Primer Congreso del Partido: Y sigue la Revolución (+Video)
Intervención de Fidel Castro en el Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, celebrado en diciembre de 1975.
«A ti que te sientes como gota de agua en este mar de pueblo; a ti que has tenido la grandeza de guiarnos y convertirnos en protagonistas de la hazaña de fundar a las puertas del imperialismo el primer Estado obrero-campesino de América; a ti que con tu quehacer y pensamiento nos impregnas, día tras día, de espíritu internacionalista y patriótico, de espíritu revolucionario y comunista; a ti que nos has enseñado el camino de la victoria y de la fe en los pueblos y en los hombres; a ti que, usando una frase de Martí, has hecho movernos cielo arriba, por donde va de eco en eco, volando el redoble; a ti, Fidel, permíteme en esta ocasión histórica, decirte que los vientos podrán desnudar los árboles, pero la Revolución que tú iniciaste y el Partido de Fidel Castro, no habrá fuerza capaz de despojarlos de su ropaje de pureza y virtud.
De esa pureza y virtud con que tú has vestido a la Revolución y al Partido.
De ahí la alegría en el Congreso.
De ahí la inmensa alegría de más de un millón de cubanos que se dieron cita en la Plaza para aprobar al Comité Central y los acuerdos del Primer Congreso».
Juan Marrero
Periódico Granma, 23 de diciembre de 1975
17 de diciembre de 1975. Teatro Karl Marx. En minutos comenzaría el Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, a 16 años del triunfo sobre la dictadura de Fulgencio Batista, y a diez de constituido su primer Comité Central.
La trascendencia de los debates, resoluciones y discursos pronunciados en este Congreso, que culminaría el día 22 con una clausura en la Plaza trazaron el rumbo a seguir por la Revolución.
Se escuchaban las bromas a algunos delegados que se ponían por primera vez traje y corbata o elegantes vestidos y dejaban momentáneamente sus habituales ropas de obreros, campesinos, soldados, policías, maestros, médicos, intelectuales, periodistas, científicos o estudiantes. El lema de la convocatoria era: «»¡Al Primer Congreso! «¡Por nuevas victorias de la Patria y el Socialismo!».
No queda duda que uno de los momentos más emotivos fue cuando Fidel dio la noticia de la muerte en combate, como internacionalista en Angola, del comandante Raúl Díaz Argüelles. Unos días antes, el 11 de diciembre, en defensa del hermano país africano invadido por tropas sudafricanas y en apoyo al Movimiento para la Liberación de Angola (MPLA) y a su pueblo, cayó Díaz Argüelles.
En el Primer Congreso se aprobaron las tesis, los Estatutos y la Plataforma Programática del Partido Comunista de Cuba, así como resoluciones sobre la política de formación, selección, ubicación, promoción y superación de cuadros, las Directivas para el desarrollo económico y social en el quinquenio 1976-1980, y sobre la Constitución y la Ley de tránsito constitucional.
El informe central leído por Fidel contó con el análisis histórico de la Revolución como continuidad de las primeras luchas por la independencia, y siguió con la reseña del desarrollo económico logrado en distintas ramas. Se analizaron también los errores cometidos en esos años, la proyección del Sistema de Dirección de la Economía, el rumbo previsto para el futuro en los planes quinquenales, y se discutió sobre el desarrollo social, educación, cultura, deporte, salud, investigaciones científicas, atención a la infancia, seguridad social, política laboral y el sistema judicial.
En su discurso de clausura, Fidel subrayó que, «como principio revolucionario, compañeros, siempre será mil veces preferible la autocrítica a la autocomplacencia. «¡Y siempre será preferible la autohumillación al autoelogio! Y creemos realmente que los dirigentes revolucionarios tenemos que estarnos constantemente analizando y autocriticándonos, si no en público, en privado. Siempre debemos estar ajustando cuentas con nuestras conciencias. Y nunca, jamás, podemos estar conformes con nosotros mismos, porque el hombre que esté conforme consigo mismo no es revolucionario».
En sus debates y discusiones se habló de la ayuda brindada al Movimiento para la Liberación de Angola (MPLA) en su lucha contra las tropas de Ãfrica del Sur, y se abordó la política cubana de solidaridad con los gobiernos progresistas y los movimientos revolucionarios de Ãfrica y con el pueblo hermano de Puerto Rico. Fidel subrayó el papel de la política exterior de Cuba, basada en la firmeza de principios y la subordinación de las posiciones cubanas a las necesidades internacionales de la lucha por el socialismo y la liberación nacional de los pueblos, al tiempo que llamó a la unidad de las fuerzas progresistas.
«»¡Estamos cumpliendo un elemental deber internacionalista cuando ayudamos al pueblo de Angola!», dijo Fidel ante todos los delegados. «No buscamos petróleo, ni buscamos cobre, ni buscamos hierro, ni buscamos nada en absoluto. Simplemente aplicamos una política de principios», agregó.
El Primer Congreso del PCC marcó el inicio del proceso de institucionalización del país, que se iría consolidando en los meses siguientes con la nueva división político-administrativa, el surgimiento de los órganos del Poder Popular y la aprobación de la Constitución Socialista de 1976, la cual sustituyó a la de 1940.
Con plazos entre uno y otro que abarcaron cinco años, y mayores en los tiempos más duros del Período Especial; pues entre el V Congreso celebrado en 1997 y el VI, efectuado en el 2011, transcurrió más de una década, cada evento partidista tuvo su peculiaridad histórica.
El Primer Congreso del PCC marcó el inicio del proceso de institucionalización del país. Foto: Granma
Aquel 22 de diciembre, en la clausura, Fidel también diría:
«Había un período tremendo «y nosotros lo explicábamos hoy en el Comité Central» en que había que cuidar a los líderes extraordinariamente, porque estaban jugando un rol decisivo. Fueron aquellos tiempos críticos. Y yo hube de plantear; bueno, si me matan a mí, queda Raúl, y no van a liquidar la Revolución. Todo esto ha ido cambiando. Ya puedo faltar yo, puede faltar Raúl y sigue la Revolución; falta el Buró Político, y sigue la Revolución. «¡Qué extraordinaria cosa! Falta el Comité Central y sigue la Revolución. Si esa pared cayera, y desapareciera todo ese Comité Central, estamos seguros de que ustedes se reunirían y elegirían otro buen Comité Central. Pero voy más lejos: falta este Congreso, es decir, este conjunto de delegados, y sigue la Revolución».