Julio y sus ciclones: ¿“Tranquilo” para Cuba?
Continúa avanzando el mes de julio, con el calor como protagonista. En la entrega anterior, cuando analizamos algunas de las características climáticas del mes de julio, en donde además de abordar el comportamiento típico de temperaturas y precipitaciones, también comentamos acerca de que puede ocurrir en este periodo y prometimos conversar acerca de los ciclones.
Durante el mes de julio comienza a incrementarse la cantidad de ciclones tropicales y también las zonas de formación. Se mantiene la zona del golfo de México, aunque con mayor preferencia hacia la parte norte. El área más extensa y por donde más frecuentemente se desplazan los ciclones corresponde a la costa atlántica de los Estados Unidos, pero con respecto a Cuba no es la de mayor interés.
En el Caribe, con la llegada de ondas tropicales provenientes del océano Atlántico la zona de formación se traslada hacia la parte más oriental, incluso comienzan a formarse algunos antes de llegar al arco de las Antillas Menores, la frontera este del mar Caribe. El movimiento típico queda marcado por la posición media del Anticiclón Subtropical del Atlántico, permitiéndoles trayectorias que pueden tocar la zona norte del Caribe oriental o internarse más hacia la parte oriental, acercándolos a Cuba.
Es por ello que el comportamiento raro en la actividad ciclónica que se presentó en el mes de junio, por la cantidad y las áreas en donde se formaron, a muchos les recordó a lo que debe ocurrir en julio, e incluso agosto, cuando los ciclones comienzan a “nacer” mucho más lejos en este último mes.
Uno de los factores que limita la formación de ciclones tropicales, en el Atlántico más lejano, en el mes de julio es la presencia de la Capa de Aire Sahariano, que no es más que lo que popularmente se conoce como “Polvo del Sahara” por su origen. Este aire muy seco inhibe la formación de ciclones durante los meses en que es mayor su presencia, que usualmente va desde finales de julio hasta mediados de agosto.
Julio, un mes “tranquilo” para Cuba
Vamos a hacer un recuento rápido de las afectaciones a Cuba en julio: seis han sido los ciclones nombrados (tormenta tropical o huracán) que han transitado sobre nuestro archipiélago, de ellos tres como tormentas tropicales y tres como huracanes. Los primeros en los años 1896, 1901 y 2021; como siempre aclaramos que esta clasificación está hecha según la intensidad que tenían al cruzar sobre Cuba, aunque antes o después de su paso puedan haber alcanzado una categoría superior, como es el caso del que azotó al país en el año 1896 y que posteriormente se convirtió en huracán; y en 2021 con Elsa, que fue huracán en el Caribe oriental y luego efímeramente en el golfo de México.
Los tres sistemas ciclónicos que cruzaron por Cuba como huracán fueron en 1909 (que alcanzó dicha categoría casi en el cabo San Antonio), en 1933 (no confundir con el ciclón del 33 que afectó el occidente y centro de Cuba en agosto-septiembre) y luego hubo una “sequía” de más de 70 años, hasta 2005, con la afectación del huracán Dennis.
En el mapa resumen que muestra estas trayectorias podemos ver que, aunque todos parecen apuntar al occidente de Cuba, algunos han cruzado muy próximos al oriente.
De este último precisamente vamos a hablar un poco más en profundidad, no solo porque hace solo unos días se cumplieron 18 años de su embate, sino porque entre otras cosas es el más intenso que ha afectado al territorio cubano en el séptimo mes del año.
Dennis
Según el resumen de la temporada ciclónica de 2005, elaborado por el Instituto de Meteorología (Insmet), “Dennis resultó ser el primer huracán Categoría 4 en tocar tierra en la provincia de Granma y el primer huracán intenso en afectar al país en un mes de julio”.
Provocó un total de 16 muertes, la gran mayoría en la provincia de Granma, por donde tocó tierra apenas “rozando” esa provincia, como podemos ver en el mapa de trayectoria oficial confeccionado por el Insmet. Curiosamente el punto de entrada: Punta del Inglés, es el punto más meridional (más al sur) de todo el archipiélago cubano.
Era hasta la fecha el único huracán de gran intensidad en afectar el oriente de Cuba, ya que años más tarde en 2008, 2012 y 2016 vendrían Ike, Sandy y Matthew respectivamente.
Luego transitó por los mares al el sur de Cuba, hasta volver a adentrarse sobre tierra por Matanzas, justo al oeste de Punta Mangles Altos, el límite entre esa provincia y Cienfuegos. Salió al mar por el este de La Habana, cerca de playa Bacuranao, como huracán categoría 1.
Llegó a afectar 10 provincias, las rachas de vientos más intensas fueron de 260 y 238 kilómetros por hora, en Gran Piedra, Santiago de Cuba (a 1200 metros sobre el nivel del mar) y en Cabo Cruz, Granma, esta última, el valor más alto que pudo ser medido antes de la rotura del instrumento, ya que el viento sostenido en esa localidad fue de 215 kilómetros por hora.
En las precipitaciones, el mayor acumulado en 24 horas, fue de nada más y nada menos que de 1000.9 milímetros en Cuatro Vientos (zona montañosa del Escambray), con algunos registros de más de 700 milímetros.
Los pronósticos suben la parada
A pesar de que debemos tener los efectos de El Niño durante la presente temporada ciclónica, un factor limitante en la formación de ciclones tropicales, los valores tan elevados de la temperatura del mar sobre el Atlántico pudieran llegar a ser tan significativos que lleven la temporada a un comportamiento más activo. Algo que reflejan algunos pronósticos en las actualizaciones que van haciendo por estos días y de lo que seguro conversaremos más adelante.