Centro espirituano de Biotecnología, una apuesta por el futuro (+Fotos)
Oscar Alfonso Sosa | Fotos: del autor 13 Julio 2023
Traspasar el umbral del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) localizado en la capital de la provincia de Sancti Spíritus, implica ir al encuentro con la dedicación y el saber hacer de un colectivo que ha multiplicado con creces el pensamiento visionario del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz de expandir el desarrollo de la ciencia.
Ubicado en un espacio de la hoy Universidad de Ciencias Médicas del territorio, la institución que difícilmente hubiera podido imaginarse antes del triunfo de la Revolución quedó constituida de manera oficial en abril de 1990, pero el proceso de readecuar locales, preparar personal y traer a esta geografía aquel embrión habanero, hacía soñar a todos desde mucho antes.
La apuesta permanente por el capital humano y el compromiso con Cuba son motores impulsores de un sitio vital en las proyecciones biotecnológicas de la Isla, dice a la Agencia Cubana de Noticias a modo de presentación el Doctor en Ciencias Enrique Rosendo Pérez Cruz, director del CIGB en esta región, y basta recorrer sus laboratorios e intercambiar con su gente para aquilatar esta certeza.
Que un pequeño lugar como este logre insertarse en seis líneas de desarrollo e investigación, esenciales a la luz de las urgencias actuales de la nación, es la respuesta más elocuente a su desempeño, sobre todo, a su papel en la lucha contra la COVID-19, cuando la ciencia cubana logró sobreponerse a limitaciones de todo tipo.
Con la experiencia acumulada, explicó que en la actualidad les ocupa el diseño y obtención de nuevos diagnosticadores, el desarrollo de sistemas analíticos para estudios de farmacovigilancia y farmacocinética de surtidos líderes de esta rama y la creación de tecnología enzimática para productos de alto valor agregado en las industrias alimentaria y azucarera.
Subrayó que a ello se suman el trabajo vinculado a los sistemas de expresión de proteínas de plantas o unicelulares y, como proyección prioritaria, la introducción y generalización en la provincia de frutos de la biotecnología que llevan implícitos el quehacer espirituano.
Uno de los resultados que más enorgullece al colectivo es el del Heberprot-P, fármaco cubano que ha contribuido en disímiles naciones a disminuir las amputaciones del pie diabético; en su caso específico, acotó Pérez Cruz, los proyectos van dirigidos a su empleo en el llamado Primer Mundo y en Brasil, a partir de plataformas creadas por nosotros.
Muestra de la diversidad de estudios emprendidos a lo largo de su historia, en el CIGB de Sancti Spíritus tampoco se descuidan las investigaciones relacionadas con las producciones agrícolas.
La compleja situación financiera que enfrenta la mayor de las Antillas, bloqueada hasta el cansancio por Estados Unidos, la urgencia de disminuir importaciones y hacer parir la tierra mueven también la dinámica de esta institución para afianzar el maíz híbrido transgénico y la soya.
SI DE ENFRENTAR LA COVID-19 SE TRATA
Han pasado más de tres años desde que en marzo de 2020 la noticia de los primeros casos contagiados con el virus del SARS-CoV-2 estremeciera al archipiélago y la labor de los profesionales de las diversas esferas –y, especialmente, los de las disciplinas científicas- comenzaran a arrancar aplausos y elogios en el mundo entero.
Desde esta instalación que ha ensanchado los horizontes de lo que antes de 1959 fuese apenas otro de los tantos sitios de Cuba marcados por el analfabetismo o la insalubridad, por ejemplo, se generaron los sistemas de cuantificación de los candidatos vacunales que luego se convirtieron en vacunas.
Pero, además, significó con sano orgullo su director, aquí nacieron los anticuerpos para el Sistema Ultra Micro Analítico que permitieron elevar hasta altas cifras las pruebas diagnósticas realizadas diariamente en los meses más difíciles de enfrentamiento a la pandemia; y todo se hizo sin descuidar las medidas implementadas puertas adentro, con muchísima disciplina.
Hubo una necesidad de país, el centro organizó sus recursos humanos y materiales y respondimos, con impacto en la salud de las personas que aún hoy constituyen una motivación excepcional para todos, refirió con la madurez ganada entre su colectivo Joel Javier Pérez Paz, especialista del Bioterio.
Técnico en Medicina Veterinaria primero, y luego Médico de la propia disciplina a partir de las acciones de superación propiciadas por la institución, afirmó que “…solo cuando entras a un lugar como este e interactúas con el mundo de la investigación, conoces la importancia de esta gran familia, de sus valores, de su ética.”
Mientras haya un proyecto en espera, un resultado que pueda contribuir a un mejor país, no se descansa, acotó Pérez Paz, hombre para quien el mundo de los animales de laboratorio fue siempre una incógnita.
La dedicación, el acompañamiento y las sugerencias me prepararon para las responsabilidades que ocupo ahora en el Bioterio, área donde se obtienen de los animales anticuerpos monoclonales y policlonales para ensayos analíticos que se utilizan en el seguimiento de un producto final, un fármaco, una vacuna, refirió.
Sin dejar a un lado su labor ni un minuto, este apasionado de la biotecnología significó que cuidar de estos seres requiere exigencia y entrega; sin embargo, sobran las razones para hacerlo cuando sabes que muchos esperan resultados.
Precisamente, con las motivaciones de todo lo hecho en estas décadas y, sobre todo en la COVID-19, el colectivo del CIGB asume el compromiso de generar los sistemas analíticos que apoyan el estudio, desarrollo y posterior producción del candidato vacunal contra el dengue, una tarea que, reconoció Enrique Rosendo Pérez Cruz, es compleja.
Son varios serotipos de la enfermedad, se precisa una vacuna con cuatro antígenos diferentes y estamos trabajando en ello, aseveró, somos los responsables de producir los reactivos biológicos para su diagnóstico temprano, como parte de un equipo multidisciplinario.
Y a punto de cerrar la agenda, otra noticia: la labor en torno a un candidato vacunal contra el virus del papiloma humano y el desarrollo de un nuevo sistema para el diagnóstico criminalístico, acciones todas en cuyo epicentro figuran siempre los jóvenes con muchísimas ganas de aprender y los técnicos y especialistas más experimentados.