPIO DE GÜINES

La experiencia práctica de estos esfuerzos podemos apreciarla en Güines, provincia de Mayabeque, cuyo presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular,  Licenciado Pedro Hernández Rodríguez, señala que para avanzar con la descentralización y la verticalización el primer paso es darle el protagonismo al municipio, que se identifiquen desde abajo, desde la base sus potencialidades y la participación popular a través de sus diferentes estructuras, ya sean centros de trabajo, los consejos populares, una audiencia pública, un centro estudiantil… Es decir, crear escenarios para que la población participe y haga sus propuestas sobre cómo quiere su municipio, qué quiere transformar allí, pero sobre la base de un primer análisis de lo que tenemos en el territorio.

A partir de las potencialidades endógenas se debe hacer una primera propuesta de ese Plan de la economía, que va a surgir del municipio. Eso es lo que ya está previsto legalmente en la actualidad y que se va practicando, aunque todavía nos falta crear esos escenarios públicos de mayor participación popular.

Ya hay un segundo año de experiencia donde las Asambleas Municipales aprueban la propuesta en diciembre. Después de notificado el Presupuesto y el Plan de la Economía, lo sometemos a aprobación por los delegados, no sin antes analizar qué transformaciones deben hacerse en la localidad.

El presidente del Poder Popular en Güines insiste en que se parte de la consulta popular, de los planteamientos de la población. Esto ayuda a la conformación del presupuesto municipal, y a la estrategia para dar respuesta y solución a las preocupaciones de los electores. Pedro es del criterio de que la economía del municipio se va a desarrollar cuando todos sus actores converjan en este objetivo final. Si todos aportan desde lo que dice la Estrategia y de lo que cada cual tiene para hacer, entonces habrá resultados. Dentro de los retos está el encadenamiento en la economía local y lograr renglones exportables.

DESDE LAS REDES SOCIALES

Cuando días antes de la emisión de Cuadrando la caja se anunció que estaría dedicado a este asunto, un cibernauta, Pedro Palet Rabazs, sugirió que se abordara cómo concretar la descentralización de atribuciones y funciones que todavía retiene el gobierno provincial y que debían asumir los municipios.

“La clave, escribió, es acelerar la capacitación de los cuadros municipales para que puedan implementar en la práctica los cambios que ya fueron aprobados por ley. Pareciera que la provincia no quiere o no puede soltar el control y que el municipio no está preparado para asumirlo. ¿Es así? ¿Hay un término definido para ejecutar estos cambios?»

También desde las redes sociales El Calzo dijo: “La descentralización financiera sin recursos materiales para ejecutarlas es algo que para el municipio es difícil de aplicar, y aún más sin acceso a la divisa, tan necesaria para invertir. Por otro lado, se habla, por ejemplo, de que la producción de materiales es local y los recursos, materias primas y materiales, así como la ventas de las producciones, están a nivel de provincia, y los servicios de funerarias y cementerios también”.

Recursos como cemento, acero y madera para las reparaciones y mantenimiento de las instalaciones de Educación, Salud, Cultura, Deportes y Servicios Comunales se centralizan a nivel de provincia y toman otro destino que no es el planificado. La descentralización está pasando por un mal momento entre lo viejo y lo nuevo. Y por último, hay una enorme diferencia entre lo que se institucionaliza y lo que se cumple en los municipios en cuanto a estos y otros temas.

Como le respondiera Aizel a un cibernauta desde las redes sociales: “El objetivo de la descentralización de competencias es ese, que cada cual tenga sus competencias, con sus recursos y los límites bien claro, donde nadie debería intervenir en las competencias propias y viceversa, aunque no sólo habrá competencias exclusivas, sino también algunas compartidas, pero igual hay que tener claro su límite y recursos asociados”.

Según la directora del Instituto Nacional de Investigaciones Económicas y coordinadora nacional de la Plataforma Articulada para el Desarrollo Integral Territorial, aún queda mucho por hacer para cambiar mentalidades de la verticalidad a la descentralización, ya aprobadas las bases y el diseño para la descentralización territorial.

La experta subraya que se ha descentralizado la gestión estratégica para el desarrollo territorial y los servicios comunales, y se trabaja en la producción, transformación y comercialización de alimentos, a partir de la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional.

Además de estar evaluándose las competencias, también se descentraliza el sistema agroindustrial, con empresas de subordinación nacional que están pasando a propiedad del municipio para su gestión más directa a las necesidades de la población. Se trabaja, de igual modo, en la conciliación de las competencias de transporte, construcción, industria local, turismo local, energía renovable, comercio, educación y cultura…

De acuerdo con el titular de Economía y Planificación y vice primer ministro, Alejandro Gil Fernández, llegó la hora de cuestionarse si es necesario o no emitirle indicadores al sector empresarial. «Ello no significa que renunciemos a la planificación centralizada, porque en un país como el nuestro, con limitaciones de recursos, es imprescindible planificar centralizadamente, Io que no quiere decir que tengamos que emitirle a todo el mundo indicadores directivos. Debemos mantener los balances centrales del país y que no sea el mercado el que asigne los recursos».

En tal sentido, el plan (desde el propio municipio) tiene que ser un instrumento dinamizador de la economía, que incentive las fuerzas productivas y que proteja las principales actividades económicas

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