Cultura

Gestión cultural y su aporte al desarrollo local

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Los proyectos socioculturales tienen que gestarse desde el territorio. Y corresponde a los investigadores locales la responsabilidad de proponerlos al Mincult, y no a la inversa

Cuando uno asiste a las llamadas Noches cubanas, se encuentra con un fenómeno cultural importante relacionado con los emprendimientos.

En noviembre de 2021, Santiago de Cuba recibió la condición de Ciudad Creativa en la Música, otorgada por la Unesco. Integran esa selecta lista 295 urbes de todo el mundo.

Con ese título la Unesco reconoce los méritos musicales de una ciudad marcada por la vida y obras de figuras como: Pepe Sánchez, Miguel Matamoros, Ñico Saquito, Francisco Repilado “Compay Segundo”, Pacho Alonso, Enrique Bonne y el maestro Electo Silva.

La capital donde se cultivan géneros raigales como la trova y el son, que junto al Carnaval santiaguero fueron declarados patrimonio cultural de la nación, había recibido, con anterioridad, la condición de Referente de Iberoamérica, distinción que le otorgó el Instituto Latino de la Música.

En opinión de la socióloga Dra. C. Alina de la Caridad Martínez Tena, el consumo cultural, en especial el de la música, está estrechamente vinculado con el Desarrollo local sostenible. Sobre el tema versó su intervención en el evento teórico del Festival Cubadisco 2023.

Según comentó la Doctora, conceptos como Desarrollo local, Industrias creativas y culturales y consumo musical deben estar conectados con las estrategias de desarrollo territorial. En ese sentido, la especialista se pregunta si es posible desarrollar industrias culturales creativas musicales en Santiago de Cuba.

En el año 2021, vio la luz el libro Escenas y Consumos Culturales de la Música. Miradas Diversas, una compilación realizada por los Doctores Martínez Tena y Elpidio Expósito García, junto al actual Dr. C. Marcos Antonio Campings Robaina, director de los Estudios Siboney y de la Egrem santiaguera.

Al respecto Martínez Tena indicó que no se puede dejar de pensar en el contexto porque siempre las condicionantes económicas, políticas, sociales, culturales y ambientales marcan nuevos retos.

En ese sentido, resaltó que la pandemia de la Covid-19 trajo consigo la apropiación de las tecnologías mediante las cuales se mantuvo viva la identidad cultural santiaguera.

Precisamente fue en el escenario signado por la pandemia, a la que se sumaron el reordenamiento económico y la descapitalización de una parte del sector institucional, debido a su tránsito hacia el sector privado, donde se produjo la emergencia de un nuevo actor local: los emprendedores culturales, que constituyen resortes importantes para las estrategias de desarrollo local.

Martínez Tena llamó la atención sobre la necesidad de implementar acciones para potenciar la creatividad, en medio de ese nuevo ecosistema, asociado a las industrias culturales.

“Se está construyendo un modelo de hacer, de pensar, de dirigir los procesos de creación desde los emprendimientos culturales porque comparecen varios elementos que se articulan en ellos. Uno es la innovación social: esa capacidad que tiene el cubano de reinventarse”.

Agregó que en este nuevo modelo de concepción de las industrias culturales y creativas, las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TICs) están contribuyendo, de manera acelerada, a la conformación de nuevos repertorios, nuevas maneras de hacer de la cultura un recurso sustantivo de la economía local.

Puso el ejemplo del perfil de Facebook ArtePatio Santiago, que ha empezado a digitalizar su proceso de creación cultural: “Las TICs significaron para Santiago de Cuba un recurso extraordinario para promover el catálogo musical de la ciudad y nuevas maneras en el proceso de la creación, gestión y circulación de bienes y servicios de la cultura”, destacó.

Reveló que hoy cuando se camina por el Callejón del Carmen, paralelo a la calle Enramadas, o uno asiste a las llamadas Noches cubanas, se encuentra con un fenómeno cultural importante relacionado con los emprendimientos.

Casi al final de su intervención recordó que en el mes de julio del pasado año sesionó, como parte del Festival del Caribe, el primer Taller de Industrias Culturales y Creativas. Además, apuntó que la Egrem ha creado espacios de concertación, discusión y diálogo con los emprendimientos culturales para tejer relaciones desde la música.

En la segunda parte del panel el director de los Estudios Siboney planteó que los espacios urbanos que sean usados por los diferentes gestores culturales se deben poner en función del desarrollo local e insistió en que la música sea un eje frontal de este proceso.

Hizo hincapié en que cada una de las instituciones culturales promueva una política de fomento y de apoyo al creador cultural, a partir de sinergias con las nuevas formas de gestión no estatal, para poder desplegar todas sus potencialidades.

“Esas características, si son bien aprovechadas y conscientemente intencionadas por parte de las autoridades locales y gubernamentales, van a tributar al desarrollo de la cultura y van a traer consigo una adecuada política territorial”, subrayó el directivo de la Egrem.

Campings Robaina se refirió al desarrollo de las capacidades creativas de los diferentes núcleos de la ciudad o micro escenas locales, en aras de contribuir a la transformación social del entorno geográfico cultural para trascender hacia el resto del país y del mundo.

También invitó a construir sectores culturales y creativos que sean resilientes y sostenibles. Expuso la idea de que como resultado de sinergias entre el sector estatal y el privado se pudieran fabricar instrumentos musicales que hoy no tienen determinadas agrupaciones ni existen en los centros de enseñanza artística.

Un momento muy importante de su intervención fue el relacionado con la sugerencia de aplicar encuestas de consumo cultural en los territorios para identificar las diferentes escenas que se dan en ellos, así como los gustos por grupos etarios, género, color de piel, lugar de residencia y capacidades intelectuales, entre otros indicadores.

Desde su punto de vista, para dar cumplimiento a la Política trazada por el Ministerio de Cultura (Mincult), los proyectos socioculturales tienen que gestarse desde el territorio. Y corresponde a los investigadores locales la responsabilidad de proponerlos al Mincult, y no a la inversa, como muchas veces sucede.

Esa es la única manera en que los territorios logren una gobernanza cultural, independientemente de lo que pueda establecerse desde el punto de vista ministerial, sentenció.

A manera de colofón dijo que solo si se integran las diferentes áreas del sector económico lograremos tener un pueblo mucho más culto y mucho más preparado para enfrentar la defensa de nuestra identidad cultural.


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