¿Cómo funciona una casita infantil?
La experiencia de las casitas infantiles son una vía muy útil y efectiva para ayudar a las madres y a los padres trabajadores, además de no diferir de la labor que realizan los círculos infantiles
La felicidad del pequeño Brian Arcia Santana, de apenas cuatro años de edad, resulta evidente. Vestido de campesino, incluso con sombrero, se inclina una y otra vez sobre la tierra, con el propósito de limpiar el huerto.
«Me gusta venir aquí para regar las plantas y limpiarlas de malas hierbas. En mi casa estaba aburrido, porque mamá también atiende a mi hermanito chiquitico»», dice Brian, uno de los 20 infantes que integran la matrícula de la casita infantil Alegres payasitos, del poblado de Esperanza, en Villa Clara.
Además de él, Alexa Orfila Ãvalos y Alex de la Paz Gómez tampoco tienen reparos en dejar constancia de los sentimientos de felicidad que los embargan. Con palabras sencillas, como todas las que brotan del corazón de un niño, hablan. «Aquí puedo jugar con mis amiguitos, pintar, bailar y armar rompecabezas»», expresa Alexa; mientras el simpático Alex señala: «Me gusta más estar aquí que en mi casa»», criterio avalado por su mamá Anita, doctora del hospital pediátrico villaclareño, quien se siente reconfortada por la atención que se le brinda a su nené.
La casita infantil de Esperanza, ubicada en el seminternado Javier Calvo Formozo, es una de las diez instituciones de ese tipo en la provincia, uno de los territorios que en el país tiene más consolidada esta experiencia, resurgida el pasado año, tras la aprobación de la Resolución 58/2021 del Ministerio de Educación, que regula la apertura y funcionamiento de ese tipo de instituciones.
La licenciada en Educación Preescolar, Yamna Yarilyn Consuegra Ãguila, es la educadora principal del emblemático sitio, donde se reúnen los hijos de muchísimas mujeres y hombres que antes veían limitadas sus posibilidades de acceder al empleo por no tener quien cuidara de sus vástagos, o debían pagar altas sumas de dinero por una cuidadora.
«Aquí trabajamos cuatro educadoras, dos licenciadas y el resto estudia la especialidad»», expresa Yamna Consuegra, quien habla con encomio del asesoramiento recibido por parte del equipo metodológico municipal y provincial, lo que les ha permitido desarrollar con éxito la actividad.
Sobre la experiencia de las casitas infantiles, señala que es una vía muy útil y efectiva para ayudar a las madres y a los padres trabajadores, además de no diferir en nada de la labor que realizan los círculos infantiles. «Tenemos muy buenas relaciones con la familia de los niños que nos han apoyado con juguetes, materiales escolares y medios de enseñanza»», reconoce la joven educadora.
Al respecto, Belkis Jiménez Sánchez, directora del seminternado donde está enclavada la casita infantil, señala que ese era un viejo reclamo de las mujeres trabajadoras de Esperanza, consejo popular donde existe un solo círculo infantil, insuficiente para cubrir toda la demanda.
«Cuando nos plantearon la intención, nos dimos a la tarea de buscar el mejor local de la escuela para ese fin, conscientes de la trascendencia de la labor que realizaríamos»», explica la Directora, quien añade que el local tiene un área amplia, baño y pantry; y en un futuro no muy lejano, los niños que hoy deben ir a almorzar a sus hogares también podrán realizar esa necesidad en el seminternado.
Acerca del horario, señala que a partir de las 6:30 a.m. las puertas de la casita se abren para que los padres tengan tiempo de marchar a sus labores, y se cierran a esa misma hora de la tarde, espacio de tiempo en el que los infantes juegan, ven audiovisuales, hacen gimnasia y otras actividades independientes y programadas.
UNA EXPERIENCIA QUE SE MULTIPLICA
Carmen Amador Curbelo, jefa del Departamento de Primera Infancia en la Dirección Provincial de Educación en Villa Clara, explica que en el territorio funcionan en estos momentos 61 círculos infantiles, a los que asisten 8 739 niños, una cifra que no se corresponde con la alta demanda de nuevas capacidades.
