¿Estar embarazada aumenta los riesgos de complicaciones por COVID-19?
El mes de enero ha sido para Cuba la lección más evidente de que no cumplir con medidas de protección y de autocuidado de la salud, frente a un virus sumamente peligroso, tiene un costo elevado. En enero, la cifra de contagios superó el acumulado de casos de todo el año 2020. Un mayor grupo de personas llegó a estados graves y críticos. Y las muertes no han sido pocas. Hoy en terapia intensiva se encuentran 63 pacientes (la cifra más alta hasta la fecha): 29 críticos y 34 graves.
En enero hemos visto con preocupación aumentar, día tras día, el número de positivos al SARS-CoV-2 en edades pediátricas.Solo en el primer mes del año la cifra alcanzó alrededor de los 1 600 infantes «con un considerable número de lactantes menores de tres meses de vida», lo que representa más pacientes enfermos en ese mes que en todo el 2020, cuando se acumularon 2 882 menores de edad diagnosticados con el SARS-CoV-2. En enero se ha constatado además otra tendencia no menos preocupante: el aumento de contagios entre un grupo vulnerable como son las embarazadas y puérperas.
Sobre este último aspecto alertó a Cubadebate la doctora Mercedes Piloto, especialista del Programa Materno Infantil del Ministerio de Salud Pública (Minsap) y presidenta de la Sociedad científica cubana para el desarrollo de la familia.
«Si bien hasta el momento la evolución de las pacientes ha sido favorable, hay que resaltar que desde el comienzo de la pandemia, en marzo de 2020, hasta el 31 de diciembre, se habían diagnosticado 110 embarazadas y paridas con la enfermedad en el país. En cambio, al cierre de enero de este año se han diagnosticado 120 pacientes, es decir, se nos han enfermado 120 mujeres en un mes y el 69% de ellas tuvo como fuente de infección el contacto con casos positivos», destacó la especialista.
Contacto con casos positivos es una categoría que a diario el doctor Durán enfatiza en su conferencia matutina. Cada mañana, el director nacional de Epidemiología del Minsap advierte sobre este grupo de impacto que sigue siendo un eslabón determinante en la cadena de transmisión del virus. Contacto con casos positivos se traduce, digámoslo claro, en algún descuido de las medidas higiénico-sanitarias orientadas, las únicas que hasta el momento pueden protegernos.
Foto: Cubadebate.
Pero, ¿por qué es importante llamar la atención sobre este grupo de población? Para la doctora Mercedes Piloto, «es fundamental entender que las embarazadas y las recién paridas son una población vulnerable, muy propensa a enfermar y a evolucionar hacia las complicaciones. Y esto no solo es debido al virus y a su capacidad de infectar, sino también por las modificaciones que ocurren normalmente, tanto a la anatomía como a la fisiología mientras la mujer está embarazada».
Por ejemplo»dijo» el sistema inmune, que es el encargado de las defensas, tiene disminuida su actividad en esta etapa. El aparato respiratorio igualmente, en tanto la función respiratoria sufre cambios, «de ahí que como decíamos son más vulnerables a enfermar».
Una alerta global
El protocolo nacional para la prevención, atención y seguimiento de los pacientes con esa enfermedad contempla las acciones para la atención a pacientes obstétricas y puérperas en el caso de que se contagien con el virus. Foto: Archivo/Cubadebate.
En septiembre de 2020, luego de meses de una pandemia que todavía no da tregua, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertaba que las conclusiones de varios estudios realizados hasta esa fecha arrojaban que las embarazadas, si bien tienen menos probabilidades de presentar síntomas que las no embarazadas con la COVID-19, como fiebre o dolores musculares, sí son más susceptibles de necesitar cuidados intensivos en caso de enfermedad grave.
Asimismo, la OMS señalaba que las embarazadas con COVID-19 que tienen afecciones preexistentes, como diabetes o hipertensión crónica, o las personas de mayor edad o con sobrepeso, presentan también más probabilidades de sufrir complicaciones graves de salud debido a la COVID-19.
Por otra parte, la investigación concluía que las embarazadas o las puérperas con COVID-19 tienen más probabilidades de dar a luz prematuramente, y muchos de sus bebés necesitaban ser ingresados en una unidad neonatal.
Un considerable número de lactantes menores de tres meses de vida se han contagiado en Cuba con el virus. Foto: Thalía González/Facebook.
Datos de la Organización Panamericana de la Salud refieren que en septiembre de 2020, en 14 países de las Américas, 60 458 mujeres embarazadas fueron diagnosticadas con el coronavirus, 458 de ellas fallecieron a causa de la infección.
En Cuba, el protocolo nacional para la prevención, atención y seguimiento de los pacientes con esa enfermedad contempla las acciones para la atención a pacientes obstétricas y puérperas en el caso de que se contagien con el virus.
Los centros habilitados para los casos sospechosos y enfermos de la COVID-19 están adecuados bajo la premisa de contar también con camas y condiciones de atención para las gestantes.
«Es imprescindible el cumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias que constantemente se difunden en nuestros medios: el uso del nasobuco, no movilizarnos si no es necesario, el distanciamiento físico, el lavado frecuente de las manos», insistió la doctora Mercedes Piloto.
«Para ello necesitamos una actitud responsable, pero no solo de las embarazadas y mujeres paridas, sino de las familias. Solo con estos cuidados podemos prevenir, no enfermarnos y, por supuesto, disfrutar de un embarazo saludable y seguro», sostuvo.
La atención y seguimiento a las embarazadas es una prioridad en Cuba. Foto:Rodolfo Blanco Cué/ACN.
Las embarazadas o las puérperas con COVID-19 tienen más probabilidades de dar a luz prematuramente, y muchos de sus bebés necesitaban ser ingresados en una unidad neonatal.Foto: Thalía González/Facebook.