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La pasión de Eugenio (+Audio)

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La vida de Eugenio Pérez Guevara, un hombre de casi 93 años de edad, se encuentra íntimamente vinculada a la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), organización a la que dedicó gran parte de su vida.

Con gran orgullo rememora recuerda haber sido uno de sus fundadores. «€œPasamos mucho trabajo, porque aquellos eran momentos de tareas muy duras como la alfabetización, los planes de la zafra del 70, la siembra de caña. Eran bien difíciles, pero las lográbamos rebasar»€, asegura.

Evoca con lucidez, que tuvo la satisfacción de ser designado para ingresar en la Escuela Nacional de la ANAP Niceto Pérez, donde conoció al combatiente revolucionario y dirigente campesino Antero Regalado Falcón. Participó, además, en dos Congresos Campesinos y en diversas plenarias, que aportaron disimiles experiencias que aplicó en su intenso bregar como presidente de la organización en los territorios de Remedios, Caibarién, Zulueta, y en su natal Buenavista, entre otros.

Eugenio conserva en nitidez en su memoria, acontecimientos que le dejaron una huella como dirigente campesino. Explica que concluyó la zafra del 70 en Cienfuegos, y que resultó bien difícil, pues demandó de mucho trabajo y sacrificio. «€œ(…) Estaba muy contento cada vez que me daban una tarea de esas duras, yo era un poco atrevido y me gustaba eso.»€

«€œEl día que me designaron para pasar la Escuela Nacional yo estaba arando (…), tenía mis bueyes enyugados cuando llega el organizador de la Asociación (asociaciones campesinas por aquel entonces) y me dice que había sido designado (…). Ahí mismo dejé los bueyes enyugados y avisé al hermano de mi mujer, le dije que se hiciera cargo y me fui.»€

Entre las tareas asumidas por Eugenio se encuentran también otras dos bien complejas: la alfabetización y la campaña de vacunación antipoliomielítica. Sobre esta última, recuerda que por aquel entonces era dirigente de la ANAP en la zona, y le tocó visitar a los campesinos casa por casa, muchos de los cuales tenían miedo como consecuencia de la ignorancia que matizaba a los hombres y mujeres de nuestros campos.

Por estos días Eugenio recibió el sello conmemorativo 60 aniversario de la constitución de la ANAP, justo reconocimiento a su fructífera trayectoria en la organización. «€œ(…) me siento muy orgulloso con esto, para mí es una cosa muy grande, en estos momentos yo me siento como si tuviéramos a Fidel aquí»€, confiesa.

Este hombre sencillo prende cada mañana la radio para estar informado sobre los resultados de los campesinos en las tareas que demandan estos tiempos. Bien conoce del sudor derramado sobre el surco, por quienes, de sol a sol, hacen producir la tierra.

Imagen tomada del perfil en Facebook José Alberto Roche

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