Tres meses sin ir a casa (+Audio)
La doctora Sheila Almeida Riverón continúa en zona roja en Santa Clara. De sus vivencias nos cuenta desde el lado positivo de la vida
A la doctora Sheila Almeida Riverón le gusta viajar. Tiene 24 años y desde hace 3 meses la zona roja es su único destino.
«Yo decidí entrar a la zona roja en enero porque sentí que era en el lugar donde más podría ayudar y donde realmente se necesitaba en ese momento. Del policlínico me llamaron y me dijeron que hiciera la rotación, ya luego me quedé fija; 21 días trabajando y 7 en la casa».
Cada 48 horas, 24 para salvar vidas. Volver a la zona roja, entrar, vigilar.
«Un día en zona roja» nos levantamos a las seis de la mañana, vamos para el hospital, nos entregan la guardia y ahí entramos y pasamos visita paciente por paciente haciendo el examen físico, el cuestionario, interrogando, viendo cómo se sienten los pacientes, si hay que cambiar algún tratamiento. Casi siempre es toda la mañana.
Terminamos a eso de las doce, almorzamos y empezamos a escribir la historia de cada paciente. Después, se hace otro pase de visita, viendo si hay algo que ha empeorado, si ha mejorado, se evalúa nuevamente al enfermo y luego por la noche se hace otro pase de visita. El resto del tiempo es esperando algún ingreso o vigilando si pasa alguna urgencia en conjunto con la enfermera y se entra las veces que sea necesario».
La doctora Sheila Almeida Riverón me cuenta vía Telegram de sus 19 pacientes en el Hospital Militar Manuel «Piti» Fajardo de Santa Clara. Ha tomado un descanso, pero la faena continúa.
«Es difícil trabajar en zona roja. En realidad, estás viendo muchas muertes hay veces que te sientes frío, que ves muchas cosas como si fueran normales que en otros tiempos te alterarían, pero qué en este momento tienes que ponerte frío y reaccionar y poder actual porque si te dejas guiar por los sentimientos te destruyen y no vas a poder ayudar».
Sheila Almeida Riverón es una de las tantas valientes que han puesto el pecho ante la covid-19. Oírla hablar me enorgullece porque sigue siendo grande aquel que decide estar donde más duele.
«Mi familia me apoya. Al principio cuando yo le dije que iba a empezar a trabajar en el hospital militar en la zona roja se asustaron mucho pero ya después cuando yo les expliqué que era donde mejor podría ayudar, donde yo quería estar, me apoyaron con todo. Actualmente llevo 3 meses sin ir a casa para no correr el riesgo de enfermarlos».
Tristezas y alegrías en una zona roja. Una joven que sigue. Una joven que sueña con el fin de esta pandemia.
«He tenido muchos pacientes que son historias tristes porque uno piensa que se están recuperando y cuando ves la mejoría piensas que van a salir de eso y en realidad de un momento a otro se te complican y fallecen, es duro.
¿La mejor alegría? Cada paciente que se recupera totalmente y se puede ir para la casa y que te escriben después: mira me siento bien no me ha pasado nada, todo va bien y eso es una gran alegría.
Después de todo soy muy alegre, siempre trato de dar ánimos, que las personas se sientan lo más tranquilas posible, aunque estén en zona roja y siempre mirando el lado positivo hasta donde se pueda».
Yo me quedo con las últimas palabras de la doctora Sheila Almeida Riverón. El lado positivo porque después de cada tormenta si es preciso, debemos pintar un sol. A las crisis se les pone el pecho con latidos de transformar más allá de esquivar o vencerla. Gracias doctora por ser escudo. Gracias doctora por la alegría de quienes se recuperan.
«Algo que quiero compartir es que se cuiden mucho. Hay muchas personas que se sienten mal por no poder salir de la casa y hay otros que no podemos ir a la casa, que valoren que tienen a la familia sana».
Doctora Sheila Almeida Riverón
Escuche el testimonio radial de la doctora Sheila Almeida Riverón, desde la zona roja en Santa Clara.
Imágenes: cortesía de la entrevistada.