Un censo del uso de las redes sociales en Cuba
Las redes sociales digitales han llegado a ocupar un papel tan céntrico en la sociedad actual que aquello que en la Cuba de 2012 parecía inalcanzable, once años después es la realidad diaria de muchos. La nueva dinámica comunicacional evolucionó a tal velocidad que, de acuerdo con datos del Banco Mundial, 68 por ciento de la población cubana usaba internet en 2019, en consonancia con la media latinoamericana; en 2013 solo el 28 por ciento de los cubanos lo hacía.
La red de redes afianzó su dominancia luego durante la cuarentena que impuso la covid-19. Imposibilitados de reunirse presencialmente, los ciudadanos se volcaron en el ciberespacio puesto que, al fin y al cabo, el ser humano es un animal social. Sin embargo, concebir las redes sociales como una manera de suplir la falta de interacción física puede resultar desatinado: ya no hay cuarentena y aún tuiteamos y posteamos de la misma manera.
Facebook, Instagram y todos sus parientes redireccionaron el entretenimiento. La propuesta que combina el contenido personalizado, interactivo y accesible en todo momento ha tenido peso, por ello 96,15 por ciento del tráfico web de Cuba, medido en septiembre de 2022, correspondía a Facebook.
Un censo de usos de las redes sociales digitales en Cuba se hace necesario ante el panorama expuesto. En orden decreciente, lo usuarios cubanos prefieren Facebook, Pinterest y YouTube ; con mención especial para Telegram, que si bien es una aplicación de mensajería, a menudo funciona como otra red social más.
La competencia rusa de WhatsApp ha demostrado cuán práctica resulta en la Isla gracias a sus bots y canales. Ante la imposibilidad existente en el país para acceder a ciertos productos culturales, Telegram pone su parche. Es frecuente que los usuarios cubanos usen la aplicación para descargar música, películas, libros o series televisivas.
También se ha convertido en un espacio de promoción para músicos como Ronkalunga, Dayron Ortiz o Ruido Blnco, así como para proyectos de divulgación de todo tipo.
El caso Facebook
El uso mayoritario del gigante azul y blanco en Cuba no debe sorprender a nadie puesto que la edad promedio de la población cubana es de 41 años, justo en el medio del rango de edad de los usuarios de Facebook (de 30 a 45 años).
El gran éxito de esta red viene dado, en primera instancia, por cuán sencillo fue para los ciudadanos, al volverse accesible el internet en Cuba, retomar el contacto con familiares y amigos emigrados. En esto coinciden la mayoría de usuarios entrevistados. También influyó que esa y no otra era la red social más usada del mundo en 2013.
Ante la crisis, Facebook de emplea para la compra y venta de productos que puedan ser necesarios para la vida hogareña cotidiana. A menudo importados. Piezas de automóviles, motos y bicicletas; instrumentos musicales; ropa de todo tipo y hasta lencería y juguetes sexuales.
Para el entretenimiento, otro empleo de la plataforma, predominan los memes en sus diferentes variantes: a menudo imágenes pero también videos cortos. Estos se comparten en grupos que el usuario escoge según su afinidad con la temática del mismo. Se pueden encontrar desde comunidades de amantes a los videojuegos como de practicantes de todo tipo de deporte, pasando por fans de una cierta serie, película, tipo de música o cuánta actividad de esparcimiento pueda uno concebir.
Más allá del humor, en los grupos de Facebook también se mueve contenido audiovisual que pueda ser de interés para los miembros de dicho espacio virtual. El ejercicio de seguir a medios de prensa también es una práctica común, así como lo es seguir los perfiles de instituciones con las que el usuario tenga algún tipo de vínculo.
Al ser Facebook la red más usada en Cuba, también cuenta con el beneficio de la pluriutilidad. La variedad en las formas y en los fines para los cuales accede la población a la página web —a pesar de que la mayoría de las visitas se lleven a cabo desde la aplicación móvil— supera de forma aplastante al resto de las redes sociales digitales usadas en nuestro país.
Plata y bronce
El segundo lugar clasifica Pinterest como más utilizada; 2,8 por ciento de los internautas afirman entrar frecuentemente al sitio web.
Todos los usuarios entrevistados coinciden en que su utilidad es ser una especie de repositorio para referentes visuales. La aplicación en sí permite compartir fotografías, archivar aquellas que otros suben a su perfil y poco más. La variedad está dada por la cantidad y la calidad de los resultados al hacer una búsqueda.
Pinterest es mucho más fiable que Google imágenes, aseguran. También resulta más accesible el contenido de un autor en específico puesto que sería él quien subiría la foto a su perfil.
El contenido más consumido por los cubanos aquí parece ser de ideas para cosplayers*, decoración de interiores y fotos de cocina. En menor medida también se ven manualidades y vestuario, de acuerdo con lo expresado por los interpelados.
YouTube ocupa la medalla de bronce en el podio de las redes sociales más utilizadas en Cuba. Si el porcentaje de usuarios de Pinterest, su antecesor, parecía pequeño, hay que resaltar que el de YouTube es menos de la mitad: 0,51 por ciento. El motivo se hace obvio, el consumo de datos móviles de esta plataforma es alto, y altos también son los precios de los paquetes de megas que ofrece Etecsa.
El público prefiere el consumir videos usualmente de origen español. Auronplay, El Rubius o Vegetta777 son los nombres que más aparecen al investigar. El gaming, particularmente los letsplayers, personas que se dedican a la documentación de la experiencia de jugabilidad en videojuegos, goza de una fama más que extendida entre los cubanos. Entre los youtubers cubanos de éxito existe un contraste con sus homólogos de mayor renombre internacional, prevalecen el humor y los vlogs con consejos sobre moda y cotidianidad o viajes.
YouTube permite compartir videos. Estos no tienen un límite de duración, aunque sí de peso. La relación entre consumidores y creadores de contenido difiere de otras redes en las que existe un número similar de unos y otros. La mayoría de usuarios de YouTube son público de una minoría que genera los videos más vistos.