Demuestran vínculo entre contaminación ambiental e hipertensión
Más allá de los riesgos y del agravamiento que la contaminación atmosférica tiene sobre las enfermedades respiratorias, los científicos han comprobado ahora que la contaminación por partículas del aire está directamente relacionada a largo plazo con la hipertensión arterial.
Lo ha comprobado un equipo español de científicos pertenecientes al Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM) y del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA), y las conclusiones de su trabajo aparecen publicadas en la revista Scientific Reports.
Los resultados refuerzan la necesidad de mejorar la calidad del aire tanto como sea posible para disminuir el riesgo de hipertensión en nuestra población, han indicado los investigadores en una nota difundida hoy por los centros que han participado en el estudio.
Han recordado además que la Organización Mundial de la Salud ha alertado reiteradamente que la contaminación atmosférica es el mayor riesgo para la salud en todo el mundo, y que causa más de cuatro millones de muertes al año.
Este estudio, coordinado por el equipo de Gemma Rojo, del Hospital Regional Universitario de Málaga, ha evaluado el impacto de la contaminación por partículas en la incidencia de la hipertensión en España a largo plazo, reforzando la necesidad de mejorar al máximo la calidad del aire para disminuir el riesgo de enfermedades cardiometabólicas en la población.
Los investigadores han contado con más de 1.000 personas participantes en el estudio «di@bet.es» de entre 18 y 83 años, que no tenían hipertensión al inicio (2008-2010) y que fueron objeto de seguimiento hasta 2017.
A los participantes se les asignaron concentraciones de contaminación de aire para partículas, obtenido a través de modelos combinados con mediciones tomadas en estaciones de calidad de aire, y durante este periodo se registraron 282 casos de hipertensión arterial.
El estudio se ha realizado en colaboración con la división de contaminación atmosférica del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT).
Según ha explicado Sergio Valdés, investigador del CIBERDEM en el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga y profesional del Hospital Regional Universitario de esta ciudad, «varios estudios precedentes han descrito la relación a corto y largo plazo de los contaminantes del aire ambiental con la hipertensión y los niveles de presión arterial».
Pero ha subrayado que pocos trabajos habían abordado la asociación entre la exposición a largo plazo a estas partículas y la incidencia de la hipertensión de una manera prospectiva, por lo que este estudio «nos ha brindado la oportunidad de hacerlo en la población española».
Durante las fases del estudio, los participantes fueron sometidos a un reconocimiento médico en un centro de salud y se les tomó una muestra de sangre, y mediante cuestionarios se obtuvo la información sobre la edad, sexo, nivel educativo, etnia, tabaquismo, consumo de alcohol y otras variables.
Gemma Rojo, jefa de grupo del CIBERDEM en el IBIMA y una de las firmantes del estudio, ha aseverado que los datos «son consistentes con una gran cantidad de evidencia que sugiere que la contaminación del aire puede contribuir a la patogénesis de la hipertensión, y también respalda que el componente particulado de la contaminación del aire es la amenaza más importante para el sistema cardiovascular».
En este sentido, ha señalado que «aunque las asociaciones previas entre la exposición a contaminantes gaseosos y la hipertensión han mostrado algunas discrepancias, la mayoría de los estudios que informan sobre la exposición a largo plazo a las partículas y la hipertensión incidente han informado asociaciones positivas que son consistentes con nuestros hallazgos».