Métodos eficaces para mejorar la memoria

De niños, adolescentes y jóvenes escuchamos hablar sobre la buena memoria de alguien para recordar lugares, nombres o hechos de épocas anteriores y no le dábamos mucha importancia, sin embargo cuando llegamos a adultos mayores pensamos con detenimiento en la situación y añoramos tener esa habilidad que por lo general se pierde con la edad avanzada. 

No por cotidiana la situación deja de molestar a quienes la padecen y se preocupan si es temporal o permanente. Antes de hacer un análisis concluyente se impone saber algunos detalles sobre la memoria. 

Especialistas coinciden que el proceso de la memoria ha sido fundamental en el desarrollo del ser humano, puesto que es una actividad mental que permite receptar, almacenar, organizar y recuperar la información que a diario adquirimos, el mismo que debe pasar por ciertas fases para concebirse como un desarrollo temporal. 

Para cualquier ser humano la memoria es su capacidad para almacenar información codificada experiencias y poder beneficiarse de ellas- afirman los especialistas-; en su actuación futura se define a este proceso mental como la capacidad para retener y hacer un uso secundario de una experiencia, basándose en las acciones del sistema nervioso y, en particular, del cerebro. 

Un artículo consultado señala que dicha información puede ser recuperada, unas veces de forma voluntaria y consciente y otras de manera involuntaria. Con el paso de los años son muchas las personas que se quejan de tener problemas con la memoria; entre otras cuestiones se les olvidan los nombres de algunas cosas, buscan algo pero no recuerdan qué es, y lo logran si repiten la acción. 

Los científicos recomiendan para recuperarla hacer ejercicios ya que afirman que el cerebro crece a medida que lo practicamos, se crean más conexiones en ese vital órgano y ayuda a que se formen células extras. Alrededor del 20 por ciento de la ingesta de azúcar y de energía del cuerpo va directamente al cerebro, lo que provoca que la función cerebral dependa de los niveles de glucosa. 

Si los niveles de azúcar no están controlados, la mente puede sentirse mucho más confusa. Comer alimentos que gustan libera la dopamina química en el sistema de recompensa del cerebro, por eso se siente placer cuando se comen. 

Hay alrededor de 100 billones de microbios en el sistema digestivo humano, interconectado con el cerebro mediante el llamado eje cerebro-intestino, y el equilibro de esos microbios es crucial para el bienestar del cerebro. 

Un buen consejo es que: las células cerebrales están formadas de grasas, así que es importante no eliminarlas de la dieta. Ácidos grasos básicos de nueces, semillas, aguacate o pescado son buenos para el cerebro, junto al romero o la cúrcuma. 

La ansiedad prolongada y altos niveles de estrés incómodo son bastante tóxicos para el cerebro. Por eso es clave que aprendamos a desconectar de vez en cuando, para permitir a esa parte del cerebro que descanse. 

Expertos están confiados porque tenemos una red particular en el cerebro que es la red neuronal por defecto: es la parte que nos permite fantasear (o soñar despierto) y es importante para mantener la memoria. Al desconectar del mundo, estamos activando esa parte del cerebro y permitiéndole que haga su trabajo. 

Si le resulta muy difícil relajarse y desconectar, por qué no emplea algunas técnicas como la meditación que ayuda a que las hormonas del estrés vuelvan a niveles más prácticos. 

Una buena manera de potenciar el cerebro es desafiarle, aprender algo nuevo.

Actividades como participar en una clase de arte o aprender un nuevo idioma aumenta su elasticidad. 

La música estimula el cerebro de una manera única. Es mucho mejor su efecto si se escucha alta. Esta refuerza la cognición general y la memoria musical, por ejemplo, es la última en desaparecer en casos de demencia. 

Cuando miran las imágenes cerebrales de alguien escuchando música o tocando algún instrumento, se ve claramente que todas las partes del órgano están activas. 

La memoria se puede recuperar, eso sí, con constancia e interés. 

El recuerdo lejano o cercano puede que llene de regocijo o añoranzas, a la vez que revive lo que pasó y regresa con nitidez aquello que parecía olvidado. Por ello vale la pena recuperar la memoria con métodos eficaces.