Soberana Plus: El camino para registrarse como vacuna contra la COVID-19
Certificar el uso de un determinado medicamento requiere demostrar su utilidad en diversas fases de investigaciones y transitar por un riguroso proceso de aprobación.
En el caso de las vacunas, deben cumplir con los estudios farmacológicos y preclínicos, además de las tres etapas de ensayos clínicos, y solo al determinarse su eficacia ante una determinada enfermedad obtienen el registro sanitario, proceso que puede durar más de 10 años.
No obstante, ante la pandemia de la COVID-19 los tiempos de la ciencia se han acortado y a partir de los primeros cortes interinos de eficacia es posible alcanzar el autorizo de uso de emergencia para los candidatos vacunales en estudio.
Pero, ¿qué ocurrirá con Soberana Plus? ¿Tendrá una fase III? ¿Podrá registrarse cómo vacuna?
Rolando Felipe Ochoa Azze, responsable de los ensayos clínicos del candidato del Instituto Finlay de Vacunas (IFV), explicó en exclusiva a la Agencia Cubana de Noticias que se le solicitará al Control para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED) la aprobación de Soberana Plus como refuerzo a la inmunidad, tanto para aquellas personas vacunadas de forma natural con el virus como para quienes recibieron otros candidatos vacunales o vacunas.
Resulta prácticamente imposible realizar una fase III de eficacia clínica para convalecientes de manera convencional, porque la cantidad de personas que se incluye depende de la incidencia de la enfermedad, y en Cuba sigue siendo baja, más aún en convalecientes, que tienen menor riesgo de reinfección por el virus SARS-CoV-2, señaló.
Hay que tener en cuenta que involucraría prácticamente a toda la población convaleciente, un grupo debería recibir placebo y esperar los casos que ocurran en el grupo vacunado respecto al control, proceso que pudiera demorar alrededor de dos o tres años para tener los resultados de eficacia, dijo el especialista en Inmunología, con 23 años de experiencia en ensayos clínicos.
Detalló que de igual forma incide el tema ético, al ser necesaria la aplicación de placebo a una persona que presenta algún tipo de secuela por el virus «aunque sean mínimas», y el riesgo que implica para su vida contagiarse una vez más con el SARS-CoV-2.