Empresarios, empresas y una ley del deber ser (+ Infografías)
La empresa estatal socialista es considerada el sujeto principal de la economía nacional, según lo establece la Constitución. En la última década, se han implementado cambios en este sector para lograr una mayor dinamización, pero no han sido suficientes.
Ante la futura promulgación de una ley de empresas que busca normar de manera más coherente el sistema empresarial cubano, dialogamos con Yovana Vega Mato, directora del sistema empresarial estatal del Ministerio de Economía y Planificación.
¿Cuál es la situación actual?, ¿qué impacto real han tenido las medidas aplicadas?, ¿qué prevé la ley de empresas?, son algunas preguntas sobre la mesa.
Los últimos años han transcurrido en una difícil situación económica del país, marcada por el déficit de divisas y materias primas y una tensa situación energética ¿Cómo ha repercutido ese escenario tan desfavorable en la empresa estatal cubana? ¿En qué situación están nuestras empresas?
La gestión de la empresa estatal ha sido afectada en los últimos años por varios factores externos que no podemos desdeñar. La pandemia de covid-19, las restricciones derivadas de la crisis económica internacional y el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero de EE.UU. son las más importantes, explicó Yovana Vega Mato.
Agregó que, a la vez, influyen tres cuestiones objetivas de la economía y, por lo tanto, no podemos decir que son barreras que hay que eliminar para que tengan una mejor autonomía en el ejercicio de sus facultades.
La primera limitante es el acceso a divisas; la segunda, la adquisición de materias primas e insumos principales para la producción; la tercera, los portadores energéticos y el acceso a los combustibles. Estos tres componentes han lastrado sensiblemente los resultados económico-productivos de nuestras entidades estatales.
En medio de este escenario, se han trazado políticas gubernamentales que buscan flexibilizar el marco regulatorio con mecanismos indirectos para la asignación de divisas; sin embargo, se han debido centralizar determinadas demandas ante la situación actual.
“Debemos destacar, no obstante, que a pesar de las complejas condiciones en las que desenvuelven, todas las empresas no tienen iguales resultados”, advirtió la directora del sistema empresarial estatal del MEP.
Igualmente, en los últimos años se han adoptado medidas que han incidido favorablemente en que las empresas puedan diversificar sus producciones, tener mayor autonomía de gestión y acceso a determinados recursos, y encadenarse con otras formas de gestión no estatal.
Yovana Vega Mato, directora del Sistema Empresarial Estatal del MEP. Foto: Enrique González (Enro)
Al cierre de mes de marzo, el 84% de las 2 009 empresas estatales del país tenían resultados positivos. Ese mismo grupo experimenta un crecimiento en las utilidades netas con relación a igual periodo del año anterior, de un 52%.
“Hay que decir también que se han reducido las empresas con pérdidas con relación a la misma fecha del 2022. Hay 122 empresas menos con pérdidas, para un total de 285 entidades estatales que mantienen un resultado negativo”, dijo Vega Mato.
“Es llamativo que 58 de esas 285 tienen pérdidas desde su actividad fundamental; o sea, pérdidas brutas en ventas”.
Precisó que las empresas con pérdidas se concentran en la agricultura, Azcuba, industria manufacturera, producción de alimentos y, sobre todo, en entidades de subordinación territorial como la trasportación de pasajeros, empresas de farmacia y óptica y comercio.
“Hay que remarcar que muchas de estas entidades con pérdidas están conteniendo los precios a la población. Esto significa que tienen precios centralizados en los que no se reconocen la totalidad de gastos en que incurren para producir y, por tanto, esto no les permite obtener resultados superiores.
“No son todos los casos. Hay empresas que tienen niveles de ineficiencia importantes; otras con bajos niveles de actividad y que no se han diversificado del todo con actividades secundarias que les permitan revertir o minimizar este resultado negativo.
“No obstante, entre las empresas con resultados positivos, muchas los obtienen con niveles de rentabilidad muy bajos que realmente no les permiten un desarrollo sostenible en el tiempo. Es el caso de las 353 empresas (el 21% del universo empresarial estatal) que tiene una rentabilidad sobre ventas netas inferior a los dos centavos por peso de venta.
“Otro elemento que incide en la eficiencia de nuestras empresas es la preparación de nuestros directivos y su capacidad para asimilar todas las trasformaciones y las medidas que se han ido adoptando.
“Si bien es cierto que la situación es muy complicada, también lo es que hay empresas con mejores resultados. La diferencia radica muchas veces en la preparación y el liderazgo de los empresarios; la rapidez y la búsqueda de alternativas para solucionar los problemas”, explicó la directora del sistema empresarial estatal del MEP.
Muchos cambios, pero…
subordinación territorial que serán rectoradas por el municipio como célula fundamental para el desarrollo económico del país.
“Hay todo un proceso dentro de la descentralización, que es el traspaso de actividades, iniciado por la actividad agrícola o la producción local de alimentos”.
Según dijo a la funcionaria a Cubadebate, otra cuestión a tener en cuenta es la reestructuración del sistema empresarial, que va desde la integración real de las empresas a las OSDE hasta la revisión de qué debe ser realmente una OSDE.
En Cuba, por ejemplo, hay 159 empresas filiales, creadas a partir de UEB que cierren ciclos productivos y poseen las prerrogativas de una empresa estatal.
“En el caso de la creación de mipymes estatales, en nuestras condiciones debe enfocarse, fundamentalmente, hacia las de base teconológica; creo que su desarrollo, tiene que ver con el riesgo que quieran asumir nuestros empresarios. Estas son formas de gestión diferentes que pueden dinamizar la economía y la empresa. Es cierto que hay resistencia y temor para enfrentarse a lo nuevo, es algo natural y son las barreras que hay que atravesar.
“Por otro lado, en Cuba tenemos buenos empresarios, y el emprendimiento es aplicable en todos los sectores y no solamente en el no estatal. Es cierto que hay empresarios mejores que otros. Algunos son más arriesgados, más líderes.
“También hay que transformar muchas cosas en la formación de los empresarios. Personalmente, creo que debiera existir una carrera con formación empresarial. Muchos de nuestros directivos son ingenieros de carreras afines a su puesto laboral y no en todos los casos han recibido formación afin a la administración y gestión empresarial”.