Hacer hoy para no lamentar mañana
No por gusto la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado las variantes que enfrentamos como de preocupación. Y, lo más sensato, ante esa preocupación, es nuestra ocupación.
Las nuevas variantes, principalmente la Delta, tienen:
a)- Mayor capacidad de replicación. El SARS-CoV-2 es multimillonario en cuanto a partículas virales que puede generar, usando como fábricas nuestras propias células.
b)- Más facilidad para entrar a las células del organismo humano.
c)- Mayor infectividad y transmisión.
d)- Más interacción con los factores celulares.
e)- Mayor posibilidad de escapar a las respuestas defensivas del organismo y evadir los anticuerpos generados naturalmente o por vacunas.
f)- Se unen mejor a los receptores en las células, presentes en múltiples órganos, fundamentalmente en los pulmones (muy susceptibles y donde el virus puede estar unas mil veces más que otras variantes).
Clínicamente, se expresa por mayor severidad, más complicaciones y mayor probabilidad de muerte.
Desde el punto de vista epidemiológico, existe un incremento de la incidencia.
Urge que todos los comprendamos que el peligroso virus puede llegar directamente a las mucosas desprotegidas a través de aerosoles generados por personas que lo portan cuando están cerca o cuando las manos sin lavar o higienizar lo llevan a boca, nariz u ojos.
Entonces, si todos sabemos eso y el cómo protegernos, por qué incumplir las medidas?, acaso somos invulnerables? (la respuesta está en nuestros entornos).
El SARS-CoV-2 no juega, menos con pelota de goma, para decirlo en buen cubano; lo hace al duro y sin guante.
Vale decir que el virus no duerme las mañanas y ni siquiera una siesta se permite. Siempre está al acecho.
No hacer lo necesario hoy puede llevar a lamentaciones mañana.