COVID-19: en peligro la salud mental de una generación
Así afirma Unicef en su muro de Facebook al analizar 6 efectos de la pandemia en la salud mental de adolescentes y jóvenes
Hasta hace muy poco mi hijo Julio Guillermo vivía confinado en casa, sin los amigos acostumbrados de siempre. Tuvimos la suerte de no tener pérdidas cercanas, pero aun así sabía que la pandemia había cobrado muchas muertes.
Actualmente, niñas, niños, adolescentes y jóvenes se ven expuestos a grandes riesgos para su salud mental debido a la covid-19. No lo digo yo: lo leo en una publicación reciente de Unicef donde aborda varios aspectos de esta problemática de manera general en América Latina y el Caribe.
El artículo refiere, además, que incluso antes de la pandemia, muchos infantes llevaban la carga de enfermedades mentales sin apoyo.
El texto explica que se estima que el 15 por ciento de los niños, niñas y adolescentes de entre 10 a 19 años (alrededor de 16 millones) viven con un trastorno mental diagnosticado en la región. Cifra que vale comparar con el promedio mundial de alrededor del 13 por ciento.
Otros de los datos que comparten es relativo a los suicidios. «Cada día, más de 10 adolescentes mueren por este motivo en América Latina y el Caribe. Eso es casi 4.200 suicidios de jóvenes por año», agrega la nota.
Unicef afirma que se debe reducir el estigma en torno a las enfermedades de salud mental y garantizar desde cada país un acceso a servicios de salud de calidad en este sentido.
Aconseja seguir una rutina diaria que incluya ejercicio físico, dormir lo suficiente y comer sano. Y por supuesto, socializar con los amigos ahora que las vacunas han marcado la tregua ante la covid-19. Estas actividades pueden reducir la ansiedad cotidiana a la que se han visto expuestos en los momentos más difíciles.
Como bien dice Unicef: «La salud mental es algo positivo porque subyace a la capacidad humana de pensar, sentir, aprender, trabajar, construir relaciones significativas y contribuir a las comunidades y al mundo».
Por ello, cuidemos su cuerpo, pero también sus mentes para un presente y un futuro comprometido con la acción que multiplica sonrisas.
Imágenes: tomada de Unicef