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Cuba: Cómo convivir con adolescentes kpopers y no morir en el intento

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La ola coreana salpica Cuba hace bastante tiempo. Quizás entre las mayores influencias se encuentre el kpop, una corriente musical que llena habitualmente de rostros muy jóvenes el patio de la Casa de Cultura de Plaza, en la capital, y conquista la preferencia de muchos adolescentes en todo el país.

Quienes ya lo hemos vivido como padres pasamos por muchos momentos: el de restarle importancia porque es una moda que pasa, el de preocuparnos porque cualquier fanatismo es malo y también porque viene acompañado de una idiosincrasia a la que no pertenecemos y estereotipos que podrían no ser saludables.

En un texto publicado por Cubahora en 2018 sobre BTS, una de las bandas más seguidas en el mundo actualmente y también en Cuba, el autor comentaba: «¨

«Como otras tantas, BTS es una banda prefabricada, en su caso por la Big Hit Entertaiment, perteneciente al conglomerado multimediático Signal Entertainment Group. Una de las agencias que junto a la poderosa SM Entertaiment YG, JYP y Cube Entertainment, capitaliza las mayores tajadas de esta «€œcorriente hallyu»€ (ola coreana), exprimiendo todo el zumo de sus serializados exponentes.

«Explotación con tristes consecuencias para ellos: demandas judiciales, anorexias y depresiones que los han llevado hasta el suicidio. El primer caso fue el del actor y cantante Park Yong Ha, quien se ahorcó el 30 de junio de 2010. El 24 de febrero de 2015, Sojin, la cantante de Baby Kara, se lanzó al vacío desde el décimo piso de su edificio. Kim Jong-hyun, voz de los exitosos SHINee, se suicidió en diciembre de 2017 inhalando humo de carbón en su casa de Seúl. «€œLa depresión que lentamente me ha ido carcomiendo ya me ha devorado y no he podido superarla. Es increíble lo mucho que duele»€, dijo en una nota de despedida».

Sin embargo, el propio artículo, titulado «Los ídolos del K-pop», el columnista José Ángel Téllez Villalón reconoce: 

«Vale apuntar que, si bien estas bandas son copias actualizadas de los Backstreet Boys y las Spice Girls y han realizado colaboraciones con «€œfamosos»€ anglosajones, como Kanye West, Snoop Dogg y The Black Eyed Peas, en sus videos no se ve la sexualización que caracteriza a los producidos por la industria musical dominante en Occidente…»

En fin, que se trata de un fenómeno polémico y nada despreciable en el contexto actual si tenemos en cuenta que, solo en La Habana, existen más de cincuenta clubes de fans de los idols (así se les llama a las estrellas del Kpop) y la cifra aumentaría si se contabilizara a quienes los siguen en otras provincias del país. El proyecto sociocultural ArtCor, que surgió en el municipio Plaza de la Revolución de esta capital, ya tiene réplicas en otras provincias, además de que van surgiendo comunidades o grupos como las muchachas de la foto, publicada por el sitio Radio Libertad de Puerto Padre, Las Tunas.

¿Es una mala influencia el Kpop? ¿Qué mantiene a nuestras hijas e hijos enganchados con algo que les queda geográfica y culturalmente tan lejano?
Como madre de una kpoper y después de muchas contradicciones le digo que las respuestas solo podremos encontrarlas en ellas y ellos, en los propios adolescentes y jóvenes, pues la realidad es más rica que cualquier teoría.

Karina Hechavarría Suárez es estudiante de viola en la Escuela Nacional de Arte: «En mi opinión no se debe de tratar como un todo, porque como en cualquier concepto o regla, existen excepciones»€¦

«En general, el fenómeno del Kpop, que se puede llamar así, uno de sus objetivos principales desde sus inicios fue hacer que la industria surcoreana musical, que era antes muy poco conocida, se alzara en la arena mundial, utilizando lo que pudieramos mencionar como una «ecuación»» que ha permitido que Corea del Sur aumentara rangos en el mercado mundial.

«Hay muchos talentos, no se puede decir que no, pues antes de un grupo «debutar»» necesitan años de preparación en diferentes facetas, como canto, baile,modelaje, idiomas»€¦toda una dura trayectoria que los lleva después a entrar en los gustos musicales mundiales, que luego es aprovechado por las compañías en el uso de técnicas de mercadeo y la creación de todo un negocio apoyado en el proceso artístico»».

Una kpoper más joven, Amanda Sofía Perelló, también estudiante de música, pero de nivel elemental de guitarra en la escuela Manuel Saumel, nos explicó sus motivaciones: «Me gusta el Kpop porque las letras, parece que no, pero tienen un nivel profundo, deja mensajes como «ámate a ti mismo»»; ve tras tus sueños por más difícil que sea»». Además, el ritmo de las canciones es muy pegadizo y la mezcla entre música y letra, alienta, anima»».

La propia web de Radio Libertad ofrece un ejemplo que nos obliga a mirar con otros ojos esta afición: «DAEBAK, el primer grupo de K-pop en Puerto Padre pretende convertirse también en un medio de superación cultural y de entretenimiento sano para jóvenes, y, ¿por qué no? participar en el Changwon Kpop World Festival (Festival Mundial de Kpop de Changwon), concurso celebrado anualmente por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Corea del Sur y donde grupos cubanos han sido uno de los 10 finalistas, en 2018 y 2019, de entre más de 70 países en las modalidades de canto y baile».

Para la autora,  Marlian Berenice Pérez Rodríguez, coincide con nuestras jóvenes entrevistadas en cuanto a varios de los atractivos del Kpop y resume que: «Encuentran aquí, una fuente de valores, disciplina, superación, compromiso y el enfoque para alcanzar sus metas».

Entonces, cuando más desesperados estemos, el mejor camino será siempre escuchar a nuestros aparentemente enloquecidos kpopers. De madre a madre te lo digo: conoce a las bandas que prefieren, critícalos sin humillarlos, dialoga, aprovecha lo que resulte útil para educarlos o motivarlos y, muy importante, deja de llamarles chinos, que son coreanos.

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