Díaz-Canel en Artemisa: tres historias de resistencia, sensibilidad e ingenio
De toda experiencia, incluso de las adversas, pueden ser extraídas las lecciones. Todo revés puede llevar a lo contrario: la victoria. Por eso, mientras amanecía este viernes, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, llegó a la Central Termoeléctrica del Mariel «Máximo Gómez», ubicada en la provincia de Artemisa.
Hasta ese estratégico lugar acudió el Jefe de Estado con el propósito de intercambiar con sus directivos y trabajadores, y para conocer de primera mano cómo marchan las acciones de recuperación que se acometen en la Unidad siete, luego de que hace unos días se hubiese producido un incendio.
La termoeléctrica fue el primer punto en la agenda del dignatario, quien encabezó, en la provincia, la visita del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista y su estructura auxiliar. Hasta el importante centro generador llegó Díaz-Canel acompañado del Comandante de la Revolución y viceprimer ministro, Ramiro Valdés Menéndez, así como del miembro del Buró Político y Secretario de Organización del Comité Central, Roberto Morales Ojeda, y de las principales autoridades del territorio.
Luego de realizar un recorrido por los espacios de la termoeléctrica -en un viaje que llegó hasta la sala de controles-, el mandatario recibió una explicación al detalle, a cargo del director, Leonardo Valdés Almenares, acerca de todo cuanto se viene haciendo a raíz de la avería que provocara el incendio.
El Presidente hizo énfasis en velar por «la calidad de todo lo que se haga, en el menor tiempo posible, pero sin afectar la calidad», y sin perder de vista «todo lo que se pueda recuperar». Y habló de hacer un estudio para que, cuando llegue el momento de alguna posibilidad en recursos, seguir potenciando un lugar tan importante.
«Este sigue siendo un potencial energético importantísimo del país», valoró el Jefe de Estado, quien además hizo hincapié en la relevancia de priorizarlo «en todo lo que podamos en estos tiempos». Sobre el percance que se vivió recientemente en la termoeléctrica, el Primer Secretario del Comité Central recordó que «los reveses hay que convertirlos en victorias», y que «ahora lo importante es trabajar con eficiencia los otros bloques».
Durante el encuentro entre expertos, directivos e ingenieros, los reporteros escucharon hablar de falso sincronismo, de exceso de velocidad en una máquina, de ingeniería básica, o de ingeniería de detalle. Una termoeléctrica es un gigante preñado de delicadezas técnicas. Y allí, a quienes deben velar porque ese gigante siga funcionando, el Presidente expresó una idea muy familiar, que acompaña a los cubanos en el bregar del día a día: «A guapear, sin desánimo y hacia adelante. Esta es una oportunidad también para avanzar y para crecernos».
El Chalet se mueve
En Artemisa, el barrio El Chalet tiene su arteria principal asfaltada y esa buena obra se va expandiendo a caminos más estrechos e internos. Son cambios que forman parte de la transformación que viven muchas comunidades a lo largo de la Isla. Hasta allí llegó el Presidente cubano luego de haber salido de la termoeléctrica; y entre las autoridades locales y muchos pobladores que salían al paso para saludarle, Díaz-Canel Bermúdez reflexionó:
«Vamos a seguir haciendo más cosas. Ya ustedes conocen este año cuál es el presupuesto que tienen («¦), es un presupuesto más participativo, que se otorgó en función de las cosas que el mismo barrio fue diciendo, y lo que pudo aprobar la Asamblea Municipal como prioridad para el año. Ese es un avance en la concepción incluso del presupuesto. Ahora tenemos que transparentar eso, y periódicamente ir informando a los vecinos».
Apuntó que con esos nuevos modos «ya las misma gente que van participando, van controlando; para que las cosas se hagan bien, no se dilapiden los recursos, no se desvíen recursos. Y todo ese concepto de participación con control popular, que al final es ampliación del tema democrático, es defender el concepto del poder popular que Fidel desarrolló, nos da más vitalidad para el trabajo porque entonces es la gente de verdad participando y trabajando en su propio beneficio».
El Jefe de Estado habló también de cómo todo cuanto se hace posibilita conectar el proyecto de vida de las personas con el destino de la comunidad a la cual pertenecen: «Le damos más amor al barrio «subrayó-, más sentido de pertenencia, más autoestima, y la gente va viendo que con sus propios esfuerzos se pueden ir superando problemas, incluso muchos de los que tenemos acumulados».
El mandatario reflexionó: «Al final, si hay rigor, si hay control, si hay exigencia, si hay participación, si hay autoestima, si hay defensa de las motivaciones y las aspiraciones de la gente, indudablemente va a haber calidad en las cosas, y vamos a avanzar más en función de la prosperidad que todos queremos lograr». Ese es el concepto, dijo, «que nosotros tenemos que trabajar y que defender».
De mantener lo hecho habló también el Presidente: Todo lo que hagamos, comentó, «hay que mantenerlo», y entonces seguir buscando qué cosas nuevas vamos a transformar. Pero hay que hacerlo, alertó el mandatario, sin imponerle las cosas al barrio: «Las cosas tienen que salir del barrio, la gente tiene que proponer».
