TuEnvío: La paradoja del año después
La lógica más elemental nos conduciría a pensar que, un año después, los problemas persistentes de la plataforma TuEnvío quedarían atrás como un lamentable recuerdo.
La expansión tan necesaria del comercio electrónico en la Isla, en momentos en que la COVID-19 no deja de acaparar titulares, tiene su punto flaco en las ventas virtuales de las cadenas de tiendas CIMEX y Caribe, las que, a pesar de avanzar en determinados aspectos, siguen siendo un dolor de cabeza para más de un cliente.
Como una alterativa loable para mantener el distanciamiento físico necesario, alejado de los recurrentes amontonamientos de las colas, la batalla por adquirir los escasos productos de aseo y alimentos se han desplazado a los espacios online.
Si bien se reajustaron los horarios, mientras los tiempos de entrega vieron una reducción y las ofertas tuvieron mayor estabilidad, si de tiendas virtuales se habla, es imposible cerrar la conversación sin un sentido colectivo de frustración y desencanto. ¿Se han logrado dar el salto de calidad tan ansiado por la población y tan demandado por la dirección de gobierno?
El comercio electrónico no es una actividad meramente tecnológica, es un proceso económico-comercial que debe organizarse desde que una empresa comienza a vender sus productos o servicios.
A juicio de muchos, más allá de los problemas técnicos evidentes que aun lastran la plataforma, el nudo gordiano está en la diferencia entre la demanda creciente y la oferta en las tiendas.
Si solo tomamos de ejemplo, las más de 96 mil personas que actualmente se encuentran en el grupo de alerta en telegram (que no es la cifra de clientes registrados en la plataforma), el desequilibrio salta a la vista cuando las ventas ronda entre las 14 000 y 15 000, según las estadísticas publicadas por el propio canal oficial de TuEnvio en la populosa red social.
Este número representa un retroceso, si lo compramos con las cifras ofrecidas por directivos de Cimex al periódico Granma en octubre pasado, cuando las ventas eran de unos 20 000 módulos diarios.
En La Habana, capital no solo de Cuba, sino del volumen de ventas online en la plataforma, se ofertan apenas unos 7 mil combos al día, una cifra, que ni por asombro logar satisfacer la fuerte demanda en una ciudad donde pululan las grandes colas y aglomeraciones en las tiendas y donde además se presentan las cifras de contagios más grandes del Sars-Cov-2.
Los 772 612 usuarios registrados en TuEnvio a lo largo y ancho del país, no deben verse como un problema, sino como una oportunidad para el comercio minorista cubano para expandir sus servicios. ¿Dónde están las producciones nacionales y ofertas locales? ¿Cuándo se romperá el círculo vicioso de ofertar productos en su mayoría importados que limitan la venta a 5 o 6 ofertas prestablecidas?
Otro caso sugestivo es el de Holguín, tercera provincia con mayor población del país, y que según estadísticas oficiales permanece a la zaga de las ventas en el país.
Sin muchos miramientos, la demanda supera con creces la oferta. Un problema que ha reconocido la dirección de la Corporación Cimex, y que depende de la propia situación económica del país, los bajos niveles de producción de la industria nacional y el arribo de importaciones.
Nada de esto escapa al impacto del bloqueo, la crisis económica mundial y las sanciones impuestas por la administración Trump, pero a la vez se impone un reajuste en la cantidad de ventas por provincias teniendo en cuenta el empuje y potencialidades de este tipo de comercio.
Otra pregunta necesaria, ante la escasez de ofertas, es el porqué de la imposición de combos, lo que obliga muchas veces a adquirir productos que realmente no le son útiles o imprescindibles al cliente.
Hay quienes tienen en sus casas almacenes de aceite o detergente por la tan alta concurrencia de estos productos en los combos, realidad que contrasta con las interminables colas a los que se enfrentan muchos para adquirirlos en la red tradicional de comercio.
Un mercado paralelo ha resurgido, que no solo implica la reventa a precios superiores, que afectan el bolsillo de miles de cubanos y echa por tierra los esfuerzos gubernamentales para aumentar la calidad de vida de la población a partir del aumento de los salarios; sino también como en los tiempos feudales, el intercambio y trapicheo de mercancías por grupos online ha ganado adeptos.
