Logro quirúrgico en el Hospital Pediátrico de Villa Clara
Las posibilidades de que Keyla Isabela Hernández Gómez, de sólo 44 días de nacida, transitara hacia una ceguera total fueron contrarrestadas gracias a la acción de un equipo multidisciplinario que procedió al acto quirúrgico en los salones del hospital pediátrico universitario José Luis Miranda, de Villa Clara.
La pequeña padecía de una agresiva retinopatía de la prematuridad (ROP, por sus siglas en inglés) que afectaba ambos ojos, en una etapa marcada de la enfermedad, y fue intervenida el pasado jueves como respuesta precoz para evitar el desprendimiento de la retina que ocasiona la pérdida de la visión.
La Dra. Zoila Fariñas Falcón asume el Programa de Retinopatía del Prematuro desde hace 20 años y encabezó la labor quirúrgica, que duró entre 30 y 40 minutos.
«El nacimiento de la menor se produjo a las 30 semanas de edad gestacional y con sólo 1500 gramos de peso, y el bajo peso al nacer, unido a la prematuridad, abren las puertas para la aparición de la ROP, considerada la primera causa de ceguera en los países desarrollados», sustenta la especialista.
Agregó que mientras más bajo peso tenga la criatura y menos tiempo de edad gestacional, mayores resultan las probabilidades de que desarrolle la enfermedad hacia estadios graves.
Un fondo de ojo dilatado con mecanismos especializados permite a los neonatólogos realizar las pesquisas a todo recién nacido con estas características, y en cuanto se detecta algún caso marcado, se contacta con el oftalmólogo del equipo de ROP.
Fariñas Falcón acotó que este tipo de retinopatía ocurre en el período neonatal y no se nace con ella. «Entre las causas influyen, sobre todo, el embarazo en la adolescencia y en las edades extremas de la vida, y las madres con enfermedades crónicas no transmisibles, como la hipertensión arterial, la diabetes mellitus y la ocurrencia de embarazos múltiples».
El programa destinado a la prevención de la ROP se desarrolla en todas las salas de cuidados intensivos neonatales, y existe un equipo multidisciplinario integrado por oftalmólogos, retinólogos, neonatólogos, pediatras, personal de enfermería, y especialistas en Anestesia y Reanimación.
«En Villa Clara se ha realizado la pesquisa de más de 1300 niños a partir del referido programa, y la tasa de incidencia de la ROP es de 5.8 %, lo que sitúa a la provincia en un lugar privilegiado dentro de Latinoamérica y de Cuba, cuando otros países tienen altos porcentajes por no realizarse los estudios», precisó la Dra. Zoila Fariñas.
Con este caso suman tres intervenciones de este tipo realizadas en la provincia. Una en 2021, en plena pandemia, otra un año después, y la de Keyla en fecha reciente.
Vale señalar que, en Cuba, de cada 100 niños que nacen, 16 pueden desarrollar la ROP. Gracias a un Programa de Atención-Materno Infantil consolidado y a las unidades de Terapia Intensiva Neonatal, se evitan desenlaces fatales, en un mundo que tiene un alza aproximada de 15 000 prematuros anuales, sobre todo en países industrializados donde no existen sistemas masivos de Salud.
«En nuestro medio, los casos son seguidos para constatar su evolución con pasos precisos que puedan dictaminar las conductas a seguir», enfatizó la oftalmóloga.
Y llamó la atención ante el hecho de que muchos padres no le dan importancia a la prematuridad, y existe demora para llevar a sus hijos al oftalmólogo. «Así aparecen alteraciones visuales, de las cuales se percata el maestro, junto a otros trastornos que comienzan a evidenciarse. Por ello hay que estar alertas en etapas en las que resulta vital el desarrollo de la agudeza visual y el avance psicomotor del niño».
—¿Cómo catalogaría los métodos existentes en el país para prevenir la ceguera en la infancia?
—Sin dudas, un programa de gran humanidad.
De interés
— Cuba realiza una pesquisa a todo prematuro que nace con menos de 35 semanas de edad gestacional y peso inferior a los 1700 gramos, o uno de los dos factores.
— Se tienen en cuenta, además, riesgos previos y posteriores al parto, como la aplicación de oxígeno, hipoxia marcada, reiteradas transfusiones sanguíneas, sepsis generalizada, síndrome de distrés respiratorio y hemorragias intraventriculares, entre otros.
— La revascularización de la retina comienza a las 16 semanas de embarazo y no termina hasta las 34 y 40 semanas; incluso, puede llegarse a ese tiempo y no estar completamente vascularizada.
— Existen varios grados de ROP, desde el I al V. Los primeros son leves y regresan sin dejar secuelas, pero el grado III se considera en fase activa y ya requiere la aplicación de tratamientos, el IV indica desprendimiento parcial de la retina, el IV b afecta la mácula, y el V implica ceguera total.