En un recorrido que vio la nueva cafetería, la bodega, y el consultorio médico, Díaz-Canel volvió a pensar en cómo debe ser El Chalet en futuro no lejano. Que la gente, comentó, «vayan teniendo aquí las cosas que les hacen falta para vivir»: una cafetería, un restaurante, un espacio para la cultura, áreas deportivas para los muchachos. «Los jóvenes tienen que ver que lo que estamos haciendo en el barrio también está en función de sus motivaciones; por ejemplo, si a los muchachos les gusta el fútbol, hay que hacer una canchita de fútbol», ejemplificó el Jefe de Estado.
-Estamos haciendo un terrenito de pelota, que es lo que nos pedían, informó alguien. Y entonces el Presidente siguió buscando detalles: «¿Y la comida aquí cómo es?». Estando en el consultorio médico, logró estar al tanto de múltiples temas explicados por el doctor Carlos Valido Pérez Rodríguez, especialista en Medicina General Integral, quien desde hace cuatro años hace su vida profesional en la comunidad.
Para Carlos, y así se lo dijo al Presidente, la vulnerabilidad no es solo material sino también espiritual. En algún momento el especialista contó que en la comunidad de más de 1 600 pobladores se han producido 87 nacimientos en los últimos cuatro años, y «hemos mantenido en cero la mortalidad infantil».
El Jefe de Estado quiso conocer sobre cuáles son las principales enfermedades del poblado, y sobre cómo marcha el proceso de vacunación. Y en cuanto a los niños y los jóvenes, el mandatario hizo énfasis en la importancia de que cursen estudios, «porque en la misma medida en que tengan mayor nivel cultural, entenderán mejor los procesos», y estarán más capacitados para trabajar.
Como todo está relacionado en la vida, cuando hablaron a Díaz-Canel sobre las intenciones de usar el adocreto en algunos caminos, el Presidente afirmó que «es bonito, queda bonito, y es más fácil de reparar». Sugirió incluso pigmentar algunos. Ese, que puede parecer un tema trivial, tiene que ver con la salud espiritual de las personas. Porque»¦ ¿Acaso la belleza no constituye un ingrediente cardinal en la vida de los seres humanos?
Un productor satisfecho
El campesino Luis González Romero recibió en la mañana de este viernes, en Artemisa, al Presidente Díaz-Canel Bermúdez. Con él conversó acerca de sus experiencias desde la Unidad Empresarial de Base (UEB) San Justo Uno.
El productor cultiva malanga y boniato. Cuando el mandatario vio el verdor y el tamaño de la vegetación del boniato, preguntó a Luis cómo lo había logrado. Fue entonces cuando el hombre que atiende su tierra le contó que, entre amigos y búsquedas en internet, se las agenció para darle a la siembra el tratamiento necesario, con un producto a base de microorganismos, preparado por él desde su casa.
La siembra no tiene claros, «no falta una planta aquí», expresó con admiración Díaz-Canel, quien seguidamente quiso saber cómo le ha ido al productor con las nuevas medidas que se han aprobado para dinamizar la agricultura.
-¿A ti te parece que dan resultados?, indagó con el productor.
-Estoy muy contento. He visto el dinero. Yo nunca he tenido lo que tengo ahora, afirmó Luis, quien en otro momento hizo una definición ante el mandatario: «Una de las cosas fundamentales en lograr cualquier objetivo es buscar en la arcilla humana. Tengo un colectivo de trabajadores aquí, y las relaciones con él se van por encima de la orden del trabajo. El otro día les dije: me hace falta un sacrificio ahí porque miren eso qué feo está (hablando de la tierra), y me responden y sienten por lo mío también. Yo los incentivo a ellos, ¿usted me entiende?».
-Ahora lo que hay que lograr «explicó el Presidente- es que por ese beneficio que han tenido ustedes por trabajar y por producir, entonces también a la población le llegue ese producto de calidad, con buen precio.
-Yo tengo eso: primero analizo que el precio está caro, actualmente está siendo como nunca, y yo les estaba diciendo a ellos (sus trabajadores): el que venda algo por la izquierda tiene que ser que esté así (se pone la mano al cuello), porque el Estado está pagando, y está pagando a tiempo. Una de las cosas que nunca antes había oído decir es que ahora nos podemos autoabastecer, autogestionar, autofinanciar, que son ventajas que tú tienes. Yo antes tenía que depender de una persona que hiciera la gestión, y si no estaba a la altura de mi ánimo y de mi inquietud por hacer las cosas, tenía que acomodarme y esperar.
Díaz-Canel se interesó por otros asuntos relacionados con encadenamientos productivos y agilidades bancarias. Y luego, en otro punto del terreno, se adentró en un surco para conversar con los campesinos. La mañana, provechosa, hizo volver sobre una idea que marca todas las historias de la Isla: hay que guapear, resistir, y seguir creando.