Caibarién: mi puerto de coral (+Audio)
Hay un pedazo de playa que me pertenece, que la metí en mi mochila y anda conmigo para arriba y para abajo como quien lleva a sus espaldas un tesoro tan hermoso y tan valioso. El mayor tesoro está en volver a allí, al sitio donde aprendiste a enamorarte del olor a tierra mojada cuando cae un aguacero. A los rincones que te remueven el alma y te recuerdan a dónde perteneces. Las caras de mi gente ora alegres, ora tristes, pero siempre reinventándose un camino. Caibarién no está rodeado de mar, está dentro del mar. Se me antoja como barco de papel, un blanquísimo barco de papel que hace 191 años un chamaquito decidió ponerlo a navegar y millones de cangrejos lo custodian. Caibarién, mi pueblo de artistas como Manuel Corona o Florencio Gelabert (por solo mencionar algunos) hoy cumple años. La gente que ahí nacimos fuimos por encima de aquella frase de: ¡Siempre nos quedará París! Y por eso en el parque de la Güira tenemos nuestra propia torre Eiffel. La glorieta de Caibarién que ampara a la banda de conciertos. Las tradiciones de darle la vuelta al parque los hombres hacia un lado y las mujeres hacia el otro como un convite creciente en el que un cruce de mirada, una sonrisa pícara, un pestañear podía crear lazos. Miles de cangrejos salen a llenar las calles en las corridas de cangrejos. Fuegos artificiales y carrozas entre los bandos de La Loma y La Marina. Caibarién: mi puerto de coral. El paso del tiempo ha sido cruel, la salitre del mar parece convertir en polvo tanta casa bella, tantas aceras de lajas, pero no va a destrozar tanta alma de soñadores que se levanta día a día a reinventarse el día.
Y como dicen mis personajes de la obra Puerto de coral: «Llevaremos en un barco un pedazo de este pueblo, y cuando estemos en el medio del océano Pacífico abriremos el bolso y dejaremos escapar toda el agua de la playa que llevamos escondida para enseñarle al mundo entero… La tripulación quedará extasiada, pensativa, relajada ante al agua de la playa caribeña… Entonces se nos aparecerá un señor elegante y fino y nos preguntará: ¿De dónde son ustedes? Y nos levantaremos y gritaremos con el mayor de los orgullos: ¡De la playa de Caibarién! El señor pondrá cara de: ¿Dónde queda eso? Y le diremos: somos el hombligo del mundo.
Hoy hay fiesta en mi pueblo. ¡Arriba parranderos que hoy salen La Loma y La Marina! Felicidades Caibarién.
Escuche la siguiente reseña de CMHS Radio Caibarién:
texto e imagen: tomadas del muro de Facebook del autor.