Mi Virgencita de la Caridad
El pescador de Caibarién Julio López es devoto de la Virgen de la Caridad del Cobre, la Patrona de Cuba. Este anciano cuenta que por allá por los años 50 estaba él junto a su esposa Josefa y sus hijos arranchado en Cayo Francés pescando y haciendo hornos de carbón, para luego venderlo en la villa y cambiarlo por víveres.
Una mañana, Julio se levantó y se preparó para ir al pueblo a llevar el carbón, cargo todos los sacos y salió rumbo a Caibarién, de pronto estando en el medio de la travesía se armó tremenda tempestad, el mar estaba revuelto, y las olas a punto de virar la chalupa.
Julio asustado pensó en tirar toda la carga de carbón al agua, en ese instante se le apareció la Virgencita de la Caridad en la popa y le dijo: – «»No te preocupes hijo».
Asegura el pescador que para sorpresa suya la tempestad continuaba mientras al lado de su chalupa la mar estaba quieta como un plato llano y así estuvo hasta que llegó a tierra firme.
Es por eso, entre otras cosas que Julio López se dice devoto de la Patrona de Cuba, y repite una y otra vez la historia de su Virgencita de la Caridad, que desde antaño va de boca a oido para convertirse en una leyenda de Caibarién.
Fuente:
-Versionado de la Tesis de grado de Alicia Noa López, licenciada en Estudios Socioculturales.
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