Códigos del éxito de la Inmunología cubana
Desde el año 2005 y con la aprobación de la Unión Internacional de las Sociedades Inmunológicas, cada 29 de abril se celebra el Día Internacional de la Inmunología.
El objetivo de instaurar la efeméride consistió en divulgar y socializar la importancia creciente de esta especialidad devenida, en las últimas décadas, herramienta primordial a la hora de emprender proyectos de investigaciones biomédicas de primer nivel, cuyos resultados aportan nuevos conocimientos y generan productos y tecnologías eficaces e innovadoras.
La conmemoración en nuestro país es asumida por la Sociedad Cubana de Inmunología, la cual cuenta hoy con casi 700 miembros y tiene 11 capítulos provinciales, con la participación del Grupo nacional de la especialidad, el Instituto de Hematología e Inmunología, el Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana, la Universidad de La Habana e instituciones del Grupo Empresarial BioCubaFarma.
Para conocer el estado de la especialidad en el mundo, los avances de Cuba y otros tópicos de interés, Granma conversó con la doctora en Ciencias Ana Beatriz Pérez Díaz, investigadora del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), y presidenta de la Sociedad Cubana de Inmunología, desde 2019.
–¿Qué importancia tiene la Inmunología en la actualidad?
–La Inmunología es una rama de las ciencias biomédicas encargadas de estudiar los órganos, tejidos, células y moléculas del cuerpo humano que garantizan el funcionamiento de los mecanismos encargados de defenderlo del ataque de agentes agresores externos o internos.
«Según la Organización Mundial de la Salud, la disciplina se ocupa del estudio, diagnóstico, tratamiento y prevención de pacientes con enfermedades del sistema inmunológico. Pero también es una especialidad transdisciplinaria, pues su campo de aplicaciones abarca, además de las alergias, las enfermedades autoinmunes, las inmunodeficiencias, las enfermedades infecciosas, el cáncer y otras.
«Resulta importante recalcar que la Inmunología es una especialidad costosa, casi exclusiva de países desarrollados, y los principales descubrimientos casi siempre pertenecen a esas naciones, que tienen los recursos financieros y la alta tecnología requerida. Allí se crean las regulaciones para la aprobación de patentes y las leyes que rigen la comercialización de los productos».
Autora de publicaciones, y merecedora de 13 premios anuales de la Academia de Ciencias de Cuba y de diez premios del concurso anual de la Salud, incluyendo el premio a Mejor tesis doctoral, la también profesora titular Ana Beatriz Pérez recalcó que Cuba ha logrado situarse en un lugar relevante en la investigación y desarrollo dentro de la Inmunología. Incluso, en algunos temas alcanza un nivel similar al de los países de mayor adelanto en la especialidad.
Ello, por supuesto, obedece al desarrollo biotecnológico impulsado estratégicamente de forma genial por Fidel. Baste mencionar las vacunas logradas contra infecciones virales como la hepatitis b y el sars-cov-2, o para enfrentar infecciones bacterianas como la meningitis meningocócica tipo b, o el haephofilus influenzae tipo b, por mencionar algunos ejemplos, aseveró la doctora Pérez Díaz.
«Hoy el país dispone de más de diez productos biotecnológicos en uso contra enfermedades inmunológicas, infecciosas y crónicas no transmisibles, mientras que para la inmunoterapia del cáncer hay siete productos registrados y más de 25 en investigación, que incluyen vacunas y anticuerpos monoclonales».
Dijo, además, que, para el diagnóstico de diversas enfermedades, se han producido más de 35 estuches con principio inmunológico. Todo esto se aplica en el aseguramiento de programas nacionales de atención y control de dolencias transmisibles, infecciosas y también de las crónicas no transmisibles, entre ellas las cardiovasculares, endocrino-metabólicas, neurológicas, inflamatorias y degenerativas.
La también especialista de Segundo Grado en Inmunología se refirió, de igual modo, a los resultados de Cuba en la terapia regenerativa con células madres y proteínas bioactivas, empleadas para regenerar tejidos dañados en el tratamiento de diferentes enfermedades y lesiones, junto al desarrollo de los estudios de histocompatibilidad o compatibilidad de tejidos, lo cual favorece una mejor selección del donante para el trasplante renal y hematopoyético.
Es oportuno resaltar que el mayor éxito de la Inmunología nacional en los últimos tiempos consistió en lograr cinco formulaciones vacunales en tiempo récord contra el sars-cov-2, que mostraron su eficacia y contribuyeron en gran medida al control de la pandemia de la covid-19 en Cuba, recalcó la doctora Pérez Díaz.
Precisó que el aporte de la Inmunología cubana también resultó decisivo en el tratamiento de la infección a través del reposicionamiento de productos biotecnológicos, básicamente interferones, anticuerpos monoclonales y péptidos de acción antinflamatoria, utilizados en los pacientes graves y críticos, y en la modulación de la respuesta inmune con productos como la Biomodulina-t en personas vulnerables, la transferencia de anticuerpos específicos, mediante la transfusión de plasma, y el uso de la terapia con células madres, en pacientes convalecientes de la covid-19, aquejados de secuelas pulmonares.
–¿Cómo se avizora el horizonte de la Inmunología en las próximas décadas?
–Se impone el desarrollo de vacunas más eficaces frente a enfermedades infecciosas que aún azotan al mundo. Pero las enfermedades no transmisibles son el principal problema de salud a nivel mundial, y en estas también la Inmunología es central, y particularmente el cáncer y la inmunosenescencia, que viene aparejada al envejecimiento de las poblaciones, son focos importantes de las investigaciones en esta esfera de la ciencia hoy y para el futuro.
«El sistema inmunológico humano es muy complejo, y descifrar sus códigos también resulta sumamente difícil. La introducción de tecnologías de la Inteligencia Artificial a la Medicina, los algoritmos de inteligencia genética, las metodologías inmunológicas inteligentes, van camino a facilitar esos estudios.
«La búsqueda de biomarcadores para enfermedades como el cáncer, y otras dolencias, que posibiliten definir la predisposición a padecerlas, a partir de la modulación de la respuesta inmune en aquellas en los que media la inflamación aguda o crónica, y la terapia génica para tratar los defectos congénitos de la inmunidad o para «reprogramar» nuestras células de la respuesta inmune, frente a un tumor, una infección crónica o en una enfermedad autoinmune, son algunas de las tendencias investigativas que van aflorando en el quehacer actual de la especialidad en el mundo y Cuba también ya incursiona en ellas.