El tiempo no lo cambia todo
Es cierto que la era digital es increíble, que lo ha puesto todo de cabeza, que las noticias que hasta hace unas décadas duraban horas y hasta días en llegar de un extremo a otro del planeta, ahora demoran segundos, bueno pues Google, el buscador de Internet, se ha puesto a contar los libros que se han impreso desde que la Humanidad tiene historia hasta acá, y arroja la cifra de 129, 864, 880 títulos. Es asombroso, ¿verdad?
Pues uno de esos títulos contenido en dicha cifra, me ha acompañado en estos días de pandemia, que están convirtiendo el hecho de salir a la calle en un suplicio medieval. Me refiero a un magnífico ejemplar de «El más humano de todos los autores» de Reinaldo González, que no solo narra magistralmente la vida de Félix B. Caignet, el «inventor» de las novelas radiales que luego dieron lugar a las telenovelas de hoy, sino que además nos brinda un panorama de la época, evocando aquellos aspectos que la Historia omite, pero que nos permiten hacernos una idea más acabada de la forma en que se vivía entonces.
El asunto es que, leyendo a Reinaldo, que siempre es genial, tropiezo con un dato que se ofrece casi al descuido y sin más referencia. Hablando sobre las películas realizadas por el consorcio formado por varios mexicanos y Félix B. Caignet, llamado Cub » Mex, dice de un film titulado «Y si ella volviera» cuyo guión fue escrito por la autora Iris Dávila. Y haber leído esa sencilla frase despertó en mi memoria un recuerdo de muy atrás, olvidado por el tiempo y sus avatares, que voy a compartir con ustedes.
Era el año 1956 y yo tenía trece años, y si, trece, no me equivoqué, porque yo cumplo años en diciembre. Entonces corría el verano de 1956, estaba de vacaciones con mis trece años de hacer cosas y al lado de mi casa vivía un capitán de la Marina de Guerra de entonces.
Y ustedes me dirán, ¿qué tienen que ver la película, los trece años y el capitán de la Marina?
Ah, pues si, el problema es que al hombre le habían dado la misión de garantizar la seguridad de la filmación de la única película de largometraje que se ha hecho en Caibarién. Cuando mamá me lo dijo, «se me alumbró el bombillo», hablé con el hombre y le pedí que me llevara a la filmación, y por eso vi grabar casi completa la película.
Caibarién entonces tenía varios chalets grandes, de dos pisos, construidos totalmente de madera. En la esquina de casa estaba el de Rodil, más hacia los muelles el que luego se convirtió en Hotel Unión, uno cercano a la estación ferroviaria que siempre fue el Hotel España, especializado en el «pescado en salsa de perro», y el más importante de todos, el más cuidado, era el de Juana Castro, situado en Punta Brava, sobre la costa, con una playita pequeña, y ahí mismo fue donde se filmó gran parte de la película.
La trama del film es más o menos así: una muchacha muy bella, llamada Sonia González, llega a Caibarién para hacerse cargo de la escuela, (en la filmación de la escuela, que se hizo en el propio chalet, estaban la mayoría de los socios del barrio y hasta yo, en algún momento, fui también «alumno» de Sonia).
Como la maestra nueva no tiene donde quedarse va a parar a casa de los Castro, y llega en el preciso mo»mento en que Guillermo Castro, el padre de la familia, rompía con la que hasta ahora era su esposa y la acusa de adúltera.
Sonia, amaba a Guillermo desde niña, pero como estaba viviendo fuera no conocía de su matrimonio. En la cotidianidad Sonia logra que Guillermo se enamore de ella.
Una prima de Guillermo, Magdalena, que también lo desea, hace lo posible por evitar las relaciones entre la pareja, y manda a buscar a Laura, la antigua esposa, para propiciar un arreglo entre ellos. Mientras, Guillermo ha anunciado su compromiso con Sonia, después que logre divorciarse de Laura.
Sonia sin embargo cree que Guillermo sigue enamorado de su ex -mujer, y por eso se aleja, pero Guillermo repudia a Laura.
