Política de Cuadros, crucial para el destino de la nación
El 2 de diciembre pasado se dio a conocer la convocatoria al 8vo. Congreso del Partido Comunista de Cuba, el que tendrá lugar del 16 al 19 de abril próximo, y desde ya se ha definido como el Congreso de la continuidad histórica de la Revolución cubana.
En esta oportunidad, y como de costumbre, la cita partidista centrará su atención en temas medulares para el presente y futuro de la nación, que van desde la Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista, la actualización de la implementación de los Lineamientos, hasta los resultados económico-sociales obtenidos desde el Congreso anterior. A la par, analizará el funcionamiento del Partido, su vinculación con las masas y la actividad ideológica.
El avance en esas directrices, como en cada uno de los frentes del país, depende ineludiblemente del papel de los jefes; de ahí que la Política de Cuadros en el Partido, la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), las organizaciones de masas y las administraciones, siga siendo objeto de un profundo análisis entre los comunistas cubanos.
Con el propósito de guiar ese intercambio fecundo que precede al 8vo. Congreso y deberá trascenderlo, fue elaborado el documento «Valoración acerca de la Política de Cuadros del Partido, la UJC, las organizaciones de masas, el Estado y el Gobierno. Papel del Partido para alcanzar resultados superiores».
Durante varios meses, una Comisión de trabajo, dirigida por el miembro del Buró Político y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, e integrada por representantes del Partido, la UJC, las organizaciones de masas, las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior, así como el Estado y el Gobierno, se encargó de la elaboración y análisis de ese documento, siendo enriquecido por un amplio proceso de consultas en todas las provincias del país.
Sus páginas abordan en detalle cómo se han implementado las acciones aprobadas desde el Congreso anterior respecto a la Política de Cuadros en la sociedad cubana, teniendo en cuenta el carácter estratégico de ese asunto en las actuales y futuras circunstancias de la nación.
FORTALECER LA UNIDAD DEL PUEBLO EN TORNO A SU PARTIDO
Las complejas condiciones en que se desenvuelve la Revolución cubana, debido a su irrenunciable vocación independentista y a su programa de desarrollo socialista, permiten avizorar escenarios más desafiantes en los próximos años.
Los impactos de la política de acoso y real guerra económica contra nuestro país demandan un fortalecimiento constante de la unidad del pueblo en torno a su Partido, como tarea fundamental de los militantes de esa organización política.
En este contexto, los principios rectores de la Política de Cuadros, contenidos en la Tesis y Resolución del Primer Congreso, mantienen total vigencia. En ellos se define que la formación, selección, ubicación, promoción y superación de los mismos debe asegurar que estos se caractericen por su solidez política, conocimientos profesionales, capacidad de dirección y sean promovidos, de manera escalonada, de cargos de menor a mayor responsabilidad.
Esa es una tarea en la cual no se ha descansado, e incluso se han incrementado las acciones, como parte de la implementación de los Objetivos aprobados por la Primera Conferencia Nacional del Partido, unido a las valoraciones realizadas al respecto por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central.
En ese retador camino se adoptaron decisiones en pos de corregir errores y debilidades, sobre todo en la selección y formación de los cuadros, canteras y reservas. De ese modo, inició el traspaso paulatino y ordenado a las nuevas generaciones de las principales responsabilidades del país y se avanza en el rejuvenecimiento en las estructuras partidistas, la UJC, las organizaciones de masas, el Estado y el Gobierno.
Lo hecho ha sido posible por la labor del Partido y la existencia de un potencial de cuadros y trabajadores con muchas cualidades, entre ellos jóvenes, quienes cuentan con perspectivas de desarrollo y compromiso para cumplir diferentes tareas. Y otro elemento de total trascendencia ha sido contar, en todos estos años, con la presencia activa, la lealtad y consagración de la generación histórica de la Revolución.
SEGUIR PERFECCIONANDO EL PORVENIR
A pesar del trabajo desplegado, todavía persisten dificultades en la selección y desarrollo de los cuadros con mayores perspectivas para integrar las reservas y canteras de los cargos fundamentales, por lo que, a partir del intenso debate desarrollado en estos meses previos al Congreso, fueron definidas acciones a ejecutar durante los próximos años.
En ese sentido, será necesario materializar adecuadamente la rotación por diferentes responsabilidades partidistas y gubernamentales, unido a la búsqueda de una adecuada composición en la que prime la modestia, sencillez, humildad, compromiso, fidelidad a la Revolución y resultados en el desempeño, sin vestigios de elitismo, ambiciones, autosuficiencia, ni vanaglorias.