Como dijera una vez en este propio espacio de opinión el colega Ariel Terrero, «como nunca, cada maniobra e iniciativa en la gestión de ventas debe estar en función de la población ante todo, más que de los balances contables de la empresa» y si no queremos que la frase quede en letra muerta, debemos romper los viejos esquemas comerciales que a la postre, no benefician a la gente.
El otro gran dilema todavía presente, es la gran inestabilidad de las páginas de acceso a la plataforma y en la manera en que se gestiona la venta de los productos. Una verdadera cacería se vive cada día para comprar, si tienes la suerte de «pescar» algún combo.
Las reiteradas caídas, saturaciones y carros vacíos sin completar el ciclo de compra, se unen a los problemas en los bancos y transfermóvil que en más de una ocasión han impedido satisfacer de manera simple y sin grandes contratiempos la adquisición de productos.
Según declaraciones de directivos de Cimex a otros medios de prensa, para subsanar estos problemas se han adquirido nuevos equipamientos que gestionan tráficos en la red, se ha realizado un aumento del ancho de banda, previendo su uso solamente para la navegación nacional y evitar que existan peticiones desde el exterior y se han optimizado de las imágenes de los productos, con el objeto que la web fuera más liviana para los navegadores.
Igualmente se han aumentado las prestaciones de la infraestructura asociada al servicio, «a un nivel considerable», sin embargo, la experiencia del usuario se aleja de esta realidad cuando una y otra vez se enfrenta a las zancadillas de los múltiples «errores numéricos» que imposibilitan la compran o ponen cuesta arriba los propósitos para hacerlo.
La fugacidad de «los combos fantasmas», no solo pasa por los desequilibrios comentados, sino también por la estructura de las ventas en la actualidad.
Extender los horarios de compra y repartir cada cierto tiempo los módulos puede ser una solución «viable» para evitar la alta concurrencia de usuarios en la plataforma y evitar los colapsos de la web y las pasarelas de pago, pero es una molestia para cliente que tiene que invertir más datos, tiempo y dinero para poder «coger algo».
Tampoco falta en esta enrevesada historia la utilización de herramientas informáticas (los conocidos bots) para automatizar las solicitudes de compra al sitio, e incluso algunas permitían reservar la mercancía al usuario subiéndola al carrito.
Este hecho no solo limita la comprar de muchísimas personas, que ven como antes sus ojos y en cuestiones de segundos se desaparecen los productos, sino que, además, inutiliza el portal web creado para la venta de la mercancía, pues muchas veces, por la persistencia de varias apk, no se visibilizan los productos en la página online. ¿Se tiene un registro real de los acaparadores digitales? ¿Qué pasa con ellos?
Según conocedores del tema, la imposibilidad de descifrar entre un usuario normal y otro que se vale de herramientas informáticas para adquirir ventaja en la compra, hecha por tierra cualquier posibilidad de una distribución más equitativa entre los usuarios. Solo un rediseño total del sitio con la salida de una API que desglose las ventas mediante la web y apk podrían ser una solución al tema.
En espera de que el llamado sistema de georreferencia muestre resultados palpables, y permita calcular con exactitud la distancia entre la tienda y la vivienda y, a partir de ahí, hacer el cálculo de las tarifas para el servicio a domicilio, ha sido muy bien acogida la incorporación del sector privado en la transportación de las ventas. Su llegada ha permitido reducir a pocos días la entrega de los módulos y evita las dilaciones.
Otra práctica positiva es la muestra en exhibición de las ofertas del día, una experiencia ya habitual en la mayoría de las tiendas online de todo el país, menos La Habana.
Igualmente ha sido muy ventajoso la apertura de la Tienda TuEnvioHabana, que nació desde la concepción de un gran almacén con condiciones de infraestructura más idóneas para el comercio electrónico.
Como ha reiterado el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez en más de una ocasión, «el comercio electrónico llegó para quedarse» y si hubiéramos avanzado más en este sentido, habría sido posible enfrentar mejor el escenario que nos ha impuesto la COVID-19.
Es necesario entonces que los propósitos tengan un reflejo concreto en la calidad del servicio, y que se reviertan de una buena vez problemas ancestrales en cuanto a comercio minorista.
Cubadebate contactó para la realización de este trabajo con la corporación Cimex, sin embargo, a pesar de los diferentes intentos para realizar la entrevista, no se pudo concretar por falta de respuesta de la institución. Una oportunidad perdida para brindar más detalles a nuestros lectores.