Hay una escena donde el hombre con quien Laura engañó a Guillermo, luego de una violenta discusión la mata.
Guillermo entonces va a buscar a Sonia que ya se marchaba del pueblo y le dice que la quiere a ella so»lamente. Y así termina la película.
De todo esto recuerdo la filmación de algunas escenas: la del aula que ya les comenté, otra que se filma en el chalet de Rodil donde había un bar, frente al traganíquel está Guillermo oyendo un merengue dominicano que estaba de moda en esa época, y que decía: «el hombre marinero no se debe casar / porque al zarpar el barco lo pueden engañar», y él, que tenía un vaso con licor en la mano, lo lanza al traganickel y le rompe el cristal.
Otra fue una escena nocturna con un barco precioso que trajeron de no sé dónde, la gente decía que era mexicano, donde el puerto pesquero se llenó de reflectores y luces de colores. En otro momento la actriz Marta Roth navegaba en un fuera de borda, y quien realmente lo conducía era un hermano del capitán vecino. Hubo otras tomas que yo no presencié, que se hicieron en Playa Ensenachos, donde hoy se han construido varios hoteles para el turismo y que es un balneario increíble.
En fin, fueron unas vacaciones formidables en las que pasaron cosas asombrosas y nunca vistas por mí.
Al cabo del año, más o menos, exhibieron la película en los cines del pueblo y aquello fue un acontecimiento. Realmente me encantó la película.
«Y si ella volviera» fue un melodrama dirigido por Vicente Oroná, en el que trabajaron actores mexicanos y cubanos, entre ellos Irasema Dilián, Raquel Revuelta y Víctor Manuel Mendoza, como actores principales, además actuaron Marta Roth, Lupe Suárez y Juan José Martínez Casado. El film tuvo una duración de 95 minutos, los productores fueron Pérez Rubio y Agustín Delgado, la productora y distribuidora fue Cub » Mex, la música de González Mantici, la fotografía de Carlos Carvajal y fue filmada en Eastmancolor.
Ya casi al final de esta historia, mientras estaba revisando cierta información, me encontré con un juicio emitido por la Guía Cinematográfica 1956 » 57 editada en Cuba en 1957, y en la misma se lee:
«Apreciación Artística. El tema es un melodrama terrible, lleno de situaciones falsas. La película tiene algunas buenas fotografías de exteriores, pero el resto no merece la pena. Una secuencia que se supone nocturna está hecha con una claridad absoluta de día. Mediocre la interpretación. Desarrollo lento. MEDIOCRE».
Más abajo dice: «¿Juicio moral»? «Vestuario muy provocativo. Escenas extremadamente pasionales. Actitudes insinuantes. Asesinatos. No se repara en los medios para obtener el fin. Adulterio. Divorcio como solución para un nuevo casamiento. DESACONSEJABLE».
¿Guerra contra Caignet, contra Cub Mex, o contra Iris Dávila?
En fin, este último texto más bien parece haber sido escrito por Savanarola en su tiempo de inquisidor.
Pero bueno, a pesar de todo, en mi profundo recuerdo de infancia «Y si ella volviera» sigue siendo una película asombrosa, la primera de Caibarién, la primera que vi filmar, (luego he visto otras) y aquella en que, de alguna manera, tuve cierto involucramiento.
Pero asómbrense, siguiendo con la búsqueda de información me encontré que en la actualidad hay una firma, «Maraka 2000», radicada en Miami, que se dedica a la venta de films viejos, y anuncia la venta de «Y si ella volviera» en formato MDVD-906, al precio de $18.95 USD, más 8 USD por el envío. El DVD tiene en la portada una mujer desnuda dentro del mar y delante una pareja que se abraza con pasión en una noche tibia junto al mar. Dice la publicidad que el film es «uno de los clásicos más esperado de la Cuba de ayer, filmada en Caibarién, nos muestra a Guillermo, un aventurero y gran conocedor del mar, quien sufre la traición de su esposa»
Hasta aquí mi historia, y como regalo la película «Y si ella volviera» .
Versionado del autor Emilio Comas Paret
Fotos tomadas de Internet
Filme tomado del canal YouTube