Tiendas en Moneda Libremente Convertible: Aclaraciones necesarias (+ Video)
La venta de electrodomésticos primero, y de productos alimenticios y de aseo después, en moneda libremente convertible en determinados establecimientos y centros comerciales pertenecientes a Tiendas Caribe y la Corporación Cimex, es una decisión sobre la cual la población ha planteado inquietudes.
Para tratar este asunto en la Mesa Redonda el Vice Primer Ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, se refirió al contexto. «Esto no se trata de que tengo los mercados abastecidos en CUC y digo, vamos a empezar a vender en dólares lo que antes vendía en CUC».
El ministro recordó que a partir del segundo trimestre de 2019 se implementaron políticas de recrudecimiento del bloqueo, entre ellas, la aplicación del título III de la Ley Helms Burton, la persecución financiera a los bancos, medidas para impedir la entrada de combustibles a la Isla, la suspensión de los cruceros y los vuelos de Estados Unidos al país y el ataque a las misiones médicas cubanas.
«Hubo el propósito expreso de cortar las divisas al país y asfixiar la economía», dijo y reiteró que en 2019 los costos del bloqueo impuesto por EE.UU. superaron por primera vez los cinco mil millones de dólares.
Para proteger al pueblo, «dijimos que no íbamos a responder a ese escenario con medidas neoliberales ni de choque y que debíamos buscar la manera de reordenar la economía y enfrentar ese escenario protegiendo a la población«, subrayó.
Gil Fernández comentó que los recursos se concentraron en adquirir básicamente medicamentos, alimentos y productos de aseo, así como en respaldar la energía. De ahí que empezaron a desaparecer de las tiendas minoristas el resto de los insumos.
«A nosotros nos auguraron grandes apagones y estamos terminando el 2020″, abundó.
Decimos ofertar en MLC para con esas divisas reaprovisionar los mercados
Gil Fernández hizo alusión a que en ese contexto comenzó a proliferar un mercado paralelo de personas naturales que viajaban al exterior y traían productos que el país no estaba en capacidad de ofertar en las tiendas en CUC.
«En aquel debate no faltaban las propuestas y criterios de la población que decían: ‘hay que hacer algo porque se están escapando las divisas. No se está beneficiando la industria nacional ni se están captando esos dólares para el desarrollo económico y social del país'».
Este tema, argumentó, fue muy discutido con los académicos. Se hicieron cálculos que estimaban que salían del país tres mil millones de dólares y había que encontrar la manera de captarlos y tener un nivel de oferta en el mercado nacional.
En octubre de 2019 «agregó» cuando anunciamos la medida en la Mesa Redonda, dijimos que íbamos a combatir ese fenómeno del mercado paralelo con la vía de la oferta en el mercado nacional en MLC, de motos y equipos con una alta demanda en el pueblo.
«Ese fue el propósito. Ante un déficit de divisas provocado por el recrudecimiento del bloqueo y tener que disponer en este escenario de recursos para alimentos, medicinas y energía eléctrica, ese otro mercado se nos fue quedando desabastecido, copado por personas naturales y ante ninguna otra alternativa, decimos ofertar en MLC para con esas divisas reaprovisionar los mercados».
Ministro de economía: Esta es una medida para salvar lo que tenemos
De acuerdo con Gil Fernández, cuando fue presentado el plan de la economía en la Asamblea Nacional, se proyectó un crecimiento del PIB entre 1 y 2%. Foto: Roberto Garaicoa.
Desde ese momento, dijo, también se planteó la necesidad de encadenar la industria nacional con esas ofertas. «Tenemos capacidades ociosas en el país, ya sea en la industria electrónica, manufacturera. Una manera entonces es abrir un mercado en MLC, recuperar esa divisa y, en la medida de lo posible, drenar hacia lo interno de la economía, para el desarrollo del país».
De acuerdo con Gil Fernández, cuando fue presentado el plan de la economía en la Asamblea Nacional, se proyectó un crecimiento del PIB entre 1 y 2%, pese a que se sabía que el bloqueo sería más duro en 2020 y sin saber de la llegada de la epidemia provocada por la COVID-19.
«Con la aparición del nuevo coronavirus, nos vimos en un escenario totalmente excepcional: cierre de fronteras, paralización de una parte importante de la actividad productiva, trabajadores interruptos, incremento considerable de los gastos de salud en divisa y en moneda nacional, paralización de una buena parte del sector no estatal y del turismo. Un vuelco total de las proyecciones y los planes que habíamos hecho».
