Producción porcina en Cuba: ¿Vamos o no vamos?
¿Qué decisiones se deben adoptar en aras de incrementar la producción porcina y lograr una recuperación más acelerada de la producción de carne de cerdo?…
¿Podemos contar en Cuba con una base alimenticia autóctona que nos libere de la dependencia del alimento importado para la producción porcina?, ¿qué decisiones debemos adoptar en aras de incrementarla y lograr una recuperación más acelerada de la producción de carne de cerdo?
Tales interrogantes hizo en la apertura de un reciente taller científico en La Habana, sobre la dieta de ese animal y sus precios (en toda la cadena de valores), el Máster en Ciencias Silvio David Gutiérrez, director general del Centro de Estudios Contables, Financieros y de Seguros (CECOFIS), del Ministerio de Finanzas y Precios (MFP).
Sus preguntas motivaron el debate entre porcicultores, académicos, empresarios y funcionarios de varios organismos y provincias, lo cual permitió valorar de manera integral, y con la urgencia del momento, un asunto estratégico para el país.
ASEGURAR LA ADECUADA ALIMENTACIÓN ANIMAL ES CLAVE
La alimentación representa entre el 70 y el 80 % del costo total de la producción de carne de cerdo, y por eso se le concede suma importancia a su utilización racional y eficiente en concordancia con el estado fisiológico de los animales, explicó en el encuentro el Máster en Ciencias Jorge Luis Piloto, especialista del Instituto de Investigaciones Porcinas (IIP), del Ministerio de la Agricultura.
Según el experto, la categoría de cerdos en ceba, que comienza a los 75 días de edad, consume aproximadamente el 70 % de los alimentos del rebaño, pero tiene la ventaja que admite la inclusión de altos niveles de fuentes alternativas o no convencionales en la dieta. Las raciones de los cerdos están compuestas por diferentes fuentes de nutrientes, las que deben balancearse adecuadamente en aras de lograr el máximo de su potencial genético.
El programa porcino que implementa Cuba se basa en una cría intensiva en la que un cerdo requiere comer, para su crianza y engorde, cereales, proteínas como la soya, y aminoácidos que conforman un pienso, para en seis meses pesar 90 Kg. Si este alimento se retrasa o nunca llega, teniendo en cuenta que una buena parte de esa materia prima se traslada en barco hasta la Isla, los rendimientos por apuntan a la baja, y la recuperación no sucede de un día para otro.
Por tanto, una dieta balanceada con alta presencia de insumos de producción nacional, con cultivos de buenos rendimientos, adaptación a las condiciones de suelo y clima, y aceptables concentraciones de nutrientes, constituye una premisa indispensable para garantizar la soberanía alimentaria en nuestro país.
SIGUE SIENDO INSUFICIENTE Y UN RETO LA PRODUCCIÓN PORCINA
A partir del 2005 el programa porcino en Cuba comenzó un proceso ascendente, el cual mostraba cada año indicadores económicos superiores al calendario anterior, obteniéndose en el 2018 una cifra récord de más de 200 mil toneladas de carne de cerdo en pie.
Todo este nivel productivo estaba diseñado bajo un esquema de importación de materias primas a base de maíz y soya fundamentalmente, el cual representaba el 70 % del total del alimento suministrado a los animales. En 2019, y debido a la situación económica existente, el país se vio en la obligación de renunciara la importación de esos imprescindibles insumos y, como consecuencia, la producción porcina sufrió serias afectaciones.
En sintonía con lo anterior, al referirse al estado actual de la porcicultura cubana, la Doctora en Medicina Veterinaria Yusleidys Pérez Prats, directora general del IIP, señaló que en comparación con el récord de producción logrado hace cinco años, hay un sensible decrecimiento de cerca de un 90 %.
“Nos estamos proponiendo cerrar el año con unas 27 mil toneladas en total, aún muy distantes de la demanda nacional. Entonces, tenemos un reto fuerte en el último trimestre del 2023, que es producir 10 mil toneladas de carne de cerdo”, precisó la directora del Instituto de Investigaciones Porcinas.
Según la experta, nuestra masa porcina ha decrecido en más de un 50 %, sólo se cuenta con 29 mil reproductoras y ha existido un desbalance alimentario que nos ha dejado bajos rendimientos; todo ello provocado por el recrudecimiento del bloqueo estadounidense, los altos precios internacionales y la no disponibilidad de alimentos, más los problemas subjetivos, que tienen que ver con el productor y la base productiva.
De acuerdo con la Doctora en Ciencias Veterinarias, en realidad productores de este programa somos todos, casi todo el país, teniendo en cuenta que la carne de cerdo siempre ha sido el eslabón fundamental, por excelencia de consumo, en la mesa de las familias cubanas.
No obstante, la realidad actual es que la producción porcina en Cuba es escasa para satisfacer las demandas y necesidades de los pobladores lo que propicia que el precio en el mercado informal sea bastante elevado que apenas las familias puedan costearlo. Entonces, las soluciones a este problema urgen porque… ¿acaso el puerco no era el mamíero nacional?
DESDE LA CIENCIA Y LA INNOVACIÓN SEGUIR BUSCANDO SOLUCIONES
Margarita Acosta, directora de Política de Precios del Ministerio de Financias y Precios (MFP), calificó como buena iniciativa que desde la ciencia y innovación se evaluara con representantes calificados de la cadena de valor de la producción porcina, y de diversos organismos e instituciones, las condiciones que existe en Cuba para la recuperación y desarrollo de esa rama, aunque centraran la mirada en la dieta del cerdo y sus precios.
En los análisis de dificultades y retos en cuanto a la genética, la salud o bioseguridad del animal, la alimentación y el hábitat ,se recalcó la necesidad de tener en cuenta las mejores experiencias en la creación de una base alimenticia autóctona, que a su vez abarate los costos en la comercialización.
Sí quedó claro la urgencia de atender integralmente la base productiva, desarrollar el extensionismo, sumar al programa porcino a cuantos organismos, instituciones y actores económicos puedan contribuir, y desde la ciencia y la experiencia de los ganaderos seguir
buscando soluciones a los disímiles problemas, entre éstos lograr asegurar los insumos nacionales para evitar importaciones.
Aunque aún no se aprecia una respuesta productiva en correspondencia con la importancia de esta producción y las oportunidades creadas, según los participantes en el encuentro, existen condiciones y voluntad para el incremento de la producción porcina en Cuba.