Seguimos dibujando sonrisas
A 30 años de la entrada en vigor de la Convención sobre los Derechos del Niño en Cuba, diferentes personalidades, desde su acción, nos hablan de sueños, logros y deudas para con la infancia
Hace 30 años un día como hoy, se puso en vigor la Convención sobre los Derechos del Niño en nuestro país, lo que implicó la adopción de medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas para palpar en la realidad cada artículo de este tratado internacional.
Cuba, y es gratificante escribirlo, promueve el bienestar de niñas y niños con un derecho pleno a la salud, educación y protección de forma gratuita.
El Día Universal del Niño, que se celebra todos los años el 20 de noviembre, encomia los avances conseguidos, pero también significa una jornada para concientizar a las personas de la importancia de trabajar día a día por su bienestar y desarrollo.
Como parte del proyecto Creativa, preguntamos a diferentes personalidades vinculadas con la infancia que con su dedicación han hecho realidad acciones en beneficio de la infancia y la adolescencia.
¿Qué le preguntamos?
¿Por qué trabajar para niñas, niños y adolescentes? ¿Por qué es tan importante «soñar» para ellos?
A la vuelta de estos 30 años de la implementación de la Convención sobre los Derechos del Niño en Cuba, ¿Qué nos queda por hacer? ¿Qué deudas todavía se palpan para con este público?
He aquí las respuestas.
Trabajar para niños y adolescentes es muy gratificante, además, es mi profesión, soy pediatra, mientras más pequeños son, la magia es mayor. Es muy interesante el trabajo desde la pediatría con ellos, siempre que logramos resolver su problema de salud es muy gratificante. También tiene sus momentos difíciles, tristes» pero corresponde asumirlo igual.
Mi trabajo de forma específica tiene que ver con la prevención, la promoción de salud desde el comienzo de la vida, y sí, soñar que pueden ser hombres y mujeres saludables, pues es la meta, y solo se logra si se comienza este trabajo con la familia desde la concepción del embarazo. No podemos dejar de soñar por el bienestar de ellos y a eso está encaminado nuestro trabajo.
¿Qué deudas aún tenemos? En Cuba los indicadores negativos de salud (mortalidad infantil, malnutrición) por mencionar algunos de ellos, son indicadores con resultados del primer mundo, ¿qué nos toca? seguir trabajando …. ya no es que sobrevivan, eso lo hemos logrado, nos toca trabajar más en los tantos niños que sobreviven y que deben tener una vida más saludable, con lactancia materna exclusiva hasta el sexto mes, y complementada hasta los 2 años y más; sin anemia, ni sobrepeso y obesidad, libres de maltrato, protegidos contra los accidentes, que logren alcanzar un desarrollo óptimo acorde a sus potenciales genéticas, con garantía de sus vacunas, sin diabetes mellitus u otras enfermedades crónicas que cada día aparecen en edades tempranas de la vida. Es decir, sobrevivir, crecer y prosperar. Con garantía de todos los servicios de salud según sus necesidades.
Trabajar para niñas, niños y para adolescentes es una responsabilidad, la mayor que puede tener un artista. Te corresponde sugerir, subir a ese mundo de verdades y colores, pero también educar, es una responsabilidad social, tienes el deber de ser un sitio confortable y convincente para esos gigantes receptores, son ellos los más sensible, inquietos y cuestionadores. Es un reto, pero también un privilegio.
Nunca es suficiente por mucho que trabajemos: ellos siempre merecen más, defender sus derechos y hacerles sentir seguros es solo una parte.
Debemos trabajar más, en los barrios más precarios, lograr mayor permanencia en los hospitales pediátricos, lograr una alianza más estrecha con los padres y la sociedad toda, divulgar sus derechos todos y procurarles siempre un entorno de seguridad y felicidad.
El acceso al agua y al saneamiento es una condición básica para el ser humano. La posibilidad de disponer de agua segura permite especialmente a mujeres, niñas y niños asegurar la salud y dignificar las condiciones de vida. La CDN establece en su artículo 24 este derecho. Durante más de 20 años el Proyecto Agua Amiga de las Niñas y los Niños del INRH con el acompañamiento de UNICEF y otros, se han unido para juntos cuidar y ahorrar el agua. Una vez aprobada la nueva Agenda para el Desarrollo Sostenible hasta 2030 que incluye 17 objetivos y 169 metas, se trabaja para lograr una verdadera conciencia a favor del agua y el medio ambiente. Es impostergable promover un desarrollo económico sostenible, inclusivo y equitativo que cree mayores oportunidades para todos (ODS 6).
Sueño porque estoy segura que trabajando juntos podemos aprovechar el potencial de esta unión para lograr un mundo mejor: sin hambrunas ni enfermedades, pero sobre todo sin inequidades. Me quedo con la insatisfacción de no haber podido extender el Proyecto Agua Amiga de las Niñas y los Niños a zonas rurales y a otras latitudes, aunque se conoce en México, República Dominicana y Ecuador.