El ministro explicó que hay varias maneras de responder a ese escenario: «más desasbatecimiento, a partir de la disminución de recursos y la paralización de la actividad productiva. Otra respuesta podría ser subir los precios, ya que hay menos oferta y más demanda. Es la manera en que se mueve el mercado».
«El precio al que vendemos el pollo hoy es el mismo al que lo vendíamos en 2016. No hemos reaccionado subiendo los precios, que lo que hace es reducir esa demanda al que tenga poder adquisitivo. Siempre hemos dicho que ese no es el camino de la Revolución y la estrategia no se dirige a ser excluyente sino a beneficiar a la mayoría».
También podíamos, continuó, al no tener combustible, haber programado apagones. «Habría que preguntarse: ¿en qué situación estuviéramos si no existieran las tiendas en MLC? ¿Cómo hubiéramos mantenido un nivel, aunque sea mínimo, de oferta en las tiendas en moneda nacional, y financiar la electricidad, los medicamentos y gastarnos más de 100 millones de dólares en el combate a la COVID-19? ¿Cuántos PCR hacemos? ¿Cuánto cuestan? ¿Y a qué cubano se le cobra?»
Hay varias maneras de reaccionar a un escenario de este tipo y la responsabilidad del Gobierno, reiteró, es buscar soluciones. «Sabemos que no son las ideales, pero son las que más se ajustan al contexto actual. Es por ese camino por el que hay que transitar ahora y explicarlo con mucha transparencia al pueblo».
Gil Fernández señaló que el enemigo intenta confundir utilizando estos temas, sobre los cuales pueden existir opiniones diversas. «Esta es una medida para salvar lo que tenemos», aseguró.
Estas medidas y evaluaciones no han sido improvisadas
El titular del MEP recordó que junto a la medida de las tiendas en MLC, también se eliminó el gravamen sobre el dólar, aún con la permanencia del bloqueo y las penalizaciones a esa moneda.
«Sí, pueden decir, se está vendiendo en una moneda en la que a mí no me pagan. Pero lo que se está vendiendo en esa moneda es para captar divisas para financiar y comprar producciones que se venden en una moneda en la que sí se paga».
El ministro aseguró que estas medidas y evaluaciones no han sido improvisadas. «Se creó un grupo de trabajo por el Gobierno, se identificaron los productos más importados y de mayor demanda, hasta llegar a conocer la situación y la manera en la que iba a ser enfrentada».
A la COVID-19, prosiguió, tampoco la enfrentamos con improvisación: llegó la estrategia, el ajuste del plan de la economía de 2020 y las bases para elaborar la Ley del Presupuesto de 2021.
Dentro de esa estrategia, explicó, se concibió la ampliación de las tiendas en MLC, incluyendo la venta de alimentos y aseo. Esta medida persigue tres objetivos fundamentales: dar un nivel de oferta, «que sabemos que no toda la población puede acceder a ella, pero es un nivel de oferta que nos permite lograr el segundo objetivo que es captar divisas».
Gil Fernández recordó que el país tiene cortada prácticamente toda la entrada de divisas, con las afectaciones al sector turístico y otros. Por ejemplo, la exportación de tabaco y ron, debido a la falta de demanda en los países receptores de estas producciones, a partir del cierre de bares en Europa.
«Un mercado desabastecido no capta divisas. La manera que tienes de captarla es vender en MLC para poder reaprovisionar y garantizar un mínimo de oferta en moneda nacional, que sabemos que es muy restringida y que está muy por debajo de la demanda del país».
«Sabemos que no alcanza, dijo, pero hasta marzo estábamos vendiendo 3 000 toneladas de pollo en las tiendas en CUC y ahora llegamos a ofertar entre 7 000 y 10 000. ¿De dónde sale el dinero para duplicar la venta de pollo? De la divisa que estamos captando. ¿Qué nos hubiéramos hecho sin esa divisa? ¿Qué nivel de oferta le pudiéramos dar a nuestra población?»
El ministro reiteró que con las divisas que se obtienen en las tiendas en MLC se reabastece el resto de la economía. «Es uno de los caminos que hemos encontrado para subsistir en el escenario actual y mantener la vitalidad de la vida económica y social del país».
¿Cuánto le cuesta al país importar algunos de los productos básicos?
En otro momento de su intervención en la Mesa Redonda, Gil Fernández explicó que el país tuvo que parar la venta de arroz liberado, porque eran necesarias unas 17 000 toneladas mensuales, pero para la canasta familiar normada y algo más del consumo social se está importando alrededor de unas 400 000 toneladas de arroz en el año, que llega a 11,2 millones de cubanos.
