Agentes de alegría comunitaria
Este 21 de mayo es un día especial de celebraciones. Por un lado, la literatura en Caibarién festeja el Día de la poesía local y no deja pasar por alto una efeméride que tributa a una tradición cangrejera y a múltiples artistas de la pluma y las ideas que han dejado su impronta en el territorio.
Pero hay otro motivo que hace de esa jornada un espacio sin precedentes: en cualquier comunidad, ciudad o barrio de nuestro país existe una especie de agentes de alegría que solo intentan hacer placentera la vida de las personas. Crecerse en ese entorno y recoger no más que el reconocimiento de aquellos que disfrutan de su quehacer. Pueden ser entes de cualquier edad y practicar disímiles profesiones con menos o más responsabilidad.
Hablo del Movimiento de Artistas Aficionados que este mismo día es laureado a lo largo y ancho de toda la isla; un merecido homenaje a la dedicación, a las ansias de brindar un arte que sorprenda, a brillar desde las iniciativas artísticas más insospechadas y sobretodo, sin nada a cambio: solo la satisfacción de un cálido aplauso que retribuya la obra que muestran.
La danza, la música, el teatro, las artes plásticas; todas las manifestaciones del arte forman parte de ese proceso de formación de una estética y apreciación de una comunidad, de hechos artísticos que llegan a ser identitarios por forma y contenido. Por ello, es importante desarrollarlo, atenderlo, reconocer sus logros y no solo por parte del sector de la Cultura. Corresponde a todos los órganos, organismos, organizaciones, instituciones y a la sociedad en general pues son tocados por su magia. Son esos que logran entretener, enseñar con sus mensajes, estimular el pensamiento y el conocimiento: los aficionados son ese grupo impulsor de esparcimiento, colorido, alegría y amor; sobrados motivos para una felicitación.
Imagen: tomada de Radio Mayabeque.