Cuando las redes sociales ya no son sociales
Jubilado Facebook y ya veremos cómo acaba lo de Twitter, Instagram y TikTok han capitalizado de maravilla el auge del smartphone: 2.500 millones de usuarios tiene el primero y 1.000 millones el segundo, además de conseguir que sus usuarios pasen cada vez más tiempo en ellas
Dice el refrán que «de opíparas cenas están las sepulturas llenas», y nadie se ha pegado el festín de crecimiento e impacto que se han pegado las redes sociales en la última década. Jubilado Facebook y ya veremos cómo acaba lo de Twitter, Instagram y TikTok han capitalizado de maravilla el auge del smartphone: 2.500 millones de usuarios tiene el primero y 1.000 millones el segundo, además de conseguir que sus usuarios pasen cada vez más tiempo en ellas. En ambas.
Sin embargo, notaba Insider hace unos días una paradoja: este crecimiento llega de la mano de la muerte de las redes sociales, al menos en la concepción que teníamos de ellas la década pasada, subrayando su segunda palabra.
Ahora todo es privado.
Círculos verdes y mensajería grupal
Trate de recordar usted, querido lector, cómo eran las sesiones de stalkeo suave hace unos años y cómo son ahora. Cuánta gente tenía perfiles abiertos en Instagram y cuánta los tiene ahora. Cuántas personas hacían servir las redes sociales para compartir su vida sin muchas reservas, y cuántas la limitan ahora a una versión extremadamente filtrada.
Un censo del uso de las redes sociales en Cuba
La red de redes afianzó su dominancia luego durante la cuarentena que impuso la covid-19. Imposibilitados de reunirse presencialmente, los ciudadanos se volcaron en el ciberespacio puesto que, al fin y al cabo, el ser humano es un animal social.
Son esas imágenes y vídeos perfectamente editados, escogidos, alineados con una marca personal más que con un individuo. El vehículo para usar las redes sociales no como el centro de las relaciones personales, sino como el vector de crecimiento de esa marca personal. Lo único que se publica resulta de la criba de la imagen que se quiere proyectar.
¿Dónde ha quedado compartir sin pretensiones ni ediciones, y mucho menos sin interacciones, nuestro día a día con nuestra gente? Fácil: en la mensajería privada en general, en los grupos de WhatsApp en particular.
Llegó la contención en Facebook y en Instagram, y luego los candados. Si acaso, los círculos verdes. Tras eso, la búsqueda de viralidad. Hasta quienes no buscan la fama sí anhelan, en ocasiones, una gran lista de contactos y cifras de likes lo más altas posibles. Y quien no quiera participar en el juego se queda fuera. Las fotos de la familia y las buenas nuevas que compartir con los amigos, a WhatsApp, lejos del ojo ajeno.
No ha sido culpa únicamente de que nos hayamos caído del guindo y hayamos empezado a preocuparnos de nuestra sombra digital, también las propias redes incentivaron a ello desarrollando una estructura de recomendaciones en la que la dopamina se hizo protagonista, y solo la viralidad permite acceder a ella.
Las redes sociales mutaron en plataformas de entretenimiento hechas por creadores, no (solo) por grandes empresas; y con ellas murió la red social del inicio de los tiempos. Hoy, sobreviven como grupos de WhatsApp familiares. Si usted quiere compartir una ecografía o el cumpleaños de la abuela, seguro que podrá contar con ellos.
EN CUBA
En nuestro artículoUn censo del uso de las redes sociales en Cuba hablamos sobre el papel que llegaron a ocupar en la sociedad actual el uso de las redes sociales que, en la Cuba de 2012, era un hecho que parecía inalcanzable. Once años después es la realidad diaria de muchos. La nueva dinámica comunicacional evolucionó a tal velocidad que, de acuerdo con datos del Banco Mundial, 68 por ciento de la población cubana usaba internet en 2019, en consonancia con la media latinoamericana; en 2013 solo el 28 por ciento de los cubanos lo hacía.
Las redes sociales más allá de memes y chateo (+Gráficos)
La atención a la comunidad, la cercanía a los públicos se hace cada vez más presente en nuestro día a día. Así se mueve el mundo, y Cuba no se detiene en su crecimiento digital…
Facebook, Instagram y todos sus parientes redireccionaron el entretenimiento. La propuesta que combina el contenido personalizado, interactivo y accesible en todo momento ha tenido peso, por ello 96,15 por ciento del tráfico web de Cuba, medido en septiembre de 2022, correspondía a Facebook.
¿Continuará de igual forma esta stuación de finaes de 2022? Es un asunto que debemos analizar más adelante…