Código de las familiasNacionales

Mirada campesina al nuevo Código de las Familias en Cuba (+Fotos y Video)

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Como un aguacero que refresca la tierra sembrada de viandas y vegetales, así ve la campesina Tania Rivera Moreno al nuevo Código de las Familias en Cuba, el cual le ampara como mujer empoderada y como abuela en función de madre-tutora.

Y es que cuando llueve todo revive, eso sí lo sabe bien esta cooperativista que desde 2008 está al frente de la finca La Rivera, -en las cercanías de la cabecera provincial de Cienfuegos-, donde produce frutales, cultivos varios y logra un pequeño rebaño de ganado mayor.

Rivera Moreno declaró a la Agencia Cubana de Noticias que el nuevo código reafirma la equidad entre hombre y mujer, porque en ese texto se dice que todos tienen iguales derechos y deberes tanto para trabajar en el campo como en las tareas hogareñas.

«€œYo recuerdo a mi abuela cuando le calentaba el agua para el baño a mi abuelo, la comida debía estar a su hora y lo hacía todo en casa, ahora es distinto, todos en la familia deben cooperar y así está recogido en el documento.

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«€œEn mi casa, el primero que llega es quien cocina, no hay problema en si es varón o hembra, ni porque en la zona rural nos criaron con aquello de las niñas a los quehaceres de la casa y los varones a mataperrear, nada de eso.

«€œAhora, aunque soy la jefa de finca, allí laboran mi papá, mi esposo, mi tío, un hermano e hijo, por eso en la tarde dialogamos todos y de ahí sale la decisión de si se siembra frijol o los boniatos, y hay mucho respeto al viejo, pues es el horcón de la familia, y a mí, por ser mujer y campesina.

Los comienzos de Tania como agricultora no fueron muy halagüeños, porque al principio se sintió discriminada por la decisión de recibir tierra en usufructo para cultivar.

«€œLlegué a la Delegación de la Agricultura y yo era la única mujer entre unos 20 hombres que hacían sus solicitudes, me miraron incrédulos y murmuraron de «€œcon qué cuenta la cucaracha»€, por eso les respondí con estas manos y con las ganas de trabajar.

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«€œEl Código nuevo me respalda también como abuela porque estoy criando a mi nieto Rafael Alejandro Oliva desde recién nacido y ya tiene cuatro años, y además porque esas leyes cubanas van en contra de la violencia con los niños, los jóvenes, las mujeres y los abuelos, por ello soy beneficiada como quiera que lo mires»€.

«€œYo hago de todo en mi finca, chapeo, arreglo la cerca, y comercializamos los productos hacia la cooperativa Manuel Ascunce Domenech, además vendemos directo al mercado del consejo popular de Caunao y a las ferias agropecuarias.

«€œViene una buena parición de mango, pero hace tiempo que no llueve, por eso le decía en cuanto caiga un buen aguacero la vida cambia para la tierra, el sembrado y hasta para la gente que trabaja sin miedo a las dificultades como nos enseñó la Revolución»€.

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