La corrupción y las indisciplinas sociales no tienen cabida en el socialismo cubano
En el debate sobre el informe de los resultados del cumplimiento de las directivas generales para enfrentar el delito, las ilegalidades y las indisciplinas sociales, Díaz-Canel alertó sobre el empeño imperial de crear un clima de inseguridad y desconfianza ciudadana que fracture la unidad popular en nuestro país, y por eso constantemente exageran, apoyándose en odiadores.
No obstante, señaló el Presidente, el Estado y el Gobierno cubano no pueden estar ajenos a la ocurrencia de las actividades económicas ilícitas, la indisciplina social y las manifestaciones de corrupción y de delito que se establecen como una economía paralela sumergida, que penetra y destruye nuestra vida social.
«Aquí hemos discutido con actitud y expresado nuestro rechazo y, en eso, tenemos un consenso. Pero ahora hay que actuar con rigor, articulando la fuerza revolucionaria con la dirección del Partido y la participación de todo el sistema institucional, las organizaciones de masas e instituciones armadas, junto al pueblo», aseveró.
Estas –dijo– son esencias de la Revolución Cubana para enfrentar la actividad especulativa, la corrupción, la pillería, la burocracia, la mentira, la vulgaridad, la indiferencia de las personas y la molestia que ocasiona el irrespetuoso comportamiento de los lumpen.
Señaló Díaz-Canel que no «podemos permitir que quienes no trabajen, no aporten y se mueven en un entorno de ilegalidad, ganen más y tengan mejores condiciones de vida que los que laboran honradamente y protagonizan la historia del heroísmo cotidiano del pueblo cubano».
Para la jornada de este viernes continuarán las sesiones del Primer Periodo Ordinario, en las cuales los diputados debatirán sobre la implementación de la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional, la efectividad de las medidas adoptadas para el control de los precios, y la situación actual y perspectivas del sistema energético del país.