Celac mecanismo de diálogo y concertación política regional
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), cuya sexta cumbre se iniciará en México mañana, es un mecanismo intergubernamental de diálogo y concertación política en el cual no participan Estados Unidos ni Canadá.
Su membresía incluye a los 33 países de América Latina y el Caribe, aunque hay alrededor de 15 naciones con carácter de observadoras.
La entidad surgió con el compromiso de avanzar en el proceso gradual de integración de la región, buscando un equilibrio entre la unidad y la diversidad política, económica, social y cultural de los 600 millones de habitantes de América Latina y el Caribe.
Su accionar comenzó en diciembre de 2011 y desde entonces contribuye a profundizar el diálogo respetuoso entre todos los países de la región, en temas como el desarrollo social, la educación, el desarme nuclear, la agricultura familiar, la cultura, las finanzas, la energía y el medio ambiente, entre otros.
La Celac se trazó la meta de que América Latina y el Caribe se asuma a sí misma como una comunidad de naciones capaz de dialogar y de buscar consensos en temas de interés común, y con sus altas y bajas, ha logrado avanzar en ese sentido, pero está lejos de satisfacer sus necesidades al respecto.
Por mandato de los jefes de Estado y de Gobierno, se constituyó en la voz unificada de la región en temas de consenso, y es el único interlocutor que puede promover y proyectar una voz concertada de América Latina y el Caribe en la discusión de asuntos globales dirigidos a buscar una mejor inserción en el ámbito internacional.
En cuanto mecanismo representativo, asume entre sus atribuciones la interlocución de la comunidad con otros países y grupos regionales, como hace con la Unión Europea, o potencias individuales incluidas China, India, Rusia, Estados Unidos y Canadá, entre otros.
La Celac busca complementar la arquitectura regional ya existente sobre la base de la no duplicación de esfuerzos, con el fin de potenciar elementos comunes y fomentar la complementariedad, y por eso es considerado un mecanismo de diálogo y concertación política y articulador, el cual trabaja sobre la base del consenso.
Además, es vista como un foro que avanza sobre la convergencia de acciones e intereses comunes, y plataforma facilitadora de una mayor presencia de nuestra región en el mundo, apreciada como un espacio para hacer frente a desafíos comunes.