La guerra de símbolos (+Audio)
La guerra de símbolos siempre ha existido, constituye en sí, la guerra ideológica llevada a eso que denominamos símbolos, que puede ser, a mi juicio, cualquier cosa tangible o intangible aceptada como símbolo por la manera en que nos identificamos con ellos de manera especial.
Es verdad que el concepto de símbolo suele ser muy amplio y encerrar diversas aristas, en ocasiones muy polémicas, pero su esencia no me resulta muy complicada.
¿De qué le hablo? Bueno, de esas notas musicales que nos emocionan tanto, de ese cubano universal que admiramos con devoción infinita, del mulato que imaginamos de bronce, de la imagen universal del argentino-cubano tan difundida como la Gioconda. Le hablo de la bandera con la estrella solitaria. Le hablo en definitiva de Martí, Maceo, del Che, de nuestro Himno Nacional, por solo citar algunos.
Claro que no existen recetas para admitir algo o alguien como uno de nuestros símbolos, siempre que haya algo que nos haga vibrar intensamente, que nos identifique, que nos enaltezca y dignifique, que nos toque en lo más profundo de nuestras fibras, se impondrá como uno de nuestros símbolos.
¿Cuándo comienza la guerra de símbolos, entonces? yo diría que cuando es utilizado uno o varios de ellos para confundir, agredir y manipular, sin el menor escrúpulo.
Es verdad que la guerra de símbolos es vieja, no es exclusiva de Internet y en particular de las redes sociales, pero innegablemente la era digital la ha exacerbado a niveles nunca vistos.
Las armas en esta guerra de símbolos que se libra no suelen ser convencionales, no se trata de fuego y metralla, son sutiles, solapadas, enmascaradas.
¿Cómo enfrentar tamaña agresión?
Nuestro orgullo de ser cubano, el sincero amor a nuestros símbolos, la cultura como espada y escudo de la nación, serán siempre nuestras mejores armas.
Un tema que de seguro no faltará en el venidero congreso de nuestro Partido.
Imagen: tomada de Cubadebate