Luchar por la paz es luchar por salvar la Humanidad, afirmó Fidel Castro
Cada 21 de marzo se recuerda la entrega en 1962 del Premio Lenin de la Paz al líder de la Revolución, Fidel Castro. El Premio Lenin de la Paz intentó fomentar la paz entre los pueblos y era un equivalente al Premio Nobel de la Paz
«La lucha por la paz significa luchar por salvar a la Humanidad de una destrucción apocalíptica, por salvar cientos de millones de vidas de hombres, mujeres, jóvenes, ancianos y niños»», afirmó el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz al recibir, hace 60 años, el Premio Lenin de la Paz.
Los cubanos recuerdan cada 21 de marzo la entrega en 1962 de este honroso reconocimiento mundial al líder de la Revolución por la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), con el Premio instaurado el 20 de diciembre de 1949 para grandes figuras de cualquier país del mundo, independientemente de sus diferencias políticas, religiosas y raciales, por sus logros en la lucha contra los instigadores de la guerra y la defensa de la paz.
En el momento de su otorgamiento, el naciente proceso revolucionario de la Isla adquiría vertiginosamente por su carácter humanista la admiración del mundo, a solo 90 millas de Estados Unidos, país del cual ya había sufrido agresiones, sabotajes, atentados y desde marzo de 1962 un genocida bloqueo económico, comercial y financiero, que también cumplió ya seis décadas.
Al recibir la distinción en un acto celebrado en el antiguo Teatro Chaplin de la capital, hoy Carlos Marx, Fidel Castro proclamó la vocación pacifista que mantuvo toda su vida y destacó que la lucha contra la guerra y el desarme significaba una actitud activa en favor de la independencia y la liberación de los pueblos.
«»¡Desaparezca la filosofía del despojo, y habrá desaparecido la filosofía de la guerra! «¡Desaparezcan las colonias, desaparezca la explotación de los países por los monopolios, y entonces la Humanidad habrá alcanzado una verdadera etapa de progreso!»», había afirmado Fidel Castro, en fecha tan temprana como el 26 de septiembre de 1960, durante su primera intervención en las Naciones Unidas.
«El imperialismo significa hoy el peligro de guerra, la amenaza de guerra, de una guerra que haría palidecer a las guerras anteriores, una guerra que significaría la destrucción de cientos de millones de vidas, si es que puede alguien calcular la destrucción que ocasionaría una guerra atómica»», recalcó en 1962 al recibir el Premio Lenin de la Paz.
«Los imperialistas necesitan de la guerra. El capitalismo «decía Marx» ha rezumado sangre de los pies a la cabeza, desde sus mismos orígenes. El capitalismo ha significado para la humanidad sangrientas y bárbaras guerras, guerras coloniales, guerras mundiales, guerras locales, guerras para repartirse el mundo, guerras para esclavizar a los pueblos, guerras para volver a repartirse el mundo, guerras cada vez más sangrientas, guerras cada vez más destructoras, guerras que conllevan cada vez más víctimas, cada vez más sangre, cada vez más destrucción, y la destrucción cada vez más hacia la retaguardia, cada vez más lejos de los frentes de batallas, cada vez más sobre las indefensas poblaciones; guerras cada vez más terribles, guerras cada vez más inhumanas»», enfatizó entonces el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro.
Pero, para Fidel Castro «la defensa de la paz no puede ser una defensa pasiva, la prédica a favor de la paz no puede ser una prédica beatífica. La paz a cualquier precio, «¡No!, proclamó nuevamente ante el pueblo reunido multitudinariamente en la Plaza de la Revolución habanera el 1ro de mayo de 1965.
Ese mismo día aclaró que «deseamos la paz que sea para todos los pueblos, para disfrutarla con derechos y con libertad»». En su concepción la paz está indisolublemente ligada a los derechos de los pueblos, la independencia, justicia social y el desarrollo.
Así lo reiteró en La Habana, en su discurso de clausura de la reunión de la presidencia del Consejo Mundial de la Paz el 21 de abril de 1981, cuando afirmó que «si no hay desarrollo y un mínimo de justicia para los pueblos, tampoco habrá paz»».
Sobre esa idea volvió Fidel Castro en el discurso pronunciado en la séptima Cumbre del Movimiento de Países No Alineados en Nueva Delhi, India, el 7 de marzo de 1983, cuando dijo: «sin paz «estamos seguros de eso» no es posible el desarrollo, de la misma manera que sin desarrollo no sería posible la paz»».
Y en el XXXIV Período de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 12 de octubre de 1979, precisó que «el desarrollo es, principalmente, la atención al ser humano, que ha de ser el protagonista y el fin de cualquier esfuerzo por el desarrollo»».
De acuerdo con historiadores, el Premio Lenin de la Paz intentó fomentar la paz entre los pueblos y era un equivalente al Premio Nobel de la Paz, el cual siempre se asignó a figuras occidentales no siempre representativas de las causas de los pueblos. Nicolás Guillén en 1954 y Vilma Espín en 1977 fueron las otras personalidades de esta nación caribeña que recibieron tal distinción.
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