Otra directriz que muestra avances es la relacionada con el incremento sostenido de la promoción de mujeres, negros, mulatos y jóvenes, a partir de los méritos, resultados y cualidades personales. Sin embargo, lo alcanzado en los cargos fundamentales aún resulta insuficiente y no se obtiene dicho propósito en varias entidades del Estado y el Gobierno.
De igual modo, ha sido superior, en esta etapa, el aporte de cuadros procedentes de la UJC a la labor profesional en el Partido. Tanto así que varios de ellos, con una adecuada atención, conducción y formación, transitan hacia responsabilidades superiores. Asimismo, el proceso de integración de las escuelas de la UJC y las organizaciones de masas al Sistema de Escuelas del Partido también reforzó la calidad en la preparación de estas figuras políticas, así como de dirigentes juveniles y estudiantiles.
EN EL CAMINO AL 8vo. CONGRESO
Tras un balance de lo hecho, el análisis desarrollado en estos meses de camino al 8vo. Congreso plantea la necesidad de una estrategia que permita una mejor conducción de la Política de Cuadros, a tono con las circunstancias que vive la nación. Se trata de dotar a la dirección del Partido de un diseño de trabajo sistémico para alcanzar resultados superiores en el período 2021-2026.
Con ese propósito se han definido objetivos estratégicos, entre los cuales se ratifica el papel rector del Partido, desde la base, en la conducción de la Política de Cuadros, así como la responsabilidad de los jefes en su aplicación.
También se plantea articular un sistema único para la preparación y superación de cuadros y reservas, a partir de una política dirigida a reforzar su imagen social. Igualmente, el trabajo político-ideológico constituirá una prioridad, pues si algo debe distinguir a estas personas es su fidelidad a la Revolución, cual garantía de continuidad.
Tampoco puede obviarse la vinculación laboral, como parte de la formación de los futuros cuadros políticos y, al mismo tiempo, la renovación paulatina exige actualizar los parámetros de tiempos y edades aprobados para el desempeño de estos en sus cargos, con el fin de evitar estancamientos.
Este proceso de actualización también requiere diseñar el tránsito promocional por las estructuras políticas, administrativas o de Gobierno, teniendo en cuenta el perfil profesional y las características individuales, en correspondencia con las necesidades e intereses definidos para la ubicación.
A la par de todas estas aristas analizadas, resultan desafíos de los nuevos tiempos el empleo efectivo de las tecnologías de la información, la comunicación social, así como el uso de la innovación y los métodos científicos en el ejercicio de dirección y defensa de la Revolución. Ello exige trabajar, intencionadamente, en la preparación de los cuadros en estos ámbitos.
No cabe duda de que más allá de acciones de actualización y perfeccionamiento, hay esencias que prevalecen: quienes dirigen deben acrecentar su vínculo con las masas; tener capacidad de movilizar, argumentar, dialogar y ser resolutivos; elevar la sensibilidad política y humana, la responsabilidad, exigencia y control y, sobre todo, hacer uso de la dirección colectiva para solucionar los problemas.
Además, seguirá siendo siempre prioridad en el trabajo del Partido el enfrentamiento a la corrupción y a otras conductas nocivas, pues constituyen un problema de seguridad nacional y se requiere actuar con mayor exigencia, ante cualquier manifestación de deterioro y debilidad en el comportamiento ético de los cuadros.
Se trata de emplear al máximo las conquistas y fortalezas de 62 años de obra revolucionaria, en función de un ser humano de valores cada vez más cercanos al ideal de sociedad justa y solidaria que distingue a Cuba ante el mundo.
El Che, en los inicios de la construcción socialista en Cuba, definió al cuadro como «columna vertebral de la Revolución»», como «un creador, un dirigente de alta estatura, un técnico de buen nivel político que puede, razonando dialécticamente, llevar adelante su sector de producción o desarrollar a la masa desde su puesto político de dirección»».
Aunque parezcan virtudes difíciles de alcanzar, ciudadanos de esa estirpe los encontramos a diario en el pueblo. Vale entonces identificarlos, desarrollar al máximo todas sus potencialidades, educarlos y sacar de cada personalidad lo mejor de sí.
Las reflexiones del Che, de Fidel, Raúl y sus hermanos de luchas y victorias, muestran el camino a seguir: un trayecto crítico y autocrítico, pero, sobre todo, creador, propio de las revoluciones verdaderas.