61 Serie Nacional de Béisbol: Tierra prometida de postemporada a la vista
La 61 Serie Nacional de Béisbol entra en su último tercio y ya se vislumbra la tierra prometida de la postemporada para varios conjuntos. Siendo más específicos una veintena de partidos le restan a la temporada regular, y en esa carrera desenfrenada por incluirse entre los ocho equipos que accederán a la postemporada, será crucial hallar el balance entre los distintos indicadores de juego y obtener más victorias que derrotas.
Varios entendidos vaticinan que en el entorno de 40 victorias se pudiera estar entrando en los cuartos de final, por lo que, pese a las derrotas sufridas por Ciego de Ávila (35-21), Sancti Spíritus (34-22), y Granma (32-24), es poco probable que estas tres novenas no certifiquen su avance. Máxime cuando superan las 30 sonrisas en este minuto.
Como también Las Tunas (31-23), Industriales (31-24) y Mayabeque (30-23), aunque estas armadas tendrían que jugar para 50-50 en los desafíos que les restan para llegar a la cifra tentativa que les aseguraría el ansiado boleto.
Ahora bien, mirando lo acontecido en las últimas subseries y luego de las barridas de los propios Leones capitalinos sobre los Huracanes mayabequenses, y la de los holguineros (29-27) sobre Camagüey para colarse en la octava plaza tenemos que cinco de los actuales ocupantes de las ocho primeras plazas han evidenciado un balance positivo en los últimos diez desafíos, con Tigres, Leones y Cachorros avalados por el mejor performance (7-3).
El reverso de la moneda han sido precisamente los Huracanes y Santiago de Cuba, ambos con 4-6; en tanto Leñadores y Alazanes han rendido para 6-4; y los Gallos exhiben equilibrado 5-5.
Claro, hay que tener en cuenta varias variables de incidencia en los respectivos rendimientos de las escuadras. A los distintos departamentos de juego, los cuales hemos venido analizando con regularidad, se suman bajas en las huestes de los equipos, ya sea por lesión, decisión propia, o el partir a cumplir compromisos contractuales a Ligas foráneas.
Así, por ejemplo, Granma ha perdido cinco de los ocho jardineros que inscribió al inicio de la Serie: Despaigne, Roel y Raico Santos por contratos, y otros dos outfielders han solicitado su baja del elenco. En otras armadas el área más afectada ha sido el pitcheo, con la salida de puntales como Yoanni Yera, Carlos Juan Viera, Frank Luis Medina, y Erlys Casanova, por solo citar algunos.
Esta situación viene acompañada con el hecho de que el reglamento de la Serie Nacional de Béisbol estipula para la actual campaña que no se pueden producir altas y bajas durante el calendario del mismo, con excepción justamente de aquellos que han salido del país a jugar en ligas profesionales amparados por la Federación Cubana de Béisbol; así como también aquellos que sean convocados a un equipo nacional de cualquier categoría.
En esos casos, los directores de equipos si bien pueden nombrar a un jugador para que ocupe la plaza de los que causaron baja por estos conceptos entre los 40 del róster oficial, el peso que ocupan los anteriormente mencionados y otros en sus respectivos conjuntos, les confiere el cartel de prácticamente irremplazables, máxime en una etapa tan medular como la recta final del calendario regular.
Es cierto que la cifra de 40 es superior a la de 32 de la versión precedente de nuestro clásico de las bolas y los strikes, solo que en la Serie 60, se autorizaron movimientos de altas y bajas a la altura de los choques 30, 60 y 74, este último justo previo a iniciarse la postemporada.
De cualquier manera, no pocas selecciones han sufrido bajas de notorio calibre, por lo que estarán urgidas de optimizar rendimientos sobre la base de ajustes, ya sea en sus line-up, y jugadores al campo, como en sus rosters de pitcheo, rotación abridora, o cambios de funciones en ciertos y determinados lanzadores.
Acogidos a esas dinámicas, hay varios elencos que se ven sólidos en este segmento, como son los casos de Ciego, apoyado en la mejor ofensiva del campeonato, con average de 316, y punteros en jonrones con 58; Granma, apoyado en un pitcheo que trabaja para 4.25 limpias por cada nueve innings, el mejor de la justa, y el que menos bases por bolas concede con 180; e Industriales, con un plantel profundo en todas las líneas, tomando en cuenta el techo del certamen, sin problemas de lesión en este minuto, que ha logrado estabilizar un orden al bate eficiente, y con una correlación pitcheo abridor-relevo, bastante sólida.
Eso amén de los problemas de control evidentes en todas las selecciones, cual conjuro malvado del hechicero de las bolas y transferencias. Es inexplicable, como no pocos serpentineros, enfrentándose a los bateadores menos peligrosos de una tanda X, les disparan cuatro lanzamientos malos en línea sin aparente justificación, en un divorcio inexplicable con la zona de strike, y en ocasiones repitiendo la dosis al siguiente hombre que enfrenten en el cajón de bateo. Ilustro nuevamente con el hecho de que se siguen propinando más regalías que ponches, a razón de 3.959-3.852.
¿Acaso se necesita un indicador más palpable de descontrol? Sumémosle además 611 pelotazos.
Una veintena de encuentros amigos míos. Tensión al límite, crecerán los dolores de cabeza en lo adelante entre los timoneles, y pugna a muerte entre una docena de conjuntos que aún poseen opciones matemáticas y objetivas, de colarse entre los ocho primeros. Este sábado inician nuevas subseries, a razón de Isla de la Juventud-Artemisa, Guantánamo-Holguín, Cienfuegos-Mayabeque, Camagüey-Ciego de Ávila, Villa Clara-Matanzas, Santiago de Cuba-Granma, Las Tunas-Sancti Spíritus, uno de los duelos más atractivos, e Industriales-Pinar del Río; siempre en cancha de los segundos.