Les doy las gracias (+Audio)
Hoy se celebra en toda Cuba el Día del Educador; una jornada para agradecer con más fuerzas a quienes se dedican a esta noble labor
Yo fui una niña hija de madre y padre maestros. Por ello, un día como hoy me gustaría pedirles perdón por las tantas veces que lloraba cuando se alejaban y tenían que dejarme en una casa de cuidados.
Yo tengo recuerdos asomada en una ventana y unas manos difusas que decían adiós; pero también una cama repleta de muñecas con sus libreticas y mochitos de lápices que seguro mis padres acumulaban de sus alumnos.
Hasta tenía puntero y una pequeña pizarra formaba parte de mi cuarto.
Desde pequeña la profesión de mis padres me dio algunas tristezas, pero también alegrías. Ellos eran jóvenes y maestros, y tenían hijos y una casa por construir; pero también sus estudiantes.
Mi padre dio clases con los pantalones rotos, pero con la dignidad más grande del Mundo y mi madre se sentaba con su mejor amiga al final de la guagua para que el peinado no se le arruinara.
Más de 40 años en una profesión que ennoblece, me llena de orgullo saberlos todavía a pie de cañón y que incluso me sorprendan por WhatsApp con imágenes de la Universidad espirituana donde hoy imparten sus contenidos.
A todos aquellos que una vez oyeron a mis padres, a los que todavía corren una silla para atenderlos, no olviden que son su razón de ser.
Cada maestro, maestra que tenemos es una oportunidad de aprendizaje que debemos valorar y agradecer infinitamente.
Hoy es un día que uno quisiera tener alas para regalar, pero recuerda que también vale el detalle, el «felicidades, educador» o hasta el choque de puños tan común en estos tiempos.
Sentarse en un aula es algo que hacemos todos y todas con la tranquilidad de saber que hay alguien trazando los lazos de nuestro porvenir.
A mi madre y a mi padre que gastaron tantas tizas y hoy se aventuran en el mundo digital con algunos deslices, gracias por seguir.
Que su escuela siga siendo cómplice de estas fotos que me llegan con la tranquilidad de saberlos útiles a la vida.
Imagen: Archivo de la autora.