Villa Clara no pudo detener el huracán
Un doblete de oro de Osmel Cordero con los ángulos congestionados en el octavo inning frente a un lanzamiento de Pablo Luis Guillén limpió las bases, para proporcionarle a los Huracanes de Mayabeque su segunda victoria contra el equipo de Villa Clara, en esta oportunidad, seis carreras por tres.
Con este fracaso los Leopardos acumulan cinco descalabros en forma consecutiva, ubicados en el puesto trece, con 23 y 31, a 6.5 juegos del límite de la zona clasificatoria, ocupada por los Toros de Camagüey, que archivan, 30 y 25.
Mientras, los Huracanes continúan siendo una de las grandes sorpresas de la 60 Serie Nacional de Béisbol y se reafirmaron en la zona clasificatoria, alojados en el sexto peldaño con 32 y 25.
La película de este domingo la habíamos visto ayer sábado y unas cuantas veces en el transcurso del campeonato, el equipo comienza arriba y termina perdiendo en la segunda parte del partido.
Cuando escuché que el zurdo Pedro Manuel Castillo sería el abridor del encuentro, descarté que los Anaranjados alcanzaran la victoria en el desafío, tomando en cuenta que las presentaciones del manicaragüense no han sido buenas en la mayoría de las ocasiones en que le han entregado la pelota.
Pero parafraseando aquel exitazo de los Van Van en los años 90, «¡qué sorpresa me llevé!, Castillo tiró uno de sus mejores partidos de la serie. Aguantó el huracán, toleró una carrera en el capítulo de apertura y después colgó cinco ceros en la pizarra del estadio Nelson Fernández; incluso, llegó a retirar 13 bateadores por su orden.
En el principio del séptimo, cuando el cuarto madero Yasniel González Vega le disparó tubey, la dirección del conjunto trajo a Javier Mirabal, que al igual que Castillo aquí lo mismo lo ponen a abrir que a relevar.
El derecho de la Villa de los Laureles le concedió base por bolas a Osmel Cordero y luego de dominar a Alexander Pozo, toleró biangular del emergente Orlando Capote, que remolcó a dos corredores para empatar el desafío. A continuación transfirió a Javier Carabeo y ahí mismo emprendió el camino hacia las duchas.
Vino entonces el mejor serpentinero villaclareño en esta temporada, el joven y talentoso Pablo Luis Guillén, quien obligó a Rangel Ramos a batear para doble play.
El resto de la historia la conté al principio, a Guillén le llenaron las bases en la salida del octavo y Osmel Cordero se convirtió en héroe de la jornada con su conexión, que sirvió para limpiar las colchonetas, anotaciones que Villa Clara no pudo remontar en el noveno.
La victoria le permitió al pícher Mario Vega Travieso convertirse en el triunfador en los dos juegos de la subserie.
Pienso que Pablo Luis Guillén debió ser el abridor del encuentro, pero así es el béisbol. Castillo, el que varias veces ha fallado, tuvo una buena apertura y esto tal vez haga que muchos tengan otra opinión, pero en busca de las victorias no se han definido bien las funciones de los monticulistas, lo mismo abren que relevan.
El picheo, que al inaugurarse la campaña lucía como el mejor arma del equipo, por diferentes causas no ha estado a la altura que se pensaba, lo cual acompañado por la peor ofensiva del torneo, realmente a esta altura del certamen no creo que los Leopardos se meterán en la zona de clasificación, y si se diera el milagro, con qué lanzadores contaríamos para avanzar en esa etapa sin la presencia de Freddy Asiel Álvarez y un Alain Sánchez sin estar recuperado.
Los Leopardos continuarán en la carretera, para el martes rivalizar con Artemisa, en el estadio 26 de Julio, a la 1:00 p. m.