Cultivo del plátano en Caibarién
Los plátanos constituyen la mayor producción de frutas y el mayor comercio internacional por encima de la manzana, uva, naranja y el melón.
Son cultivados en más de 130 países en los 5 continentes en las regiones subtropicales que contribuyen con la producción mundial de musáceas, destacándose Latinoamérica y el Caribe entre los mayores productores.
En Caibarién el plátano es un cultivo muy popular en patios y áreas comunes, en casi cualquier espacio cultivable se alza un montón.
Para su siembra, el banano exige un clima cálido y una constante humedad en el aire. Necesita una temperatura media de 26-27 ºC, con lluvias prolongadas y regularmente distribuidas.
Asimismo, prefiere suelos ricos en potasio, arcillo-silíceos, calizos, o los obtenidos por la roturación de los bosques, susceptibles de riego en verano, pero que no retengan agua en invierno.
La platanera es incapaz de producir semillas viables por lo que solo es posible su reproducción y perpetuación a través de la propagación vegetativa o asexual. Por tanto, las «semillas» utilizadas para la siembra corresponden a partes vegetativas tales como retoños y cormos o hijos que, una vez separados de la planta madre, pueden realizar su ciclo de crecimiento y producción.
El plátano forma parte de la dieta básica de la población cubana debido a su accesibilidad. Su bajo costo lo hace alcanzable incluso para aquellos estratos poblacionales de menores ingresos y además aporta numerosos beneficios para la salud y propiedades nutricionales.
Una vez maduro, el plátano es un alimento muy digestivo, pues favorece la secreción de jugos gástricos, por tanto, es empleada en las dietas de personas afectadas por trastornos intestinales y en la de niños de corta edad.
Tiene un elevado valor energético (1,1-2,7 kcal/100 g), siendo una importante fuente de vitaminas B y C, tanto como el tomate o la naranja. Numerosas son las sales minerales que contiene, entre ellas las de hierro, fósforo, potasio y calcio.