Desde muy pequeña siempre mis primeros juegos de roles se encaminaban a ser la maestra de mis muñecas, es decir, que ya desde esa etapa me identificaba con la necesidad de transmitir conocimientos, favoreciendo el proceso de aprendizaje del niño y el adolescente.
Creo que para mí es, sin dudas, la mejor profesión del mundo, la que me ha regalado una mirada de docente que ya forma parte de mí, la que, aunque el día haya sido malo, me obliga a seguir aprendiendo y creciendo. Lo veo como una oportunidad de volver a vivir la escuela con ojos de adulta rodeada de niños que te permiten escuchar sus emociones con nuevos aprendizajes, creer en sus procesos y capacidades, saber que son diferentes y únicos.
Desde la profesión de educador veo la necesidad de incidir en un rol esencial en el desarrollo integral del niño y el adolescente, deseaba incidir en diferentes etapas especialmente desde la primera infancia en una determinada influencia sobre posibles comportamientos y actitudes desde la motricidad y la educación física, algo que, aunque se ha avanzado, aún quedan algunas incomprensiones por parte de la sociedad en el desarrollo de la asignatura.
Que mejor sueño reconfortante el de compartir con alumnos tuyos en eventos, en la universidad o simplemente camines por la calle y te digan «¨adiós profe»¨ o tal vez, te comenten usted fue mi profesora de Educación Física en la primaria y tu reconozcas que desde tu accionar utilizando la práctica de la educación física y el deporte como agentes socializadores, incidiste en su formación aportando un granito de arena.
Sueño con cada actividad que me propongo para obtener de cada niño una sonrisa, que la disfrute y sea alegre.
Por esa razón y así como otras más, trabajar para nuestros niños y adolescentes constituye un compromiso inigualable para la construcción de la sociedad donde el educador ría con ellos, juegue y vuelva cada día a la infancia, recuperando un poquito de ese niño que todos llevamos dentro.
Primeramente, te comentaré que queda mucho por hacer, aunque reconozco que se ha avanzado, pero no con la celeridad que se necesita en estos tiempos donde las transformaciones tecnológicas van aceleradas. El niño y el adolescente cada día más dependiente de ellas, más sedentario ante el incremento del tiempo que pasan frente a las pantallas lo que lo limita a moverse.
Este es un tema que aun la sociedad y la familia cubana no lo ha interiorizado siendo importante y necesario hacer una campaña comunicacional muy fuerte acerca de este tema lo cual no se ha logrado en su totalidad en los medios.
La familia se ocupa por tradición en preguntar al recoger a su niño si se alimentó correctamente, pero muy pocas veces o ninguna para no ser absoluto, preguntan o se ocupan si el niño realizó los ejercicios, si jugó, entre otros.
Pendiente, constituye una deuda la necesidad que en las comunidades se creen espacios para que los niños jueguen y no lo hagan en la calle, que se establezcan espacios públicos saludables que así lo permitan y, sobre todo, que, en los proyectos de cada comunidad, se construyan instalaciones deportivas donde se identifique un parque infantil moderno acorde a los tiempos actuales no con las exigencias de siglos atrás. Los tiempos cambian.
Los niños no son el futuro, como se acostumbra a decir, ellos son el presente. Trabajar por lograr el desarrollo pleno y armonioso de su personalidad desde su nacimiento, tiene un impacto en la vida familiar, en el contexto comunitario y trasciende a toda la sociedad.
Hay que «soñar» y promover todo cuanto pueda contribuir a que los niños crezcan en un ambiente de felicidad, amor y comprensión, tanto en el seno de la familia y las instituciones educativas donde estudian, como en los contextos comunitarios en los cuales interactúan.
Es necesario comprender que un marco de derecho a igualdad de oportunidades en el acceso al bienestar, y sistemas de protección de la infancia y la adolescencia, mediante políticas universales y gratuitas no son suficientes para eliminar las inequidades y las desventajas socioeconómicas porque dejan desprotegida a segmentos de sujetos a los que van destinadas.
Y, por otra parte, en la determinación de las políticas para la infancia y la adolescencia es imprescindible escucharlos a ellos, tomar en consideración sus opiniones, necesidades, intereses, deseos.
¿Qué le queda por hacer? ¿Qué deudas todavía se palpan para con el público?
En tanto estoy vinculada con las escuelas pedagógicas, nos queda por lograr que en la formación de maestros y profesores se interiorice el mensaje martiano acerca de que: «La enseñanza, ¿quién no lo sabe? Es ante todo una obra de infinito amor».
Imágenes: tomadas del canal de Telegram de Mediateca Oficial del Taller Infancia y Comunicación 2021. Proyecto de cooperación ICRT -UNICEF 2021-2024