La COVID-19 no ha desaparecido
Al concluir el 2022, en Cuba se reportaron 145 mil 545 pacientes positivos a la COVID-19. Esa cifra, aunque implica también preocupaciones para muchas familias y atenciones desde el Sistema Nacional de Salud para tratar a los enfermos, significa una considerable reducción de los contagios respecto al 2021, año en el que se diagnosticaron en el país 954 mil 417 personas con el SARS-CoV-2.
Si bien desde los últimos meses se realiza un menor número de pruebas para detectar el virus —debido a que la gran mayoría de los casos son leves o asintomáticos—, lo cierto es que en el transcurso del pasado año logramos consolidar acciones que condujeron al control de la epidemia en todo el territorio nacional.
De acuerdo con los registros estadísticos, los mayores niveles de transmisión en el 2022 estuvieron en Holguín, Camagüey, Ciego de Ávila, Matanzas, Sancti Spíritus y Las Tunas, donde se concentró el 51% de los pacientes diagnosticados.
Por otra parte, teniendo en cuenta el comportamiento de la situación epidemiológica en la nación, con excepción del municipio especial Isla de la Juventud, en todas las provincias se constató una disminución considerable de casos, siendo La Habana, Santiago de Cuba y Pinar del Río los de mayor descenso respecto al año anterior.
Con satisfacción podemos ratificar, además, que las medidas adoptadas como parte del accionar de nuestro sistema sanitario y la elevada inmunidad que se ha logrado entre la población cubana tras el inicio de la campaña de vacunación han permitido que sea menor el número de personas contagiadas que llegue a la gravedad y muera.
Lamentablemente, más de ocho mil cubanos perdieron la vida en el 2021 como consecuencia de la COVID-19. Mucho se ha luchado en todos los rincones del país, desde que entró la enfermedad a la Isla, para que cada vez sean menos las familias que sufren esas pérdidas: 207 fueron las personas que en el 2022 fallecieron a causa del virus, principalmente en el primer trimestre del año.
Estudios realizados en los laboratorios del Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí”, encaminados a conocer las características del SARS-CoV-2 circulante, ratificaron que en el 2022, tras el análisis de 622 muestras, fue la circulación de la variante Ómicron la que prevaleció en Cuba.
Brevemente queremos recordar que hasta mediados de marzo, de acuerdo con las muestras secuenciadas, prevaleció la variante Ómicron BA-1; a partir de ese momento y hasta mediados del mes de junio fue la variante Ómicron BA-2; y luego, hasta la segunda quincena de noviembre, predominó la variante Ómicron BA-5.
La vigilancia genómica llevada a cabo confirmó que en las últimas semanas de 2022, al igual que en la primera de 2023, prevaleció la circulación de la variante Ómicron, subvariantes BQ-1 y XBB-1.
Respecto a la XBB-1, de amplia circulación en el mundo y cuya manifestación al parecer implica una mayor capacidad de contagio, expertos internacionales destacan que, sobre la base de la evidencia actual, no se ha demostrado que puedan ser más graves las infecciones provocadas por esta subvariante, que permanece bajo monitorización también en nuestro país.
Los especialistas coinciden en señalar que los niveles de inmunidad que se han alcanzado entre la población constituyen un respaldo para evitar el regreso a momentos de crisis, ante la posibilidad de un incremento de la transmisión del virus.
El ligero repunte de casos positivos que se constata en Cuba en el transcurso de las semanas más recientes, y que es un reflejo del comportamiento de la enfermedad en el mundo, confirma lo que tantas veces hemos dicho a nuestro pueblo: la COVID-19 no ha desaparecido y sería sumamente irresponsable no actuar en consecuencia con esa realidad en el país.
la aparición de síntomas respiratorios y cumplir con las medidas de distanciamiento y protección personal en lugares donde se lleven a cabo actividades que impliquen concentración de personas; además de extremar la higiene individual y colectiva.
Es imprescindible conceder prioridad al uso del nasobuco en lugares que impliquen riesgos de contagio, sobre todo por parte de las personas vulnerables. De igual manera, reiteramos que no se debe acudir al trabajo, la escuela o eventos sociales si se presentan síntomas respiratorios.
Como habíamos informado poco antes de concluir el 2022, hace unos días se comenzó a aplicar una nueva dosis de refuerzo con nuestras vacunas a población de riesgo, entre la cual se incluyen embarazadas, mujeres que aún lactan a sus bebés, personas mayores de 70 y otros que por sus patologías o lugares de trabajo pudieran ser vulnerables.
Asimismo, se completará la segunda dosis de refuerzo a quienes tengan entre 19 y 48 años y no la han recibido. En todos los casos solo podrán ser vacunados si han transcurrido seis meses de la anterior aplicación.
Que al cierre de la primera semana del año fueran 135 los pacientes diagnosticados con la enfermedad —lo cual representa 27 menos que en los anteriores siete días— es una buena noticia. No obstante, ello no puede ser motivo para la confianza en ningún escenario, sino para continuar reforzando el cumplimiento de las medidas diseñadas en Cuba para la contención del virus y que de sobradas maneras han demostrado su efectividad para hacerlo.