A tu lado somos invencibles
El Día Internacional de la Enfermería se celebra cada 12 de mayo. Es un homenaje a quienes previenen y curan, pero también, inyectan amor.
Su voz se escucha entrecortada. Pretende ahogar lágrimas de emoción mientras habla con el mayor de sus hijos. Más de un año separados, sin embargo, esta enfermera de mi pueblo repite una y otra vez que está donde es más útil y ahí seguirá.
Anécdotas como ésta recuerdo muchas en tiempos de pandemia donde enfermeros y enfermeras han sabido crecerse y demostrar que no es tanto una profesión relegada, sino muy digna.
Hablo de esos que recorren el barrio a diario desde el consultorio, de quienes viven difíciles jornadas en las instituciones de Salud, en centros de aislamiento o zona roja en hospitales y también, de una lista ya muy larga de profesionales nuestros que por más de un año han salvado vidas en ocho lejanos países.
Dignos son las enfermeras y enfermeros, que tal como una doctrina a seguir, previenen, curan, brindan salud, pero también cariño y compañía; de eso se trata la profesión.
Si hablara del desarrollo de la salud pública, imposible sería no hacerles mención a quienes, en su labor diaria, además de asistir al enfermo y hacer galas de sacrifico, dedicación, entrega, de profesionalidad y altruismo, enseñan a los nuevos, investigan y asumen cargos de dirección.
Puede parecer simple retórica, pero no. Muchos más calificativos faltan, si de describir la obra de un enfermero se trata. El Día Internacional de la Enfermería se conmemora el 12 de mayo en todo el mundo. Razones sobran para celebrarlo aquí.
No hay sistema de salud sólido sin el trabajo de estos profesionales y técnicos. Ni habrá jamás un buen médico si no lo acompaña una buena enfermera o enfermero.
Imagen tomada de Cubadebate.