La canasta lleva unas 33 000 toneladas mensuales de arroz. «Para garantizar todos los meses el arroz de la canasta familiar normada a los 11,2 millones de cubanos, que no ha faltado, hay que gastarse 212 millones de dólares. Ese arroz no se le vende en divisa, pero hay que buscarla para comprarlo».
En el caso de la leche en polvo, que actualmente no hay en las tiendas en CUC, hay que importar 47 000 toneladas en el año, a un precio promedio de 3 400 dólares, para la dieta médica de los ancianos, enfermos y para los niños. «Hay que gastarse 159 millones de dólares para garantizar la leche, que a nadie se le cobra en divisa».
El ministro de Economía señaló que para asegurar el pollo que se vende en pesos cubanos y el que se consume en hospitales y escuelas, se debe importar 106 000 toneladas. «Hay que buscar 143 millones de dólares para comprar ese pollo, cómo lo vamos a hacer si no teníamos turistas».
En el caso del trigo, afirmó que para que exista un nivel de oferta «más o menos razonable», el país tiene que importar 750 000 toneladas a 309 dólares por tonelada, gastándose unos 232 millones de dólares. «Eso no se vende en dólares, pero hay que buscar los dólares».
«Entre arroz, leche en polvo, pollo y trigo, el país tiene que invertir 746 millones de dólares. Entonces, qué hacemos, ¿cerramos las tiendas en divisa y le decimos a la población que no tenemos pan? ¿Cuál es la manera responsable que un gobierno enfrenta ese desafío?
«Tenemos todos los argumentos. No tenemos que sentir ninguna vergüenza ni complejo por hablar de las tiendas en MLC. Esa decisión es una decisión de justicia social y de socialismo, porque seguimos dando el arroz, el poco pollo por la libreta, la leche a los niños, y el pan por la canasta familiar normada y el pan liberado».
La estrategia no es vender en dólares, sino producir más
El ministro acotó que es una medida ajustada al contexto del país, «una medida revolucionaria que busca la equidad y la justicia», y reiteró que la estrategia no es vender en dólares, sino producir más, ser más eficientes y tener mayor control de los recursos.
Gil Fernández se refirió, asimismo, a que la industria nacional tiene un encadenamiento en cuanto a su participación de cara a la venta en MLC.
El ministro cubano recalcó que esta no es una medida de choque como señala el enemigo de la Revolución cubana, «sino una medida que las estamos haciendo pensando en la mayoría».
«No es casual que el enemigo utilice las tiendas en divisa para sus campañas y no es casual que interrumpan las remesas acusando a FINCIMEX de ser una empresa militar. Ellos saben que con lo que estamos haciendo nosotros subsistimos».
¿Todas las tiendas pasarán a MLC?
«Es totalmente falso que en el momento en que se elimine el CUC, esas tiendas pasarán a MLC», afirmó el ministro de Economía.
Gil Fernández señaló que las tiendas en CUC pasarán a pesos cubanos y los precios se mantendrían en el entorno de los actuales. «Eso es justicia social», recalcó.
Al reafirmar que el país no vive sólo de las remesas, destacó las inversiones que se realizan con el objetivo de incrementar la producción nacional.
Estamos haciendo inversiones importantes en la producción nacional de cemento, en la ampliación de la producción de acero, de alimentos con fábricas de pienso, de bioproductos. Estamos trabajando en las inversiones que nos generan incrementos productivos, sostuvo.
«La remesa es una fuente de ingreso que no podemos ni tenemos por qué renunciar a ella», dijo y destacó que ante la disminución del turismo, las remesas constituyeron una fuente de ingreso que gana peso cuando las otras fuentes de ingreso se disminuyen.
Sobre la venta en MLC, valoró que ha sido una de las medidas que ha permitido resistir en medio de este contexto y «terminar el año 2020 con muchos problemas, escasez, colas, pero no hemos cerrado escuelas, hospitales. El país ha mantenido una vitalidad en su funcionamiento».
«Hemos vendido en dólares porque de lo contrario no vendíamos nada y el problema hubiese sido mayor».
El ministro afirmó que el país ha gastado más de 100 millones de dólares para combatir la COVID-19.
«No es un interés de nosotros que lo que podemos vender en pesos cubanos lo vamos a vender en dólares. Eso no se le ocurre a nadie. Hemos vendido en dólares porque de lo contrario no vendíamos nada y el problema hubiese sido mayor».