Mariana Grajales Cuello, una de las más auténticas y reconocidas hijas de Cuba
Este 27 de no»viem»bre se conmemora el aniversario 127 del fallecimiento de Mariana Grajales Cuello, en Kingston, Jamaica, a los 78 años de edad, «ha»bía nacido en Santiago de Cuba el 12 de julio de 1815″. Por tal motivo, consideramos oportuno reflejar el criterio de dos importantes personalidades cubanas, acerca de esta insigne patriota: el intelectual Cintio Vitier y la heroína del llano y la Sierra Maestra, la inolvidable Vilma Espín Guillois.
En su libro Ese Sol del Mundo Moral, Cin»tio refiere:
[«¦] Esa dolorosa impedimenta nos remite, siquiera sea en brevísima mención, a uno de los aspectos más conmovedores y ejemplares de la guerra: el de las mujeres «madres o esposas» de los héroes, que los acompañaron en la manigua, como fue el caso de la esposa de Gómez, Bernarda Toro, o jugaron también un papel relevante en la emigración, co»mo Ana Betancourt, la esposa de Ignacio Mo»ra, que alzó su voz para pedir la emancipación de la mujer en una de las sesiones de la Asam»blea de Guáimaro, y más tarde, escapada de un campamento español, visitó con la activísima Emilia Casanova de Villaverde al presidente de los Estados Unidos, Ulises Grant, en nom»bre de las madres cubanas, gestionando la petición de indulto para los estudiantes presos por la causa del 27 de noviembre de 1871. Larga sería la lista de estas bravas mambisas, desde Adolfina de Céspedes, que se alzó la primera el 9 de octubre de 1868 en Alegría de Macaca, y Cambula Acosta, que hizo la bandera de La Demajagua, o las hermanas Can»cino, unidas a su padre y hermanos en las estribaciones de la Sierra Maestra, pasando por las esposas de Céspedes, Agramonte y Maceo «Ana de Quesada, Amalia Simoni, Ma»ría Cabrales» hasta la altiva Lucía Ãñiguez, madre de Calixto García, que solo creyó la prisión de su hijo cuando le dijeron que antes se había disparado un tiro; y Canducha Figue»redo, Concha Agramonte, Candelaria Palma, Carolina Rodríguez.
El mayor fulgor en esta galería femenina, de la que forman parte inolvidable tantas guajiras anónimas que alimentaron, escondieron, curaron y sirvieron de enlaces y mensajeras a los héroes del 68 y el 95, lo ostenta sin duda la madre de los Maceo, Mariana Grajales [«¦].
Es interesante apreciar el criterio del poeta, crítico, ensayista y novelista Cintio Vitier «uno de los más importantes estudiosos de la vida y obra de nuestro Héroe Nacional José Martí», sobre Doña Mariana Grajales Cuello, que la sitúa en el peldaño más encumbrado de todas esas heroicas independentistas, que tanto hicieron por ver a Cuba libre del yugo opresor español, lo que nos da una vez más la idea, de lo que representa Mariana hoy día, para las mujeres en particular y para los cubanos en general, como paradigma de patriotismo.
Vilma Espín Guillois, otra extraordinaria e importante personalidad cubana, santiaguera al igual que la ilustre mambisa, dejó varios pos»tulados sobre la madre de los Maceo Gra»jales y relató lo siguiente:
[«¦] una mujer excepcional que simboliza por su estirpe y heroísmo a las que durante toda una generación rompieron los moldes que les imponía la sociedad colonial y ocuparon su lugar en la lucha por la independencia de la Patria.
Mariana Grajales representa la rebeldía y el patriotismo de la mujer cubana en todas las épocas, y su historia extraordinaria ha constituido ejemplo y estímulo para las combatientes, para las madres revolucionarias que a lo largo de más de un siglo de gloriosas batallas dedicaron lo mejor de sus fuerzas a las gestas de la libertad y la soberanía de nuestro pueblo.
Es difícil describir en toda su magnitud el carácter acerado, la firmeza, la bondad, el gigantesco espíritu de Mariana, su papel en nuestra historia, su ejemplo como forjadora de héroes.
[«¦] «Dejaba enraizado en los campos cubanos un imborrable ejemplo. Para siempre en el corazón de cada hombre o mujer persistiría la imagen de Mariana: su dulzura, su estoicismo, su llamado a la guerra, su confianza en el triunfo, su serena y valiente actitud, que la hicieron merecedora del respeto, el cariño y la admiración de todo el pueblo».
Con estas excelentes definiciones de la en»trañable y querida Vilma Espín sobre la pa»triota, cuando se conmemora este 27 de no»viembre del 2020, el aniversario 127 de la de»sa»parición física de la excelsa madre de la gloriosa prole de los Maceo, una de las más auténticas y reconocidas hijas de Cuba.
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Autor: Victor Manuel Pullés Fernández, Máster en Ciencias, investigador del Centro de Estudios Antonio Maceo Grajales.
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Bibliografía:
Ferrer Gómez, Yolanda y Carolina Aguilar Ayerra: Vilma Espín Guillois el fuego de la libertad. Editorial de la Mujer, La Habana, 2015.
Vitier, Cintio: Ese Sol del Mundo Moral. Editorial Félix Varela, La Habana, 2006.