Para ilustrar el asunto, la funcionaria señala que en estos momentos el número de solicitudes pendientes es de 4 232, razón por la cual la idea de fomentar las casitas infantiles ha sido muy acogida por las familias villaclareñas, que la ven como una alternativa viable al dilema diario del cuidado de los hijos.
«En Villa Clara había antecedentes de instituciones de este tipo en tres organismos: la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, la Textilera Desembarco del Granma y la Universidad de Ciencias Médicas Dr. Serafín Ruiz de Zárate Ruiz, las que aún funcionan, y de manera muy efectiva»».
En la actualidad, el territorio cuenta con diez instituciones de ese tipo, ubicadas en los municipios de Santa Clara, Cifuentes, Camajuaní, Remedios, Ranchuelo, Santo Domingo y Manicaragua, las que benefician a 200 niños e igual cantidad de familias, reconoce Carmen Amador.
Respecto a las particularidades de esta opción educativa, la jefa del Departamento de la Primera Infancia en Villa Clara explica que allí se imparte el mismo programa educativo que el desarrollado en los círculos infantiles, y el personal que lo lleva adelante está muy bien capacitado.
«Para poder abrir un local de ese tipo, primero debe estar certificado por Salud; tener una proporción de una tasa de baño por cada 15 niños; que la ventilación y el espacio para el desarrollo de las actividades sean favorables, y que no haya peligro cercano de ningún tipo, entre otras condiciones»», refiere la funcionaria.
Hasta la fecha, la única limitante es que, excepto en las casitas ubicadas en locales de organismos, los niños deben ir a su hogar a almorzar, una situación que se analiza en estos momentos en busca de la solución definitiva a ese dilema, reconoce la licenciada Amador Curbelo.
En perspectiva, se proyecta abrir en los próximos días nuevas casitas infantiles en Manicaragua y Quemado de Güines, aunque se analiza con otros organismos y gobiernos locales para extender esta alternativa por toda la provincia, atendiendo a que por esa vía también podrá darse respuesta a las madres que tengan dos o más hijos, además de algunos casos sociales de la comunidad.
EN CONTEXTO:
- La experiencia de las casitas infantiles fue retomada a partir del 3 de junio de 2021, con el objetivo de responder al déficit de círculos infantiles y aliviar la situación que enfrenta la familia con la llegada de un pequeño.
- Cuba cuenta con 1 086 círculos infantiles, y en ellos están matriculados 141 690 niños. Actualmente hay 56 000 solicitudes pendientes. Tienen un solo círculo 29 municipios del país.
- Hasta el momento, funcionan 16 casitas infantiles, y seis provincias no cuentan con esta modalidad.
- La casita infantil es una variante de atención educativa, en la modalidad institucional de la primera infancia, donde se presta servicios a los niños, hijos de las madres, padres o tutores, en entidades que, a partir de sus condiciones económicas y materiales, puedan destinar fondos para su apertura, mantenimiento y garantizar su sostenibilidad.
- En esas instituciones también se ofrece, excepcionalmente, atención educativa a niños de familias con situaciones sociales complejas de la comunidad, a propuesta de la Dirección Municipal de Trabajo.
- Para poder solicitar la apertura de las casitas, las entidades deben realizan el diagnóstico económico-financiero con el objetivo de analizar las reservas presupuestarias existentes y evaluar que los ingresos cubran los gastos, de manera que se garantice la sostenibilidad de ese servicio.
- En el caso de las unidades presupuestadas y organizaciones políticas, sociales o de masas, se evalúa, además, que no se generen gastos excesivos al Presupuesto del Estado.
- La creación de casitas infantiles no puede implicar deterioro en los indicadores de eficiencia de la entidad, y los ingresos y gastos se deben proyectar en el Plan y Presupuesto anual.
- Las entidades se responsabilizan con la selección de los locales, el mobiliario y los recursos materiales requeridos; del mismo modo que velarán porque no se generen diferencias significativas con lo que se aplica para los círculos infantiles.
- El Ministerio de Educación garantizará la base material de estudio, así como la atención educativa a los niños con educadoras y auxiliares pedagógicas graduadas en la especialidad de Primera Infancia.